La preparación física en el baloncesto
Gilles Cometti
Título original: La préparation physique en basket
© Charles Joseph Cometti Gilles
Traducción y adaptación: Manuel Pombo
Revisor técnico: Jordi Ticó
Diseño cubierta: David Carretero
© 2018, Gilles Cometti
Editorial Paidotribo
E-mail: [email protected]
3a reimpresión de la primera edición
ISBN: 978-84-8019-624-6
ISBN EPUB: 978-84-9910-866-7
BIC: WSJM
Fotocomposición: Editor Service, S.L.
Diagonal, 299 – 08013 Barcelona
Índice
Los principios de la preparación física
La mejora de la velocidad y la fuerza explosiva
Los ejercicios y los encadenamientos
Los movimientos de musculación
Las sesiones de baloncesto
La planificación
La preparación física en los jóvenes
La evaluación de las capacidades físicas del jugador de baloncesto
Introducción
Condición: respetar la salud del atleta
La preparación física constituye no sólo un fin por sí sola, sino que se destina a la mejora de la eficiencia del jugador; por ello, es necesario ante todo respetar la SALUD del individuo. Está fuera de toda duda el realizar un trabajo eficaz de condicionamiento físico en un organismo que presente patologías importantes. Antes de trabajar la condición física es necesario exigir un examen médico completo.
Condición: el nivel de la preparación física
El entrenador y equipo técnico deben decidir el papel de la preparación física. Está claro que las cualidades principales del jugador son ante todo técnicas y tácticas.
Figura 1: Las cualidades técnicas y tácticas son primordiales en baloncesto, ya que determinarán el nivel de la preparación física.
Los principios de la preparación física
Principio Nº1: La preparación de base
El objetivo del trabajo físico es mejorar la eficiencia del entrenamiento y no fatigar a los jugadores. Llevar a cabo un esfuerzo físico sobre un organismo fatigado carece de interés alguno. Es necesario, en primer lugar, velar por una buena recuperación tras los esfuerzos en competición. A continuación se establecerá un trabajo físico muy concreto.
El baloncesto exige cualidades físicas de velocidad; es necesario trabajarlas prioritariamente antes de entrar en un proceso de fatiga causada por el trabajo aeróbico. En un corredor de cien metros, para que éste mejore sus marcas hace falta recurrir a esfuerzos más cortos y más cualitativos. Por lo tanto es importante recordar que la calidad pasa, en un momento dado, por esfuerzos más breves que los de competición, y más cuando estos esfuerzos son repetidos. O como veremos más adelante, para el jugador de baloncesto es determinante el tiempo en los 10 metros; por este motivo, deben trabajarse los esfuerzos explosivos.
Principio Nº2: La inversión de las pirámides
(O el principio de la calidad antes que la cantidad)
1)En musculación
Zatsiorski nos ha aclarado esta prioridad. Zatsiorski (1966) realizó un análisis crítico del método de la pirámide (figura 1).
Constató que la parte baja de la pirámide equivalía a las repeticiones, mientras que la parte superior se referiría a los esfuerzos máximos. Se podría, pues, pensar que la pirámide es más eficaz porque combina dos métodos. De hecho, el encadenamiento de los dos métodos no acata los principios fisiológicos que rigen el entrenamiento de la fuerza. Examinamos la parte baja de la pirámide. Los esfuerzos son repetidos los que van a sufrir los mayores inconvenientes: el atleta que sabe que deberá enfrentarse a estas cargas más pesadas (y que va a intentar llegar a su máxima carga), no va a ir hasta el final de su acción en los esfuerzos repetidos, economizando, por tanto, dichos esfuerzos.
Figura 1: El método de la “pirámide”.
Se despreciarán las últimas repeticiones de cada serie, aunque son las más eficaces (por la sincronización) Veamos ahora la parte alta de la pirámide: son sin duda los esfuerzos máximos; y se realizan en las peores condiciones: el organismo se fatiga debido a los esfuerzos repetidos; el impacto del método sobre los mecanismos nerviosos será, pues, menos eficaz. Quedan claras las limitaciones del método de la “pirámide” (figura 2).
Por lo tanto, parece lógico invertir la pirámide. Zatsiorski ya lo había intentado con éxito (1966). Desde entonces, otros autores, como Mc Donagh y Davies (1984), hicieron la misma observación. También Fleck y Kraemer siguen la pirámide en sentido descendente, citando como referencia a Leighton y Coll (1967) y Mc Morris y Elkins (1954)
Figura 2: Los límites del método de la pirámide.
No se trata de decir que el método de la pirámide ascendente es malo sino de limitar su alcance en la mejora de la fuerza. La pirámide es un medio interesante para habituarse a las cargas pesadas, pero no aconsejamos realizar los ciclos de la “pirámide”.
Figura 3: El método de la carga descendente (pirámide invertida).
Conclusión
En el trabajo de musculación es necesario realizar esfuerzos de calidad al principio (evidentemente después del calentamiento) para terminar con series más largas o cargas más ligeras.
2.En la organización de la preparación física
Inversión de prioridades
La musculación ha dependido siempre de la resistencia, dentro de