Figura 2-2 Aspectos que condicionan la eficacia en el tiempo de reacción compleja en el tenis. Adaptada de García Manso y cols., 1998.
■Aceleración: es la capacidad de incrementar la velocidad por unidad de tiempo. Estaría en íntima relación con conceptos de fuerza, como la fuerza relativa, la fuerza explosiva dinámica, la potencia, el gradiente de fuerza y la fuerza inicial, y con la pendiente de la curva velocidad/tiempo, fuerza/velocidad y fuerza/tiempo. La frecuencia de movimientos determinada por el sistema nervioso también será decisiva. La técnica con una buena aplicación de fuerzas permitirá desarrollar todo el potencial. También los procesos de atención y activación permitirán el máximo rendimiento. La aceleración se puede producir después de una salida con un salto de parada previo, pero también se producirá en situaciones de desplazamientos más o menos rápidos.
■Desaceleración: es un factor decisivo también en la velocidad durante el juego. Es la capacidad de reducir la velocidad por unidad de tiempo. Está en relación directa con la fuerza relativa y la fuerza explosiva excéntrica. La frecuencia se manifestará al ajustar y acortar los apoyos, variando el ritmo y amplitud de los pasos. Se verá reflejada en la curva velocidad/tiempo siendo más pronunciada cuanto más desaceleración se logre; también determinará el grado de fuerza excéntrica lograda por unidad de tiempo. La técnica será fundamental, especialmente al estar unida esta fase al golpeo posterior, siendo el final de la fase de desaceleración el inicio del golpe. Puede ser también muy breve, estando muy relacionada con la rapidez de relajación, la coordinación inter e intramuscular y de realización de tensión excéntrica.
Figura 2-3 Andrea García. Las diferentes posiciones que se producen durante el juego, serán los puntos de salida. La puesta en acción debe trabajarse desde las posiciones corporales de terminación de los golpes.
■Acción breve de ajuste y colocación: será el factor posiblemente más específico de las acciones del juego. Se trata de una acción motora muy similar a la que se lleva a cabo al final de cada desaceleración, pero que ocurre de forma aislada siendo un tipo de movimiento más gestual, de rapidez. Consiste en un solo paso y ajuste, o situándose directamente para golpear, buscando la lateralidad de hombros y pies en posición más o menos frontal, según sea la exigencia de la acción. En ocasiones se solicita hacia un lateral, en otras adelantándose a golpear, o hacia atrás pudiendo ser mediante un salto. Habitualmente se utiliza una acción motora con un pequeño salto de colocación al que tradicionalmente se le llama doble ritmo. Es una acción muy habitual en el resto, especialmente cuando se ataca la pelota. La velocidad de ejecución y la precisión en este tipo de acciones muy breves, e incluso de tipo acíclico, tendrán una gran dependencia de la calidad del programa motor (Keele y cols., 1990).
Estos desplazamientos son realizados de forma combinada y enlazada entre sí, y requieren de un control corporal, espacial, de la estabilidad y del ritmo del jugador, y en relación con el oponente y las variantes de la pelota y su bote. Por lo tanto, se tratará de lo que podíamos llamar agilidad y más concretamente agilidad útil, pues se tratará de la capacidad de acelerar, frenar, cambiar de sentido en situación de juego, de la acción de acoplar estos procesos frente a cambios de dirección y sentido, pero también de diferentes movimientos y ritmos, en los que tan o más importante que acelerar es desacelerar, y desacelerar con las amplitudes y ritmos adecuados, con el control corporal espacial adecuado para golpear la pelota con precisión e intensidad óptima. Una manifestación óptima de este tipo de agilidad será uno de los factores más determinantes en el rendimiento de un tenista (Groppel y Roetert, 1992), actuando sobre la ejecución de los golpes e interactuando con el factor táctico.
A la hora de preparar a un tenista, conviene tener en cuenta que la capacidad para acelerar y para alcanzar una velocidad máxima no tiene una relación lineal. También parece que la aceleración y la capacidad de mantener altos niveles de velocidad son bastante independientes (Zhelyazkov, 2001). Sin embargo, la capacidad de mantener altos rendimientos al realizar aceleraciones sí que tiene una fuerte relación con la destreza en las mismas y con la fuerza explosiva y la explosiva elástica. A mayores niveles de fuerza explosiva, más capacidad para retrasar la fatiga ante este tipo de estímulos (García Manso, 1999).
Esta aceleración depende directamente de una alta sensibilidad del sistema nervioso, y tiene una íntima relación con el estado emocional. La capacidad de manifestar un gradiente de fuerza elevado y una aceleración explosiva del cuerpo va unida al máximo flujo de impulsos nerviosos. Entonces podemos suponer que el sistema neuromuscular, con sus procesos aferentes y eferentes desde el sistema nervioso central a las placas motoras, tendrá una relevancia capital en la velocidad. También tiene una relación directa con la técnica, por tratarse de acciones que deben tener un alto grado de precisión y coordinación, y de esta forma alcanzar un elevado rendimiento. Para ello, por ejemplo, se debe buscar un elevado número de apoyos para lograr un buen número de momentos de fuerza, pero logrando al mismo tiempo unos impulsos óptimos.
Al producirse continuas aceleraciones y desaceleraciones, los procesos activadores y los inhibitorios resultarán fundamentales. En todo proceso de carrera, especialmente a elevada intensidad, se debe producir una coordinación precisa entre la tensión y la relajación de los agonistas y antagonistas, pero en el caso del tenis se presenta además una continua alternancia de tensiones, relajaciones y diferentes tipos de tensión concéntrica y excéntrica, con componente elástico y reflejo. La fuerza excéntrica y de ciclo estiramiento-acortamiento se manifestará, especialmente, en las acciones de frenada y cambio de dirección o sentido. No se trata solo de relajar, sino de realizar fuerzas excéntricas explosivas con una absorción de la velocidad alcanzada en la aceleración. Todo esto implica a la técnica como elementos de ejecución, de fluidez, de control motor, del tiempo, del espacio y del ritmo.
La relación con la fuerza es determinante, pero cuanto más rápida es la acción menor tiempo de aplicación de la misma se tendrá. Las velocidades segmentarias se incrementarán, el tiempo de apoyo o impulso se reducirá y habrá una mayor dependencia de la capacidad de realizar fuerza explosiva en un breve espacio de tiempo, pero también en movilizar a altas velocidades los brazos y piernas. Por lo tanto, se tratará de una fuerza explosiva con la carga corporal del tren inferior al impulsar, pero también en la movilización de porciones del cuerpo, como los brazos o la flexión de la cadera.
Por lo tanto, se producirán unas subsituaciones de aplicación de fuerza dentro del desplazamiento global, dependientes de diferentes factores. Esto será así, tanto en la salida como en la aceleración y desaceleración, en esta última fase con una importante acción excéntrica de frenada también en unas subsituaciones similares a las presentes en la aceleración, pero para el ajuste con la pelota y su golpeo.
Se trata de una velocidad global, por participar diferentes elementos corporales dependiendo, en parte, de la eficacia coordinativa en la preparación y acción de golpeo, y con decisiones cognitivas. Por lo tanto, se sucederán y sobrepondrán acciones cíclicas de desplazamiento con acíclicas de ajuste y golpeo.
El sistema de juego y el carácter del jugador influirán también en el tipo de desplazamiento: por ejemplo, cuando se trata de jugadores ofensivos que dominan el punto y el centro de la pista, sus movimientos, en muchas ocasiones, serán cortos, manifestándose la velocidad en el juego de pies y la rapidez gestual, en íntima relación con la ejecución del golpe ofensivo. Sin embargo, cuando se trata de un jugador o una situación de carácter defensivo, el recorrido del desplazamiento es mayor en cada aceleración y en valores totales en cada punto. Esto se acentúa si la posición defensiva es retrasada, lo que incrementa el ángulo del oponente y el espacio a recorrer por el jugador. Otra diferencia será que