El análisis basado en mediciones estadísticas agregadas daría —posteriormente, como siguiente etapa— elementos para investigar el disfrute que comporta otro tipo de unidades de observación y de indicadores.
Conclusión
Las cuestiones cuyo tratamiento abstracto y general corresponden al campo de la metodología de la investigación en ciencias sociales, tienen su concreción empírica condicionada de modo particular en cada derecho humano que se investigue, considerado un entorno definido con las precisiones territoriales, temporales, sociales y jurídicas convenientes.
La sugerencia derivada de las consideraciones presentadas es orientar los esfuerzos hacia una investigación interdisciplinaria con un enfoque metodológico de sistemas complejos, compartido por especialistas en los dominios científicos que abarca la investigación, quienes participarían conjuntamente en su definición y en su desarrollo. Esta investigación estaría dirigida específicamente a medir y comparar el cumplimiento de los gobiernos en América Latina, apegándose a las definiciones y prácticas internacionalmente adoptadas.
El modelo de colaboración que exige el proyecto de investigación examinado es viable en una institución académica como la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, tanto por la diversidad de especialistas y programas docentes de posgrado que conforman este espacio académico, como por su presencia en varios países de América Latina.
Referencias
Bunge, Mario (1999). La investigación científica: su estrategia y su filosofía, 8ª ed., Barcelona, Ariel.
Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval) (2013). Medición multidimensional de la pobreza 2012, México, Coneval.
Gaos, José (1956). “Comentario al libro de Eduardo García Máynez, La lógica del juicio jurídico”, Diánoia, vol. 2, núm. 2, México.
García, Rolando (2006). Sistemas complejos. Conceptos, métodos y fundamentación epistemológica de la investigación interdisciplinaria, Barcelona, Gedisa.
García, Rolando (2000). El conocimiento en construcción: de las formulaciones de Jean Piaget a la teoría de sistemas complejos, Barcelona, Gedisa.
Landman, Todd (2006). “The Scope of Human Rights: From Concepts to Measures”, Revista Iberoamericana de Derechos Humanos, núm. 2. pp. 109-138.
Piaget, Jean y Rolando García (1998). Psicogénesis e historia de la ciencia, 8ª ed., México, Siglo xxi.
Piaget, Jean y Rolando García (1989). Hacia una lógica de significaciones, México, Gedisa.
Przeworski, Adam y Henry Teune (1970). The Logic of Comparative Social Inquiery, Nueva York, John Wiley and Sons.
Smorodinsky, Ya. (1983). La temperatura, Moscú, mir.
Wright, Georg Henrik von (1957). “Deontic Logic”, en Logical Studies, Londres, Routledge-Kegan Paul.
2. Indicadores de derechos humanos: tipos, métodos y bases de datos existentes
Alejandro Anaya Muñoz[*]
Introducción
Los esfuerzos por desarrollar indicadores en el área de los derechos humanos son relativamente recientes, posteriores a los que se han dado para conceptos como democracia, pobreza o desarrollo. Dichos esfuerzos han sido parciales o desvinculados entre sí: sólo se han enfocado en algunos derechos en concreto (como los relativos a la integridad física de la persona) y se ha recurrido a una amplia gama de metodologías no necesariamente compatibles entre sí (Landman y Häuserman, 2003). Como quiera que sea, aunque la preocupación por generar y utilizar indicadores haya llegado “tarde” y parcialmente al área de los derechos humanos, su uso es ya parte fundamental en la investigación académica y en la práctica de organismos internacionales, organizaciones de la sociedad civil (osc) y de los gobiernos. Sin embargo, los indicadores de los que disponemos están lejos de ser perfectos, apropiados o indicados para cualquier tipo de proyecto de investigación, o para cualquier tipo de programa de política pública, o bien de intervención por parte de organismos internacionales u osc.
En este capítulo se ofrece un acercamiento a los tipos de indicadores de derechos humanos que se pueden generar y a los acercamientos metodológicos para ello. Por otro lado, aquí se describen con cierto detalle tres de las bases de datos de indicadores de derechos humanos más utilizadas en la actualidad, todo ello con el fin de ofrecer al lector una especie de “mapeo” que le permita identificar el tipo de indicadores que le sean de utilidad en sus proyectos o iniciativas, el tipo de métodos útiles para generar sus indicadores, o las bases de datos ya existentes a las que puede recurrir.
El capítulo se organiza en un primer apartado, en el que se examina el tipo de indicadores de derechos humanos posibles de generar: de insumos, de procesos y de resultados. En el segundo, se atienden los principales métodos para la generación de indicadores: la suma de “eventos”, la generación de estadísticas (a partir de muestras representativas) y la medición con base en estándares, dando especial atención a este último, ya que parece ser el único realmente factible en la práctica para la generación de bases de datos, con indicadores para muchos países que cubran largos periodos. En el tercer apartado se describen cuidadosamente las bases de datos de derechos humanos más usuales (generadas mediante la medición con base en estándares), subrayando sus características, virtudes y algunas limitantes. El texto concluye señalando que los investigadores y “practicantes” deben reflexionar sobre la pertinencia, para sus propios proyectos e iniciativas, de recurrir a las bases de datos existentes o, por lo contrario, de generar las suyas propias.
Tipos de indicadores
En la literatura sobre la medición de los derechos humanos se identifican distintos tipos de indicadores, los más señalados son los de insumos, los de procesos y los de resultados (Landman y Häuserman, 2003: 5-6; Böhning, 2003: 4-5). Los indicadores pueden reflejar “insumos”, es decir, acciones o decisiones del Estado con un eventual impacto en los niveles de ejercicio o de disfrute de los derechos humanos en la práctica. Los insumos más comunes en la materia suelen ser normativos e institucionales: la aprobación de nuevas disposiciones constitucionales, la reforma a la legislación secundaria, la creación o fortalecimiento de instituciones nacionales, la ratificación de un tratado internacional, o bien la aceptación de la competencia de un órgano internacional de monitoreo o defensa de los derechos humanos.
En este sentido, un indicador muy simple señalaría el número de acciones del tipo referido arriba que el Estado toma en un año particular.[1] Una versión más compleja asignaría distinto peso o valor cuantitativo a distintas acciones dentro del ejercicio de agregación, lo cual lleva a la formulación del indicador. Por ejemplo, se podría plantear que una reforma constitucional tiene mayor importancia y, por ende, que debería tener “mayor peso” que la reforma a una ley secundaria o que la modificación de las atribuciones de una institución pública. Así, una reforma constitucional tendría un mayor impacto en el indicador final que una reforma institucional.
Por otro lado, los indicadores de procesos miden o reflejan la puesta en marcha de políticas públicas, o de un conjunto amplio y sistemático de éstas, como un plan o programa nacional de derechos humanos. De alguna manera, estos procesos también se podrían considerar un “insumo”, pues al final se integran a un “sistema” que genera o produce un resultado. Como quiera que sea, un indicador que refleje este tipo de “procesos” sería, de nueva cuenta, una simple agregación, por ejemplo, del número de políticas públicas con orientación de derechos humanos, diseñadas e implementadas por el Estado x en el año y. Un acercamiento más complejo