Hemos aprendido a pensar juzgándonos los unos a los otros de forma moralista. Tenemos en nuestra conciencia palabras como correcto, incorrecto, bueno, malo, egoísta, desinteresado, terroristas, defensores de la libertad. Y relacionado con estos juicios hay un concepto de justicia basado en lo que “merecemos”. Si haces cosas malas, mereces un castigo. Si haces cosas buenas, mereces un premio o recompensa. Desafortunadamente, hemos estado sometidos a esta conciencia, esta educación defectuosa, durante mucho, mucho tiempo. Creo que este es el corazón de la violencia que hay en nuestro planeta.
La CNV nos acerca a nuestra verdadera naturaleza
La Comunicación NoViolenta, por el contrario, es una integración de pensamiento, lenguaje y comunicación que creo que nos acerca más a nuestra verdadera naturaleza. Nos ayuda a conectar los unos con los otros para que podamos volver a la forma de vivir que disfrutamos de verdad: contribuir al bienestar los unos de los otros. A lo largo del libro, a medida que voy mostrando cómo aplicar este proceso en nosotros mismos, en nuestras relaciones y en el trabajo por el cambio social, he incluido ejercicios para ayudarle a interactuar con las ideas que vaya aprendiendo, e incluso aplicarlas sobre la marcha.
Por ejemplo, comenzaré por pedirle que piense en una situación actual de su vida en la que alguien se está comportando de manera en que no le está enriqueciendo la vida. Esto podría abarcar desde una pequeña irritación que alguien le haya causado hasta algo importante que le está molestando sobre cómo se comporta esta persona. Pero escoja una situación real y le mostraré cómo la Comunicación NoViolenta puede ayudarle a crear una conexión en esa situación que llevará a que todas las personas involucradas puedan satisfacer sus necesidades, a que las personas actúen con el único propósito de enriquecer la vida los unos de los otros, lo cual ciertamente incluye satisfacer nuestras propias necesidades. Ahora que tiene a esa persona en mente, veremos cómo nos sirve la Comunicación NoViolenta.
En todos los lugares del mundo donde hago talleres parece que siempre hay alguien que tiene una situación con un niño de dos o tres años con la que quiere trabajar. ¿Y cuál es ese comportamiento de los niños que hace volverse locas a tantas personas? Cuando se le pide que haga algo, el niño dice cosas horribles, como por ejemplo “No”.
“Por favor, guarda los juguetes en su caja”.
“No”.
Algunas personas me cuentan que viven con su pareja y esta les dice cosas horribles, como “Me duele que hagas eso”.
Y algunas de las personas con las que trabajo tienen problemas mucho más graves y quieren saber cómo aplicar la Comunicación NoViolenta. En lugares como Ruanda, las personas tal vez se pregunten: “¿Cómo me comporto con mi vecino cuando sé que su familia mató a un miembro de la mía?”.
EJERCICIO:
Si quiere comprender el proceso de la Comunicación NoViolenta de una forma práctica, le sugiero que participe en los ejercicios que encontrará a lo largo de este libro. Cada ejercicio va incorporando lo aprendido en el anterior. Para beneficiarse de esta experiencia, puede comenzar pensando en una interacción con otra persona que no haya ido como a usted le habría gustado y sobre la cual le gustaría aprender cómo ser paz. Sea cual sea la circunstancia que ahora le venga a la mente, sea grande o no tan grande, escríbala o haga una nota mental de lo siguiente: una acción específica de esa persona que no enriquece su vida. Puede ser algo que hace, algo que no hace, algo que dice, algo que no dice. Ahora que ha anotado lo que esta persona hace que a usted no le gusta, téngalo en mente mientras lee el resumen sobre cómo aplicar la Comunicación No-Violenta cuando se comunique con esta persona.
1. El autor no se refiere a compasión en el sentido de lástima o piedad, sino a la capacidad de comprender la situación del otro reconociendo su humanidad.
PARTE I
La mecánica del
proceso para ser paz
“El agente de crecimiento y transformación más poderoso es algo mucho más básico que cualquier técnica: un cambio en el corazón”.
JOHN WELWOOD
CAPÍTULO 1
LAS DOS PREGUNTAS
“No te preguntes qué necesita el mundo. Pregúntate qué te hace cobrar vida y entonces ve y hazlo. Porque lo que el mundo necesita son personas conectadas a la vida”.
HAROLD WHITMAN
La Comunicación NoViolenta mantiene nuestra atención centrada en dos preguntas fundamentales:
Pregunta número uno: ¿qué está vivo en nosotros? (otras preguntas relacionadas son: ¿qué está vivo en mí? ¿qué está vivo en ti?) Bien, esta es una pregunta que las personas de todo el mundo se hacen cuando se encuentran, aunque no necesariamente empleen esas mismas palabras. En español es frecuente decir: “¿Cómo estás?”. Cada idioma tiene su propia manera de preguntar, desde luego, pero sean cuales sean las palabras pronunciadas, es una pregunta muy importante.
Decimos que es un ritual social, pero se trata de una pregunta muy importante porque, si queremos vivir en paz y armonía, si queremos disfrutar de contribuir al bienestar los unos de los otros, necesitamos saber qué está vivo en cada uno de nosotros. Es triste que, aunque la mayoría de personas hace la pregunta, no muchas saben realmente cómo responderla, porque no se les ha educado en un lenguaje de vida.
Realmente no se nos ha enseñado a responder a esa pregunta. La hacemos, sí, pero no sabemos cómo responderla. La Comunicación NoViolenta, como veremos, nos sugiere cómo podemos hacer saber a los demás qué está vivo en nosotros. Nos muestra cómo conectar con lo que está vivo en otras personas, incluso si no tienen palabras para expresarlo. De modo que esa es la primera pregunta en la que la Comunicación NoViolenta centra la atención.
La CNV nos muestra cómo conectar con lo que está vivo
La segunda pregunta —y está conectada con la primera— es: ¿qué podemos hacer para enriquecer la vida? (otras preguntas relacionadas son: ¿qué puedes hacer para enriquecer la vida? ¿qué puedo hacer para enriquecer la vida?) Estas dos cuestiones son la base de la Comunicación NoViolenta: qué está vivo en nosotros y qué podemos hacer para enriquecer la vida.
Ahora bien, casi todas las personas que estudian Comunicación NoViolenta dicen dos cosas sobre ella. Primero dicen: “¡Qué fácil es, qué simple! Lo único que tenemos que hacer es mantener nuestra comunicación, nuestro foco de atención, nuestra conciencia, en lo que está vivo en nosotros, en lo que enriquecería la vida. Es simple”. La segunda cosa que dicen es: “¡Qué difícil es!”.
¿Cómo puede algo ser tan simple y tan difícil al mismo tiempo? Bueno, ya le he dado alguna pista sobre ello. Es difícil porque hemos sigo programados para pensar y comunicarnos de una manera bastante diferente. No se nos ha enseñado a pensar sobre lo que está vivo en nosotros.
De modo que, si hemos sido educados para encajar en estructuras en las que unas pocas personas dominan a muchas otras, hemos sido educados para pensar sobre todo en lo que los demás piensan de nosotros (especialmente las figuras de autoridad). La razón es que si ellos nos juzgan malos, equivocados, incompetentes, estúpidos, vagos o egoístas, vamos a ser castigados. Y si nos etiquetan como buenos chicos o buenas chicas, buenos estudiantes y buenos empleados, entonces podríamos recibir una recompensa. Hemos sido educados para pensar en términos de recompensas y castigos, en lugar de pensar qué está vivo en nosotros y qué enriquecería la vida.
Se nos ha educado para pensar en términos de premios y castigos
Volvamos a la situación que le pedí que pensara, donde alguien se está comportando de una manera que a usted no le gusta. Veamos cómo sugiere la Comunicación NoViolenta que hagamos saber a esa persona lo que está vivo en nosotros en relación con lo que él o ella está haciendo. En Comunicación NoViolenta queremos ser honestos, pero queremos ser honestos sin usar palabras que