Experiencias de vinculación universitaria. Jesica Nalleli de la Torre Herrera. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Jesica Nalleli de la Torre Herrera
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9786078768332
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es voluntario, lo hacen porque quieren”; respuesta emitida al solicitar permiso para que no se le computara falta a los alumnos que salían ese día a campo por el proyecto.

      La existencia de diferencias significativas al interior de las universidades no es sorprendente. Esta es una característica propia de la mayoría de las organizaciones complejas. Las organizaciones complejas no son homogéneas, sino heterogéneas, en el sentido de que a su interior existen y se desarrollan diferentes interpretaciones del sentido, visión, misión y valores de estas. Así, cabe decir que dentro de organizaciones complejas conviven y contienden diversas culturas institucionales (Mato, Maldonado Fermín y Rey Torres, 2011). Las universidades no son una excepción a esta suerte de regla. Por el contrario, en ellas, cuanto menos debido a la diversidad disciplinar de sus miembros y unidades institucionales, tal heterogeneidad puede ser especialmente significativa.

      LAS EXPERIENCIAS DE VINCULACIÓN SOCIAL COMO FUENTES DE APRENDIZAJES PARA TRANSFORMAR LAS UNIVERSIDADES

      Los intercambios con los responsables de las experiencias de vinculación social antes mencionadas me han llevado a concluir que estos tipos de actividades proporcionan a las universidades oportunidades para informarse y aprender tanto sobre los contextos sociales de los que forman parte, como sobre sus propias realidades institucionales. Si usualmente no lo hacen es porque no se han diseñado mecanismos para registrar y procesar información sobre problemas, demandas y propuestas, más allá de los objetivos concretos de las experiencias en cuestión.

      Las posibilidades de que esos tipos de actividades generen información sobre los contextos sociales extrauniversitarios en que se desarrollan pueden resultar evidentes. En cambio, mi experiencia de investigación sobre dinámicas institucionales en un buen número de universidades, y en no pocos casos también de participación en ellas, me ha llevado a pensar que la información y los aprendizajes que regularmente se obtienen en el desarrollo de experiencias de vinculación social frecuentemente se desaprovechan, pese a que estos podrían contribuir a evaluar el comportamiento institucional e impulsar convenientes transformaciones (Mato, 2008; 2012; 2016 y 2018).

      La documentación y el análisis sobre el desarrollo de experiencias de vinculación social universitaria puede proveer información sobre las consecuencias del insuficiente o inadecuado reconocimiento y apoyo institucional hacia el trabajo de los participantes en ellas y de cómo estas contribuyen a sus prácticas docentes y de investigación, así como acerca de cuánto más o mejor se podría lograr en caso de que fueran apropiadamente valoradas y reconocidas.

      Si bien es cierto que en Argentina, como en algunos otros países latinoamericanos, se ha avanzado en el reconocimiento de estos tipos de labores, la observación participante realizada en visitas a numerosas universidades, así como en congresos de extensión universitaria, me ha permitido identificar la existencia de sinsabores y frustraciones al respecto en varios países de la región. Reclamos de este tipo suelen ser verbalizados tanto en el curso de presentaciones formales como en conversaciones informales. Adicionalmente, también he registrado que suele desaprovecharse la información y los aprendizajes que emergen del desarrollo de las funciones de bienestar estudiantil, frecuentemente a cargo de funcionarios o trabajadores no docentes de las secretarías de extensión. Estas funciones, generalmente, permiten aprender sobre problemas que los estudiantes experimentan en las universidades que, en no pocos casos, son consecuencia de aspectos del diseño institucional y de sus prácticas institucionales, y de las formas en que sus autoridades y personal docente o no docente las interpretan y ejercen sus labores. Estos son solo algunos ejemplos de aspectos del diseño institucional y de su puesta en práctica, acerca de los cuales las actividades de las secretarías de extensión y el desarrollo de experiencias de vinculación social podrían permitir aprender si se establecieran prácticas sistemáticas de registro de esos tipos de datos, análisis y comunicación de resultados.

      El aprovechamiento efectivo de estos tipos de información y aprendizajes depende de su apropiada valoración y de que en consecuencia se diseñen instrumentos y mecanismos de registro, análisis y comunicación para ello. En tanto esto no se haga, el aprovechamiento institucional de esos aprendizajes e información quedará limitado a lo que los participantes de esas actividades puedan comunicar a través de intercambios ocasionales, como conversaciones informales con sus pares, o bien de su participación en reuniones de departamentos, escuelas o facultades, cuyas agendas no necesariamente incluyen estos asuntos.

      Estas labores de investigación y acompañamiento me han permitido observar que las oportunidades de aprendizaje asociadas a experiencias de vinculación social sirvieron a algunas universidades para generar iniciativas orientadas a lograr que su labor institucional sea más pertinente y relevante respecto de las necesidades, problemas y demandas propios de los contextos sociales en los que actúan. También me han permitido apreciar que las experiencias de vinculación social frecuentemente han aportado pistas concretas para acometer valiosas innovaciones institucionales. Por ejemplo, han contribuido a crear programas transversales que han tenido incidencia en diversos ámbitos institucionales y carreras de las respectivas universidades, incorporando temáticas importantes hasta entonces ausentes en los planes de estudio. Adicionalmente a estos avances concretos, estos equipos generalmente constituyen espacios de aprendizaje y promoción de transformaciones universitarias cuyos horizontes y expectativas van más allá de las visiones convencionales sobre qué es una universidad y cuáles papeles está llamada a cumplir en las sociedades contemporáneas.

      Finalmente, debo destacar que mis propias labores de colaboración con estas universidades y comunidades indígenas y afrodescendientes han sido las que me llevaron a identificar un tema de investigación que hasta entonces no me había planteado. Me refiero al de las posibilidades y los retos que las experiencias de vinculación social generan a las universidades en términos de mejoramiento institucional y de la calidad de sus labores de investigación y formación, sobre cuyos resultados he expuesto en páginas anteriores.

      APUNTES PARA PENSAR, INVESTIGAR Y ACTUAR

      Los diversos tipos de experiencias de vinculación social (extensión, incidencia social u otras denominaciones) que se desarrollan desde las universidades constituyen importantes fuentes para el mejoramiento de sus actividades de investigación y formación profesional, aunque suelen ser insuficientemente aprovechadas para estos fines.

      El aprovechamiento efectivo de estos tipos de información y aprendizajes depende de su apropiada valoración y de que en consecuencia se diseñen instrumentos y mecanismos de registro, análisis y comunicación para ello.

      Llegar a esta conclusión es valioso y potencialmente útil, pero acordar en esto de manera general no es más que un primer paso para avanzar en estos cometidos. También es necesario consensuar para lograr qué tipos de objetivos se diseñarían y aplicarían esos instrumentos y mecanismos de registro. De esto dependerá qué tipos de “datos” generar, cómo hacerlo, cómo analizarlos y qué hacer con los resultados, o incluso con los propios procesos de producción de estos.

      Los resultados de investigación expuestos hacen plausible sostener que las universidades, al igual que otras organizaciones complejas, no son instituciones homogéneas, sino heterogéneas. Sus miembros no son autómatas “portadores” de una cierta y única “cultura institucional”, sino personas con sus propias creencias, valores, sensibilidades e intereses, cuyas prácticas también están marcadas por ciertas “culturas profesionales”.

      Estas diferencias dan lugar a que se presenten problemas comunicacionales y de gestión del conocimiento de carácter intercultural. De hecho,