1) El Grupo de Amigos Personales (GAP), cuya principal tarea era proteger al Presidente de la República y las residencias presidenciales. Se formó en 1970 y en los primeros tiempos tuvo una dirección colegiada entre el MIR y el PS. Debió pasar más de un año para que quedara bajo el control del PS. Su nombre en clave era P4.
2) El aparato militar, que reunía a militantes con alguna experiencia en tareas armadas y cuyo objetivo era canalizar esas experiencias y proporcionar una fuerza capaz de garantizar niveles mínimos de defensa para el partido y el gobierno. Su origen fue la fusión del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y la Organa,10 y como responsable quedó el abogado laboralista Arnoldo Camú (Agustín o Tío). Su nombre en clave era P6.
3) El aparato de informaciones o Equipo de Inteligencia y Contrainteligencia del PS, estructura secreta formada por jóvenes profesionales (médicos, abogados, economistas y sociólogos) cuya misión era sistematizar la búsqueda y análisis de información política relevante. Para ello crearon el Centro Nacional de Opinión Pública (Cenop). Los datos obtenidos se los entregaban a la Comisión Política del PS y a la Presidencia de la República, que aportaba la mayor parte de los fondos para su funcionamiento. Su nombre en clave era P511 y el responsable era el médico Ricardo Pincheira (Máximo), yerno de Adonis Sepúlveda.12
Un año después de finalizado el Congreso de La Serena, la Juventud del partido, dirigida por Carlos Lorca, llega a un acuerdo con la dirigencia soviética para enviar jóvenes a estudiar en una escuela de cuadros del Komsomol (Juventud del Partido Comunista de la Unión Soviética). La formación se concentraba en marxismo leninismo, teoría revolucionaria y algunas técnicas básicas para el trabajo clandestino. De esta forma, entre 1972 y 1973 dos contingentes de militantes de la JS fueron a la URSS a estudiar en esa escuela.
Así, dos de las razones por las que el PS pudo soportar la clandestinidad después del golpe serían esta formación de cuadros juveniles y la creación en el Congreso de La Serena de una estructura secreta de información y seguridad. Ambos proyectos fueron resistidos y polémicos mientras Allende gobernaba y le crearon muchos problemas, pero resultaron clave para lo que vendría.
Ya antes del golpe, la Comisión Política estaba dividida en dos grupos con posturas encontradas: los que eran partidarios de apurar el proceso o de “avanzar sin transar” (Adonis Sepúlveda, Nicolás García Moreno, Alejandro Jiliberto, Erich Schnake y Jorge Mac-Ginty) y los que apoyaban la estrategia de Allende (Hernán del Canto, Exequiel Ponce, Carlos Lorca, Ricardo Lagos Salinas y Rolando Calderón). El secretario general, Carlos Altamirano, mediaba entre ambas tendencias,13 pero sin duda era más cercano a la primera. Había entre ellos profundas diferencias estratégicas que paralizaron la acción socialista en los últimos meses del gobierno, dificultando una salida a la crisis. Mientras unos veían como única opción la negociación con la DC o un plebiscito sobre las tres áreas de la economía, los otros apostaban a la defensa armada del gobierno detrás de un inexistente ejército constitucionalista.
Tras un largo periodo de división interna, después del golpe del 11 de septiembre de 1973 serán los miembros del Frente Interno, dirigido por Exequiel Ponce, y los integrantes de la Juventud Socialista, encabezada por Carlos Lorca, quienes sustentarán el trabajo clandestino del Partido Socialista. Es decir, serán los moderados los que correrán el riesgo de preservar el PS, porque han recibido algunos conocimientos teóricos para enfrentar ese escenario y porque tienen la convicción de que vale la pena exponer la vida en pos de ese objetivo. Para ellos, mantener la organización socialista era imprescindible, porque la creían el mejor vehículo para materializar una revolución que daría a los pobres y postergados del país la posibilidad de una vida mejor.
Antes de seguir cabe recordar que en aquella época la organización del partido tenía una estructura piramidal de seis niveles: núcleos, seccionales, comités regionales, Comité Central, Comisión Política y secretario general. De abajo hacia arriba, primero estaban los núcleos, que se llamaban así y no células para diferenciarse del Partido Comunista. Su número de integrantes era variable; más tarde, en la etapa clandestina, no pasaba de seis personas, por motivos de seguridad. El jefe del núcleo se denominaba secretario político. Existía también un secretario de organización, uno de finanzas, uno de frente de masas. Luego venían las seccionales, agrupación territorial integrada por un número variable de núcleos de una comuna; en la clandestinidad, con tres núcleos se constituía una seccional. Encima de la seccional estaba el regional, agrupación territorial integrada por al menos tres seccionales. El secretario regional era elegido en el congreso partidario; eso cambió en la clandestinidad, por razones obvias, y los jefes de seccionales pasaron a elegir al secretario regional. Se entendía por “cuadros” del partido a aquellos militantes que habían demostrado su lealtad y compromiso con la organización; también se usaba para los que habían adquirido conocimientos en materias de seguridad e inteligencia.
El Comité Central era la instancia nacional de la organización. La Comisión Política era un grupo pequeño de miembros del Comité Central –de diez a quince personas–, que se reunía permanentemente y tenía a cargo las tareas coyunturales. Finalmente, el secretario general estaba a cargo de la conducción y la representación política del partido, y encabezaba la Comisión Política. Resultaba elegido en el congreso partidario por votación del Comité Central.
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