Hace unas décadas, las parejas que preparaban sus bodas se veían limitadas en la oferta de estudios fotográficos a aquellos que se encontraban en su propia ciudad o en un entorno relativamente próximo. En la selección primaban realmente los dos factores anteriores —fiabilidad y calidad— de modo que no se le pedía mucho más al reportaje fotográfico de una boda. Sin embargo, actualmente Internet y la profusión de medios han permitido que las parejas busquen entre centenares de estudios. Durante la selección revisarán sus sitios web y elegirán a los fotógrafos que generen imágenes con un estilo más afín a sus personalidades. Si la pareja tiene un estilo de vida sencillo y disfrutan de los deportes al aire libre, posiblemente se sientan más atraídos por un fotógrafo que muestre a otros novios en escenas distendidas y desenfadadas, situados en escenarios rurales y con unos colores luminosos que evoquen la atmósfera de sus aventuras fuera de la ciudad, rechazando a otros fotógrafos que tengan imágenes con poses muy cuidadas en localizaciones urbanas y edificios de arquitectura contemporánea. Víctor Martí indica que: “Cada vez más los novios buscan aquellos fotógrafos que puedan expresar mejor sus personalidades y forma de entender la vida. Procure que su sitio web y el porfolio que mostrará a sus clientes contenga reportajes que sean atractivos para los diferentes tipos de parejas que constituyen sus segmentos de mercado prioritarios”.
Al captar imágenes como ésta, Antonio Trigo de El Marco Rojo resume gráficamente la personalidad de la pareja. Observando la fotografía, nadie duda que los novios son deportistas, informales en el vestir y con una indudable tendencia a las escapadas románticas. Para simbolizar sus personalidades y aficiones, seleccione cuidadosamente tanto el escenario elegido como los elementos que aparezcan en su encuadre.
Nikon D4, Nikkor 135 mm f/2, ISO 200, f/10, 1/1000 segundos.
Para Xpression International una de las claves de su estilo es incluir en sus reportajes algunas imágenes donde la pareja se encuentre en un espacio con una arquitectura imponente, ya sea la Alhambra de Granada o el Taj Mahal en la India. Aunque en esta imagen a la pareja se les reconozca únicamente por sus perfiles, esto resulta suficiente para trasladar a los novios a ese momento único en sus vidas. Para centrar aún más la atención, la composición se apoya en crear un marco con la puerta del edificio en primer término y llevar las siluetas a negro sin detalle para contrastarlas con el mármol blanco del mausoleo. 24-70 mm f/2,8, ISO 100, f/8, 1/250 segundos.
Muchas parejas buscan que el fotógrafo elegido aporte al reportaje algún aspecto que lo haga original o sino, al menos, que las fotografías se parezcan a las que vieron de la boda de tal actriz, cantante o simplemente en un blog de bodas. Por tanto, desarrollar un estilo propio muy reconocible es posiblemente la mejor garantía de una promoción fácil a través de Internet y las redes sociales. Sin embargo, debo advertirle que ese estilo debe mantenerse dentro de un cierto acotamiento ético y formal. No debe conseguir su estilo a cualquier precio y realizando cualquier locura con sus fotografías. Nadie desea un reportaje de boda donde el fotógrafo se haya dedicado a producir una exhaustiva crítica social de los invitados, tal como suele realizar en sus series el famoso reportero de Magnum Martin Parr. A diferencia de un fotorreportero que recoge lo que va buscando personalmente, sin más limitaciones que las legales, a usted le han contratado para documentar uno de los días más felices de una pareja, por lo que debe aproximarse a las personas con la empatía y respeto que la ocasión requiere. Además, no debería buscar su estilo fuera de unos márgenes razonables de creatividad. Por mucho que le guste la fotografía constructivista de Alexander Rodchenko o la abstracta de Alvin Langdon Coburn, una boda no es el lugar más adecuado para captar a sus personajes con unos puntos de vista o recursos técnicos tan inusuales y poco favorecedores. En el capítulo 2 le explicaré los estilos más habituales en fotografía de boda y algunas ideas para desarrollar su propio estilo, dentro de estas acotaciones dictadas por las finalidades comerciales que deben satisfacer este tipo de reportajes.
Aunque no lo digan explícitamente en las entrevistas previas, al contratar a un fotógrafo profesional los novios desean liberarse y despreocuparse del problema de recoger visualmente la historia de su boda. Víctor Martí subraya que: “En ese día tan especial y complejo, nadie desea tener que ocuparse de recordar al profesional que fotografíe para el álbum esos zapatos tan exclusivos que ha comprado la novia o la llegada de los novios a la celebración en ese coche de época cuyo alquiler ha costado una fortuna. También es muy importante para nuestros clientes que tomemos buenas fotografías de los lugares donde se celebre, porque han dedicado mucho tiempo y cariño a elegirlos y para su decoración. Al contratar a un profesional los novios valorarán su experiencia en estar atentos a todo ese tipo de detalles y a las personas que puedan ser claves en el desarrollo de una boda”. Enseñe a los novios algunas fotografías suyas que les permitan apreciar su especial atención hacia ese tipo de detalles.
Ningún detalle es menos importante para aquella persona que se ha preocupado en buscarlo para hacer más especial el enlace. Recoja en sus fotografías todos los pequeños y grandes detalles y después agrúpelos de forma atractiva en una página del álbum, que seguro se convertirá en una de las más comentadas. Xpression International.
Los novios valorarán su actitud y capacidad para resolver todo tipo de imprevistos: tanto si comienza a llover cuando llega la novia, si la iluminación de la iglesia es terrible o si uno de los flashes no funciona. Generará mayor confianza en su capacidad resolutiva si les muestra diversas bodas en cualquier circunstancia, explicándoles también que toda boda es diferente y cómo sólo usted sabe aprovechar esas peculiaridades, e incluso las posibles eventualidades, para ofrecer a cada pareja un reportaje más original y único. Sea flexible con los cambios, que sin duda ocurrirán, sepa adaptarse a las nuevas circunstancias y, en vez de pensar sólo en los aspectos negativos, considere que pueden ser una oportunidad, aprovéchese de ellos para abordar el reportaje de forma diferente.
Además, deberá tener la empatía y capacidad para ofrecer soluciones a los problemas humanos que también aparecerán: la novia está enfadada porque su traje se ha arrugado, porque la madre se ha olvidado sus zapatos en casa o la pareja está muy tensa delante de la cámara. Tenga muy en cuenta que en ese día hay muchos sentimientos y están a flor de piel esperando para desbordarse en cualquier momento. Intente meterse en la piel de los novios y comprender sus problemas aunque a usted le parezcan triviales. Y, sobre todo, busque siempre transmitir tranquilidad a la pareja. Preferiblemente busque la ayuda de otras personas —padres o amigos— en vez de solicitarla a los novios y así no incrementará el nivel de tensión de la pareja.
Todos los puntos anteriores se resumen en una sola palabra: confianza. Su objetivo principal debe ser conseguir que la pareja de novios, que se acerque a consultarle para un reportaje fotográfico, salga de su estudio con la confianza plena en que usted logrará captar la historia en imágenes memorables del día más importante de sus vidas.