Parche, la gata pirata y la gran carrera pirata. Sue Mongredien. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Sue Mongredien
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Книги для детей: прочее
Год издания: 0
isbn: 9788417272463
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—Bala de Cañón sacó un rodillo de su bolsillo del delantal y lo blandió.

      Entonces sonó un enfadado CLONC del capitán Fletán al pisar fuerte con su pata de palo.

      —Rompehuesos, horrible pez bruja —dijo con frialdad—. Nos volvemos a encontrar —Inclinó su nuevo y elegante sombrero para que la luz del sol hiciera brillar el hilo de oro, pero si Rompehuesos estaba impresionado no lo parecía en absoluto.

      —Fletán, insignificante cobarde —respondió Rompehuesos, con desprecio—. Y yo que tenía la esperanza de que te hubieras ahogado y fueras un montón de viejos huesos en el fondo del mar —rio con maldad, enseñando sus dientes ennegrecidos—. ¡Qué mala suerte!

      —¡Ay! —dijo Parche a Sable—. ¡Ahí sí que se ha pasado!

      El capitán Fletán lo fulminó con su mirada más aterradora.

      —Si has terminado de decir tonterías —gruñó—, tengo un barco que zarpar.

      —¿El Váter Dorado? ¡Arrr! Lo próximo será que te unas con ese barco a la Gran Carrera

      Pirata de mañana —rio Rompehuesos—. ¡Ja, ja!

      El capitán Fletán echaba humo por las orejas. No se tomaba bien que nadie insultara la Argolla Dorada, y menos aún su viejo enemigo.

      —¿Cómo te atreves? —bramó—. Al menos tengo barco. Si no recuerdo mal, la última vez que te vi a ti y a tu miserable tripulación, ¡vuestro podrido barco estaba en llamas!

      —Esa cosa vieja —se burló Rompehuesos, riendo con desprecio—. ¿Acaso no has visto de qué soy capitán ahora? —Señaló al muelle—. Reclamé al seguro y... Echad un vistazo al Vil Saqueador, queridos. Es mío, solo mío.

      Todo el mundo siguió el dedo de Rompehuesos.

      —¡Guau! —Parche tragó saliva cuando vio a lo que apuntaba. El Vil Saqueador era un precioso y enorme barco desde luego, con una bandera pirata gigante, cañones brillantes impresionantes y no uno ni dos, sino tres perfectos puestos de vigía. Además el mástil parecía bastante bueno para afilarse las uñas.

      —Caracoles —suspiró Mandarina con anhelo—, qué belleza.

      —Imagina la cocina que tendrá —murmuró Bala de Cañón fantaseando.

      —Seguro que los camarotes de la tripulación tienen camas de verdad y todo —dijo Grandullón, cuya litera era tan pequeña que tenía que dormir con las piernas fuera.

      En cuanto al capitán Fletán, solo se aclaró la garganta, demasiado celoso incluso para hablar.

      Parche volvió a mirar a la Argolla Dorada, con sus velas raídas, el aparejo enredado y los camarotes viejos, y sintió un cosquilleo de envidia.

      Al lado del Vil Saqueador, parecía un desastre absoluto.

      —¿Mola, eh? Imagino que solo habrá un ganador posible para la Gran Carrera Pirata de mañana —El capitán Rompehuesos se regodeó con satisfacción—, y algo me dice que no serás tú, viejo Mofletón.

      Parche nunca había oído hablar de la Gran Carrera Pirata, y estaba segura de que el capitán Fletán tampoco, por lo que le sorprendió cuando soltó:

      —¿Ah, sí? Ya veremos. Me apuesto cincuenta monedas de oro a que ganamos la carrera.

      ¡Arrr!

      —¡Ja, ja! En tus sueños, querido —El capitán Rompehuesos rio a carcajadas y se golpeó los muslos.

      Mientras tanto, el resto de la tripulación de la Argolla Dorada se miraban alarmados.

      —¿La Gran Carrera Pirata? —susurró Mandarina—. ¿Hay que ser grande para entrar o crees que puede participar cualquier pirata?

      —No me gusta cómo suena —murmuró Grandullón, golpeando las rodillas—. Esto me da mala espina. ¡Podría ser muy peligroso!

      —Será mejor que coma algo —dijo Bala de Cañón preocupado—. A lo mejor restos de medusas ayudarán al capitán a ir más rápido.

      —¿Más rápido? —repitió el capitán Rompehuesos, que lo oyó por casualidad. Inclinó la cabeza hacia atrás y se rio tan fuerte que el hueso que atravesaba su nariz dio una sacudida—. ¿Más rápido? Que me parta un rayo, Fletán, ¡tienes toda una tripulación de majaderos! La Gran Carrera Pirata es una carrera en barco, no a pie. Desde la Bahía Lingote a la Isla Zoquete. ¡Ja! Os veré en la meta… cuando lleguéis los últimos. ¡Siempre y cuando vuestro cutre barco no se hunda por el camino!

      Y con eso, se alejó de Fletán con un leve empujón, todavía riendo, y desapareció dentro del Emporio Pirata de Gangas Sanguinarias.

      —Lenguado de pelo en llamas… —gruñó el capitán Fletán—. Canalla de dientes podridos… Ya verás quién reirá el último cuando lleguemos los primeros con facilidad a la línea de meta y nos llevemos el premio. ¡Ya lo verá!

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