Ilustración 61. Dirección de la longitud de las carreras de los estudiantes de deporte (número total 258). En el test de Cooper con motivo de la prueba de reunificación de 1989. Nota 1 = más de 3.320 metros: 14 (5,43 %); Nota 2 = 3.160-3.319 metros: 33 (12,79 %); Nota 3= 3.000-3.159 metros: 98 (37,98 %); Nota 4 = 2.840-2.999 metros : 89 (34,49 %); Nota 5= 2.680-2.839 metros: 22 (8,53 %); Nota 6- por debajo de 2.679 metros: 2 (0,78
Distancia recorrida | Categoría de rendimiento |
Hasta 2.000 | Débil |
Hasta 2.400 | Normal |
Hasta 2.800 | Buena |
Hasta 3.200 | Muy buena |
Por encima de 3.200 | Excelente |
Tabla 15. Criterios para determinar la capacidad de ren dimiento en el test Cooper para hombres (según Kunze, 1977, pág. 163; Mosco, 1990, pág. 73).
Categoría de rendimiento | Distancia recorrida | |
Hombres | Mujeres | |
Muy buena | Más de 3.200 | Más de 2.800 |
Buena | 2.801-3.200 | 2.401-2.800 |
Mediana | 2.401-2.800 | 2.001-2.400 |
Mala | 2.000-2.400 | 1.600-2.000 |
Muy mala | Menos de 2.000 | Menos de 1.600 |
Tabla 16. Propuesta de valoración del test de Cooper para los deportes tipo juego según Hagedorn et al. (1985, pág. 61).
Distancia recorrida | Categoría de rendimiento |
Más de 3.650 | Muy por encima del promedio |
3.260-3.350 | Por encima del promedio |
3.160-3.259 | Promedio |
3.060-3.159 | Por debajo del promedio |
Menos de 3.060 | Muy por debajo del promedio |
Tabla 17. Propuesta de valoración del test de Cooper para futbolistas masculinos de primera división según Geese (1990. pág. 26).
Distancia recorrida | Categorías de rendimiento |
Hasta 2.800 | Débil |
2.800-3.000 | Regular |
3.000-3,200 | Suficiente |
3.200-3.300 | Buena |
3.300-3.400 | Muy buena |
Más de 3.400 | Excelente |
Tabla 18. Propuesta de valoración del test de Cooper para los jugadores no profesionales de clases superiores y para futbolistas profesionales.
En las pruebas de admisión efectuadas en B aviera durante todo el año para poder estudiar una carrera deportiva se dan las mejores condiciones de motivación de los deportistas -se trata de conseguir nota suficiente para pasar la prueba (con un rendimiento inferior a 2.679 m no se aprueba)-; se efectúa con estudiantes de diferentes categorías y que provienen de diferentes tipos de deporte (por ejemplo, también hay deportistas que no pertenecen a ninguna asociación) y esas pruebas dan una buena visión general de la capacidad de rendimiento de resistencia de los jóvenes deportistas (edad promedio unos 20 años). La ilustración 61 muestra las distancias recorridas con motivo de la prueba de admisión del año 1989. De esta forma puede verse ya lo problemático de la valoración del test de Cooper sólo por razones de motivación: las personas entrenadas especialmente en resistencia que todavía no son estudiantes dan unos resultados en rendimiento que pueden compararse a los futbolistas profesionales (poco motivados): Ge- risch/ Tritschoks (1985, pág. 46) vieron que aquellos estudiantes a los que se efectuaba un test de Cooper daban prácticamente los mismos resultados que los jugadores de la liga profesional con un promedio de 3.019 ± 124 metros.
De la comparación del test de Cooper efectuado entre estudiantes y en futbolistas de alto rendimiento pueden sacarse diferentes conclusiones: o bien la capacidad de resistencia de los futbolistas de alta categoría está insuficientemente desarrollada -en este caso debería efectuarse un entrenamiento con más elementos de resistencia- o la motivación que tienen frente al entrenamiento no es suficiente y el entrenador debería tenerlo muy en cuenta.
Para los deportes tipo juego, Hagedom et al. (1985, pág. 61) hacen una propuesta de valoración para el test de Cooper que presentamos en la tabla 16. Geese (1990, pág. 26) en la tabla 17 valora las longitudes recorridas por jugadores masculinos de primera categoría.
Si se resumen los resultados obtenidos hasta ahora junto con las tablas de valoración, deberán considerarse apropiadas las bases de valoración propuestas en la tabla 18, teniendo en cuenta un desarrollo óptimo de la resistencia en los jugadores no profesionales de clase superior y de los futbolistas profesionales.
En el área no profesional más alta y en el fútbol profesional debería obtenerse como resultado una capacidad de resistencia de 3.200-3.400 m (según la posición de juego) en el test de Cooper efectuado hacia el final del período preparatorio. Un aumento de la resistencia no tendría ningún sentido para el fútbol ya que podría ir en contra del desarrollo de otras características determinantes del futbolista, especialmente la fuerza-potencia.
Tabla 19. Tabla de valoración del test de Cooper para hombres y mujeres del fútbol sénior (según Grosser/Briiggmann/Zintl, 1986, pág. 129).
Para poder valorar la capacidad de resistencia de los futbolistas sénior de 30 a 50 años podrán utilizarse los valores de comparación de la tabla 19.
Problema de la valoración de la resistencia mediante el test de Cooper
Los resultados del test de Cooper no pueden sobrevalorarse en cuanto a su efectividad, ya que la interpretación del rendimiento en la carrera puede verse influenciada por diferentes factores. Tal como muestran diferentes investigaciones, el test de Cooper no es totalmente independiente de la motivación individual o de la capacidad de esfuerzo (Ver Gerisch/Tritschoks, 1985, págs. 44-47; Schürch, 1987, pág.4 9; Apor, 1988, pág. 101; Geese, 1990, pág. 27; Gerisch, 1990, págs. 62-63). Si se tiene en cuenta sólo la distancia recorrida -que es lo normal en la práctica del deporte- pueden darse equivocaciones de observación en la capacidad de resistencia, lo que puede llevar a errores en la estructuración del entrenamiento, ya que un jugador muy motivado agota todas sus fuerzas para recorrer una distancia mayor que un jugador no suficientemente motivado. En una serie de investigaciones los valores resultantes del test hecho a jugadores profesionales se diferencian por este motivo de los valores de jugadores no profesionales (incluso de la clase inferior).
La tabla 20 muestra los resultados del test de Cooper hecho a un equipo profesional y a un equipo de la liga regional. Los valores de rendimiento dados por futbolistas profesionales y no profesionales muestran unos valores promedio prácticamente