Que todo el territorio se vuelva feminista. Las protagonistas de las tomas universitarias del 2018. Varios autores. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Varios autores
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789560014184
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sobre todo, por la tenaz movilización desplegada durante octubre y noviembre de 2019, y los meses que le han seguido –con pandemia y sus restricciones–, que lamentablemente ha dejado a más de tres mil doscientas víctimas de la violencia de Estado, producto de las sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos ocurridas durante este tiempo. Solo a octubre de 2020 el INDH consignaba en más de treinta los muertos, cuatrocientos sesenta jóvenes mutiladxs y otros miles encarceladxs por meses, muchos de ellxs con más de un año en prisión preventiva. En tal sentido, este proceso, y lo que de él surja, es solo un peldaño en esta búsqueda por ensanchar la democracia y la igualdad; claro está –y con pesar lo decimos, por la historia de ayer y de hoy, por las luchas dadas por las mujeres y por todxs los marginadxs de la historia– que el poder no hace concesiones: la libertad, la justicia, la igualdad y la vida digna se ganan.

      No nos queda más que dar las gracias a todas las mujeres que participaron en cualquiera de sus formas en la revuelta feminista del año 2018, por su valentía, por su determinación, por contribuir a hacernos más conscientes de nuestras opresiones, que por cierto no se trata solo de las opresiones hacia las mujeres, sino que también hacia los hombres y disidencias, hacia lxs inmigrantes, lxs indígenas, lxs niñxs, lxs ancianxs, las personas de color, las con capacidades diferentes y toda alteridad manifiesta. El registro que aquí presentamos, a través de las voces de algunas de esas jóvenes, plasma aquel momento histórico en el desarrollo de las luchas de los movimientos feministas y sociales en Chile.

      Agradecemos a todxs lxs estudiantes que estuvieron dispuestxs a conversar con nosotras, por la confianza de compartirnos sus experiencias personales e íntimas, por sus ideas, por desafiar la normalidad impuesta y sus ganas de cambiar el orden de las cosas.

      Este libro está dedicado todxs lxs que luchan, y a las que ya no están...

      Silvia Aguilera M.

       Diana Bravo B.

       Beatriz Navarrete S.

       Marzo de 2021

       No solo había que mejorar el reglamento Universidad Austral

       Un espacio más de conciencia

      Valentina Gatica Gómez, 23 años.

      Quinto año de Geografía, Universidad Austral,

      Valdivia, junio de 2018.

      Nuestras compañeras de Antropología fueron las que iniciaron la toma, ocupando el edificio de Filosofía y Humanidades el 17 de abril del 2018. Fue una toma feminista, porque la mayoría son mujeres y son las que mueven la Facultad. Lo mismo sucede con la Facultad de Arte.

      Las chicas de Antropología estaban organizadas; tenían un círculo de mujeres de la carrera que venía actuando desde el año pasado. Ellas diagnosticaron que los casos de violencia de género dentro de nuestra universidad iban en aumento. Y habíamos sido nosotros como Universidad los que tuvimos el primer reglamento a nivel nacional que sancionaba los abusos, esto fue el 2016; sin embargo, no estaba considerado el acompañamiento a las víctimas. La Universidad tampoco estaba poniendo atención a la gravedad del aumento de casos. Este análisis se fue compartiendo en distintos espacios, y lo que iniciaron nuestras compañeras se hizo eco en todos. No solamente había que mejorar el reglamento, sino que también había que tener en cuenta que estamos en un sistema educativo que perpetúa la violencia machista.

      La toma de la Facultad era totalmente legítima

      Llevábamos recién una semana de haber asumido la federación. Como directiva nos hicimos cargo el 10 de abril de 2018 y el 17 de abril se dio inicio a la toma. Esa primera semana estábamos recién habituándonos a lo que era ser la nueva federación. Como lista, dentro del programa, teníamos el eje de género y diversidad, donde además de las temáticas de género y disidencias sexuales tocábamos temas culturales como lo relacionado al pueblo mapuche, a la juventud árabe, que tiene un trabajo acá. Cuando las compañeras se tomaron su facultad, encontramos que era totalmente legítimo. Ellas dieron una muestra de que se puede empezar a funcionar de manera autónoma y dinámica. Además, los representantes estudiantiles que van a los consejos, que son resolutivos para la federación, son más hombres que mujeres, entonces lo que hicieron nuestras compañeras fue también una demostración de cómo ellas hacen política dentro de sus espacios, por lo que tuvieron todo nuestro respaldo. Apoyamos siempre sus movilizaciones. Empezamos a participar en las asambleas feministas que ellas convocaron, y lograron que en muchos espacios se fueran dando cuenta de que vivían situaciones que habíamos naturalizado. Creo que este fue un trabajo en conjunto con la federación.

      Posteriormente otras facultades comenzaron a levantar sus tomas y nosotros como federación cumplimos el rol de coordinar, ya que tenían demandas similares y creíamos que era mejor unificar todos los petitorios para que nadie quedara excluido o excluida. Las tomas duraron bastante; la mayoría se extendió por un mes y medio a dos, aproximadamente.

      Cada facultad lleva su movilización de manera independiente, eso tenía que ver más que nada con un tema organizativo. Tenían las mismas aristas de discusión, las mismas problemáticas, pero cada espacio prefirió organizarse a su manera porque también negociaban con sus decanos sobre cuestiones específicas. Por ejemplo, acá en humanidades los ramos de género no eran problema, ya se habían instalado, pero sí había críticas a la comisión que llevaba a cabo los acompañamientos, o lo que sanciona la universidad, ya que de cierta manera había encubierto a docentes que habían violentado. En otros espacios abordaron otro tipo de temas, como los profesores que en los laboratorios acosaban a nuestras compañeras, o que no teníamos un protocolo de fiscalización. Entonces cada espacio, independientemente, trata ese tipo de temas más puntuales y los más generales los unificamos. Trabajamos con un petitorio que levantaron las chicas de Igualdad Humanidades y le agregamos componentes de todos los espacios.

      La federación la componemos organizaciones del Frente Amplio: el Movimiento Político Social SOL, que es una organización feminista; Revolución Democrática, el Movimiento Autonomista y la Unión Nacional Estudiantil e Independiente. El programa que postulamos contemplaba estas problemáticas, habíamos visto la necesidad de crear secretarías de género, de cambiar el lenguaje sexista, entre otras cosas, pero claramente la movilización agilizó todo esto.

      En la federación somos dos mujeres, las dos feministas, así es que tenemos una participación activa en nuestros espacios de organización. Yo participé mucho en la movilización de mi facultad, de donde era el profesor que había acosado y al que solamente habían cambiado de lugar de trabajo; por esa parte creo que nunca hubo falta de perspectiva de género para ver lo que estaba pasando.

      Una de las primeras desigualdades que se sufre

      como ser humano es la de género

      Yo soy de SOL, que es una organización feminista de izquierda. Más que una organización política, nosotras siempre ponemos por delante el componente feminista, ya que es una de las primeras desigualdades que se sufren como ser humano, por lo que era una de las problemáticas que había que tratar. La mayoría de nuestras compañeras y compañeros que están en SOL levantaron el primer congreso por una educación no sexista el año 2014, y participan en la red chilena contra la violencia hacia la mujer, en la Red Docente Feminista, por lo que es algo que forma parte del carácter de nuestra militancia feminista.

      Creo que la educación no sexista debe quitar finalmente los sesgos de género que se han perpetuado a través de la historia. No se puede desconocer que en el tiempo se han determinado ciertos roles para los hombres y para las mujeres, ciertas situaciones que, en la sala de clase, por ejemplo, diferencia el trato entre unos y otros. En mi caso, soy deportista, viví esa diferenciación cuando hacíamos educación física, en un momento nos dijeron «ustedes hagan barra a sus compañeros que juegan a la pelota». Este tipo de cosas va generando una desigualdad que no es propia. Entonces, entendemos por educación no sexista una que elimine ese sesgo que determina ciertos roles.

      Este es un movimiento de gente «escuelada»