Poderosa presencia “Yo Soy” y bien-amado Saint Germain: damos las gracias por liberar la actividad de la visión divina omnisciente en nosotros y en toda la humanidad, a fin de que todos puedan participar de la plenitud de su victoria y de su luz con la rapidez del relámpago.
La conciencia proyectada
(Misterios develados)
Deseo que fijen firmemente en su mente y que recuerden con frecuencia para su contemplación el hecho de que las leyes que les explico y les enseño a usar, han de llevarte dentro de una condición de maestría consciente sobre todas las fuerzas y cosas sobre la Tierra. Esto significa que, no importa lo que se esté experimentando, ustedes siempre tienen en todo instante el control completo y consciente en su propia mente y cuerpo, y están capacitados para usar su propia libre voluntad en todo momento.
En este estado de consciencia proyectada, están completamente consciente y tienen pleno dominio sobre todas sus facultades en cada instante. No hay nada en absoluto acerca de esta instrucción y su uso, que en algún modo sea la condición hipnótica o de trance, ya que en el trance y en la hipnosis la voluntad consciente del individuo que está experimentando, no está funcionando, lo que es una actividad desastrosa y muy peligrosa para todo el que permita que tenga lugar en su mente y cuerpo.
No hay dominio o maestría consciente en las prácticas hipnóticas o de trance, y éstas son muy destructivas y peligrosas para el desarrollo del alma de aquel que se permite tales prácticas. Por favor, comprendan plenamente que el consciente control, la maestría y el uso de las fuerzas y cosas sobre esta Tierra, deberían en todo momento estar bajo la dirección de tu “Yo” interno o divino, a través de la perfecta cooperación y obediencia de todas las facultades en la mente y en el cuerpo, a aquella dirección interna.
No existe maestría sin esto, y aquellos que son conocidos como maestros ascendidos nunca, nunca imponen por fuerza ninguna actividad sobre la prerrogativa dada por Dios, de libre voluntad del individuo.
A un estudiante le puede ser dada la experiencia de la proyección, si un maestro ascendido decide expandir su consciencia temporalmente, de modo que experimente lo que está sucediendo en dos o más lugares al mismo tiempo. En tal condición, las facultades del estudiante están completamente bajo el control y la dirección de su propia libre voluntad en todo momento. Él está plenamente consciente y activo donde quiera que se encuentra su cuerpo, y también en el lugar adonde el maestro ascendido decida dirigir su atención para la enseñanza.
La razón por la cual un maestro ascendido eleva temporalmente la consciencia del estudiante es para enseñarle cómo puede hacer esto por sí mismo por medio de su propio esfuerzo, conscientemente y a voluntad.
La consciencia proyectada es sólo el aumento del grado de vibración de la estructura atómica en la mente y en el cuerpo del estudiante. Esto se hace por medio de la radiación de un maestro ascendido, y es una actividad de la “luz” que aumenta el grado vibratorio hasta el punto fijado por él para la experiencia. En el grado mayor, uno usa sus facultades de la vista y del oído exactamente como lo hace en la vida diaria, excepto que son expandidas hasta la zona u octava próxima encima de la humana.
Tal uso de nuestros sentidos es igual al que experimentamos en todo momento en estado de vigilia, porque podemos darnos cuenta de lo que está cerca y de lo que está distante exactamente en el mismo instante. La expansión o contracción de nuestra consciencia depende enteramente de lo que desea el individuo. Esto está siempre sujeto a la libre voluntad y dirección consciente del estudiante.
Uno puede, por su propia decisión, estar consciente de cierto árbol en un jardín o de todo el jardín. Uno usa la misma facultad de la vista para observar a ambos, y la usa exactamente en la misma forma. Cuando desea ver todo el jardín, hace que su vista amplifique su actividad hasta que abarque todo lo que desee. La expansión mayor aún incluye a la expansión máxima anterior, de modo que ves que debes estar consciente del pleno control de todas tus facultades en ambos lugares al mismo tiempo. La actividad que tiene lugar es realmente una amplificación del campo de acción en el que actúa la vista.
El uso de su facultad de la vista, en esta proyección o expansión de la consciencia, se realiza por medio del aumento del grado vibratorio en el nervio óptico. Todo el procedimiento corresponde a lo que tiene lugar cuando uno usa un largavista o telescopio.
En la experiencia corriente, la consciencia humana ha estado acostumbrada a usar sus facultades sólo dentro de ciertas zonas o campos de acción, y la prueba de esto es que uno puede escuchar el sonido de la voz de una persona que esté presente físicamente en el cuarto y hablándole, y uno puede también oír el timbre de un teléfono que suena en otra parte de la casa exactamente en el mismo instante. Todas las facultades de la actividad externa son elásticas. Pueden ser usadas ya sea como un microscopio o como un telescopio, dependiendo enteramente del deseo y voluntad del individuo.
Si uno puede estar consciente del sonido en el cuarto en que se halla su cuerpo físico, y también percibir el sonido de dos o tres cuartos de distancia, por el mismo procedimiento exactamente, con una expansión aún mayor de esta facultad, uno puede oír hasta un sitio más distante. Para hacer esto uno debe aumentar el grado vibratorio hasta que llegue a la zona más distante.
Cuando contemplamos a esta gran actividad divina interna, no ven cuán perfectamente y fácilmente se incorporan los sentidos externos a los internos, y los que han sido dos se convierten en uno.
Esta actividad de la consciencia puede ser aplicada a todos los demás sentidos, así como el de la vista y del oído, tal proceso de elevación es natural, normal y armonioso, tan sencillo como la sintonización en el radio de cualquier frecuencia de onda deseada. Las ondas de radio y las de la vista y del oído son partes de la misma actividad. El sonido contiene color y el color contiene sonido. En la experiencia diaria corriente, los seres humanos pueden oír el color y ver el sonido siempre que alcancen un gran aquietamiento.
Dentro de ciertas octavas o zonas, la vibración es captada por los nervios de los ojos y el resultado es lo que llamamos la vista. Otras son captadas por los nervios del oído y el resultado es lo que llamamos oído. Los ojos de la persona del término medio sólo ven objetos cuyo grado vibratorio está comprendido dentro de ciertas octavas, ya que no ven por debajo del rayo o zona infraroja, ni por encima de la ultra-violeta. A través de la radiación de un maestro ascendido, la estructura atómica del cerebro y del ojo vibra con la rapidez suficiente para expandirse dentro de la octava próxima por encima de la humana.
Esta misma actividad puede ser expandida hasta varias octavas más, ya sea por la radiación del maestro, o por mandato del “Yo” divino o interno del individuo. Muchas personas tienen tales experiencias involuntariamente, pero rara vez comprenden lo que significan o cómo se llevan a cabo. En los casos en que los individuos han tenido momentos de consciencia trascendental o han sido altamente inspirados, esto es lo que ha ocurrido, aunque ellos rara vez reconocen la ayuda que han recibido.
La visión o consciencia proyectada no tiene nada que ver con los cuadros mentales, producidos por sugestiones que sólo existen en las mentes de otros seres humanos. Tales pensamientos y visiones sólo son lanzados directamente dentro de la mente de otra persona, por el que emite la sugestión. Es la misma actividad que tiene lugar cuando uno refleja la imagen del sol en un espejo, y luego lo desvía hacia la pared.
La sugestión es tan diferente de la consciencia proyectada, como es diferente el pensar en un lugar, a estar presente físicamente en él. La proyección es viva, viviente, real, como cuando su cuerpo físico está pasando por una experiencia, ya que es la acción de su “Yo” divino interno con quien el maestro ascendido es uno el supremo.
Saint Germain
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