Parroquia del Corral: Memoria documental. Jaime Reyes. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Jaime Reyes
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789568192174
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Corral.

      Esta es una memoria basada, principalmente en un muy diverso material conservado en el Archivo Histórico José Vial Armstrong de la e[ad]. Este material incluye las planimetrías originales, los bosquejos, los datos técnicos, fotografías de la época, cartas y documentos. Creemos que este material es de interés para arquitectos, investigadores, artistas, historiadores y académicos que estudien estos ámbitos y, como ya dijimos, muy especialmente para la comunidad de Corral.

      Un segundo paso, más allá de los alcances y posibilidades de esta publicación, podría ser reconstruir materialmente los elementos que se construyeron entre 1960 y 1964, y que con el paso de las décadas han ido desapareciendo, siempre y cuando en este proceso se siga y persiga el mismo partido que se tomó entonces. Este partido está detalladamente explicado en los capítulos que siguen.

      Este libro es para la realización de los aspectos considerados en el primer paso y podría ser preparatorio para acometer, en una nueva fase, los aspectos del paso segundo.

      Esta publicación pretende adentrarse en la memoria de la reconstrucción de la Parroquia recogiendo antecedentes en diversos formatos disponibles: fotografías y planimetrías originales, especialmente las realizadas durante la reconstrucción de la Parroquia. Se trata también de una “memoria poética”, precisamente aquella que desde un fundamento artístico abre la posibilidad de que exista la historia como tal. Esta historia considera los factores que los reconstructores utilizaron hace sesenta años. Esos factores o fundamentos, por ser más amplios y profundos que las especificaciones técnicas actuales, incluyen y son la esencia de conceptos como patrimonio, conservación o restauración.

      Esta memoria podría bien exponerse a la comunidad de Corral y a los visitantes de todo el mundo que recalan en este puerto.

      Desde nuestro punto de vista, la Parroquia de Corral cumple con los criterios de la UNESCO para ser considerada una importante obra arquitectónica y artística:

      “testimonia un intercambio de influencias considerable… en un área cultural del mundo determinada, en los ámbitos de la arquitectura o la tecnología, las artes monumentales, la planificación urbana o la creación de paisajes…”

      “es un testimonio único, o por lo menos excepcional, de una tradición cultural…”

      “es un excepcional ejemplo de un tipo de construcción o conjunto arquitectónico o tecnológico, o de paisaje, que ilustra uno o varios períodos significativos de la historia humana…”

      La arquitectura moderna religiosa, en Chile, no cuenta con muchas obras, ya sea que se encuentren o no actualmente erigidas. La más famosa, con justicia, tal vez sea el Convento de los Benedictinos de Santiago.

      Algunos arquitectos e investigadores apoyan esta constatación (Moreno, 2000):

      Se analizaron grupos de obras, organizados de acuerdo a los usos de las mismas (arquitectura institucional, industrial, pública, religiosa, educacional, de infraestructura, etc.) y se realizó un catastro y relevamiento de la información existente. Uno de los hechos constatados en la investigación es que del grupo de obras seleccionadas, tan sólo una, la iglesia y monasterio de los Benedictinos (en Las Condes, Santiago) es monumento nacional, o sea, digna de ser preservada. Del resto de las obras no existe ni siquiera un registro claro de sus planos originales y de las transformaciones que han sufrido.

      En este momento cabe mencionar el caso de las iglesias de Chiloé, que se encuentran ampliamente estudiadas, documentadas y que muchas de ellas están incluso restauradas. Una de las características que hace a estas iglesias dignas de pertenecer al “Patrimonio Mundial en Chile”, es, según el Consejo de Monumentos Nacionales, que

      Tienen la peculiaridad de haber sido construidas por la comunidad de fieles. Los lugareños aportaban su trabajo o bien materiales de construcción, y procedían a edificar las capillas en conjunto con los misioneros. Es así como las Iglesias chilotas, así como la cultura del archipiélago, son resultado de un rico diálogo intercultural, y de un profundo mestizaje.

      Se cree comúnmente que es la arquitectura de las iglesias chilotas el bien cultural que se convierte en patrimonio, pero el CNMN las destaca porque “se caracterizan por su óptimo aprovechamiento de los recursos del medio ambiente –en particular, de la madera–, por su diálogo e interrelación con el paisaje”. En este sentido dicen los arquitectos que trabajaron en Corral (Jorge Sánchez Reyes, José Vial Armstrong et al. 1982):

      los únicos brazos disponibles en Corral eran los pescadores, que habían quedado cesantes a raíz del maremoto. Con ellos se ejecutó la totalidad de la iglesia, y llegaron finalmente a tal grado de preparación y precisión, que muchos de ellos fueron contratados más tarde, en Valdivia como carpinteros de primera.

      Se han mencionado las iglesias de Chiloé porque el caso de la reconstrucción de la Parroquia de Corral, en estos aspectos, es muy similar a ellas.

      Esta obra tiene una historia particular, pues no fue erigida desde cero, sino que se trata de una reconstrucción (Mihalache, 2006):

      En 1960, después de uno de los más devastadores terremotos que tuvo lugar en Chile, la Escuela de Valparaíso estableció un acuerdo con las autoridades eclesiásticas para reconstruir algunas iglesias dañadas a causa del desastre. El problema se abordó de tres maneras: intervenciones integralmente nuevas, ampliación de algunos edificios deteriorados o integración de rastros antiguos en nuevas propuestas. El momento de esta intervención es relevante al menos por dos razones: por una parte, marca los cambios litúrgicos preconizados todavía al inicio del s. XX y legitimados luego por el Concilio Vaticano II; por otra parte, ofrece la oportunidad de la puesta en práctica de los estudios sobre arquitectura religiosa y parroquial.

      El hecho de que se trate de una reconstrucción y no de una obra nueva implica que en su concepción, se adelantaron las definiciones de conceptos que en la actualidad son esenciales, especialmente porque en Chile siguen y seguirán sucediendo grandes y destructivos terremotos, a la hora de abordar trabajos y estudios de reconstrucción y patrimonio. Es probable que los arquitectos de la Parroquia, al momento de acometer la reconstrucción, en 1960, no estuviesen preocupados por términos como patrimonio, restauración, o conservación. Pero la proposición que hacen, a través de la palabra reconstrucción, implica, recoge y profundiza los anteriores. El patrimonio proviene de la paternidad; es una propiedad heredada de un ancestro. La restauración es un proceso; es la acción de renovar o reparar algo para devolverle su condición original; también es la restitución de un derecho (como el de una corona sobre la cabeza de un monarca) o el de una costumbre antigua. La conservación es un cuerpo comprometido con la preservación de la naturaleza o de los recursos naturales; se refiere a la vida salvaje y al medio ambiente; la protección de los ecosistemas. Se trata además de la reparación y prevención de los deterioros de los sitios y artefactos arqueológicos, históricos y culturales.

      Todas estas definiciones ciertamente ayudan a comprender los fenómenos sociales, políticos y culturales que le conciernen a la civilización occidental cuando con sus propios productos; a su producción de todo orden. Sin embargo, la reconstrucción de la Parroquia de Corral no está basada en estas definiciones, sino está fundada en el acto de orar. Este acto, ¿cómo se lo hereda, se renueva o repara? ¿cómo se lo devuelve a sus orígenes, a su condición original?, ¿cómo se lo restituye o se lo conserva o se lo preserva?, ¿se lo puede reparar y prevenir su deterioro? Este acto es el que funda, el que abre, el que inaugura otorgando nacimiento. Este acto, que sucede y acontece siempre por primera vez, permite la existencia del Templo. Es la misma pregunta que se hiciera Alberto Cruz hace casi sesenta años, y que desencadenaría una de las formas más originales de la arquitectura y el arte de Chile (Cruz, 1954): “¿Cómo debe ser la forma dentro de la cual se ora?” Esta pregunta sería la misma que se intentaría responder en la reconstrucción de esta parroquia (Jorge Sánchez Reyes, José Vial Armstrong et al. 1982): “La forma arquitectónica se funda en el acto de orar, el retiro de la presencia de la forma y a la luz de oración”.

      La Parroquia de