Un proceso semejante lo describe Jan Rus, en este caso, para localidades tzotziles de Los Altos:
A medida que menguaron fuentes de ingresos “externas” disponibles para los indígenas —trabajo agrícola migrante, empleos en obras de construcción del sector público y arrendamiento de tierras para agricultura de subsistencia—, las comunidades se dividieron en facciones y se pelearon entre ellas por el control de los recursos “internos” dentro de sus propios municipios, tierras comunales, agua, bosques o ayuda gubernamental entregada al conjunto de la comunidad … [Algunos bandos] acabaron por acudir a las organizaciones e instituciones no indígenas para que los apoyaran: partidos políticos, iglesias, incluso agencias gubernamentales que competían entre sí (Rus, 2009b: 176-177).
Muchos de los conflictos de décadas anteriores —por ejemplo, entre campesinos y comerciantes por el fundo legal; entre las autoridades ejidales y las municipales por el cobro de impuestos y servicios correspondientes al fundo legal; entre maestros ladinos estatales y federales inicialmente, y la posterior oposición de éstos a los maestros bilingües choles; entre el pri (cnc) y el pst, y entre el Inmecafé y la Unión de Uniones— se reactivaron bajo una nueva presentación o sigla. En unos casos fue como organizaciones y partidos políticos (pri, prd, zapatismo, Paz y Justicia y Socama); en otros como iglesias (católica, católica de la teología de la liberación, diversas denominaciones protestantes) (Coello, 1998). Las emergentes tensiones sociales se expresaron de modo semejante en estos términos. Hubo localidades que se afiliaron en su mayoría a opciones determinadas. Así, Río Grande se acercó al zapatismo, llamado “la organización”, y al prd; mientras que en Cantioc una parte permaneció con el pri y otra con el prd. En otros lugares, como en El Limar, el faccionalismo desgarró el tejido social (Agudo, 2005a). Hacia 2003 la expresión más violenta del conflicto en la región se apaciguó, a ritmos diferentes en distintos lugares. Sin embargo, aún ahora hay momentos en que las tensiones aumentan en forma considerable —así sucede durante las elecciones para presidente municipal de Tila—, pero no han alcanzado los niveles de violencia del pasado.
En términos generales, los procesos de cambio estructural y social continúan en la línea de lo señalado. Se trata de sociedades rurales que están dejando de serlo, a partir de su inserción en la producción para el mercado, la migración, el trabajo asalariado o la especialización productiva y ocupacional. Las formas de organización social que se basaban en el parentesco, la edad y el género, dan paso ahora —a ritmos diferentes— a relaciones fundadas en el desempeño individual, en las capacidades adquiridas por medio de la educación y la experiencia urbana, en la participación política y en organizaciones religiosas. La resultante diferenciación socioeconómica ha hecho posible la movilidad social de algunos sectores, que han sacado ventaja de esta circunstancia, pero no todos han podido acceder a ella.
Si, como dice Giddens (2000), las transformaciones del capitalismo (temprano y tardío) son mucho más profundas que cualquiera de las que existieron en la historia social, es necesario conocer su impacto en la dinámica social local. A partir del contexto histórico aquí perfilado, profundizaré en otros capítulos en dos dimensiones del fenómeno. Por un lado, reconstruiré el tejido social más fino (formas de organización social, jerarquías de género y edad, relaciones de poder y desigualdades sociales, conflictos intrafamiliares y sociales, expectativas) para destacar que existe diferente vulnerabilidad al suicidio entre los grupos sociales locales. Coincido con Chua, quien plantea que para analizar el suicidio en determinado lugar y época hay que atender a “la conjunción particular de las condiciones históricas, sociales y culturales en las que la violencia en contra del cuerpo puede acumular valor social, económico y político dentro de contextos transaccionales situados” (Chua, 2009: 17).[57] Por otro, este contexto histórico será el telón de fondo para analizar los cambios en las concepciones culturales de la causalidad suicida.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.