No se conservan actas del cabildo, ni otro tipo de documentación. El Registro General del Sello del Archivo General de Simancas, hasta 1475, no tiene continuidad en las series, y esa ha sido la causa determinante de establecer la primera cronología en ese año coincidente con el proceso de nombramiento del primer escribano que de forma fehaciente tenemos constado, Juan de Mercado. Aunque debemos esperar hasta la última década del siglo XV, para tener una secuencia seriada en los nombramientos y uso de los oficios de los escribanos, refrendados por la documentación conservada. Curiosamente esta cronología coincide con un periodo de estabilidad en las “Tierras de Antequera”, donde la frontera se aleja y los enfrentamientos bélicos dan paso a una etapa de paz, que precederá a la primera fase de la guerra contra el reino de Granada tan solo unos años después en 1482.
La segunda fecha de la cronología, viene determinada por la promulgación de la Ley Orgánica del Notariado de 28 de mayo de 1862. En Antequera, la aplicación plena de esta reforma de la fe pública no tendrá plena vigencia hasta unos años después, al acogerse las escribanías existentes en la ciudad a la disposición transitoria primera de la Ley, que establecía que: “no obstante la incompatibilidad establecida en el artículo 16 de esta ley, los Escribanos y Notarios que actualmente, además de sus Escribanías, intervienen en los actos judiciales, continuarán desempeñando uno y otro cargo mientras no vacaren natural o legalmente”. Dicho acto coincide con la entrada en vigor del Decreto de 8 de enero de 1869, que ordenó la formación de Archivos Generales en las cabeceras de los distritos notariales, con la misión de custodiar los protocolos con más de 30 años de antigüedad y recoger los que estuviesen en poder de los notarios, corporaciones o particulares, y que tuvo más eco que la propia ley.
A partir de 1869 desaparece plenamente la denominación de escribano en Antequera, que es sustituida por la de notario, habiendo convivido ambas durante esos años de tránsito, a la vez que las formas de estructurar el protocolo.
Respecto a la estructura de nuestro estudio, da comienzo con una aproximación a la Antequera de la Edad Moderna. Este apartado se hace complicado, por la importante historiografía que en las últimas décadas han tratado este periodo. No obstante, hemos querido dar nuestra particular visión del mismo, haciendo un mayor hincapié en la influencia que la Iglesia católica tuvo en la configuración de la ciudad antequerana a lo largo de todo este periodo, tanto por el asentamiento de un elevado número de órdenes religiosas, masculinas y femeninas, como la posterior implantación por influencia de las mismas de hermandades y cofradías, que vendrán a jugar un papel determinante de las mentalidades colectivas antequeranas. Esto no fue ajeno a otros espacios, pero en el caso de esta ciudad es determinante e influirá, como veremos, no solo en la religiosidad popular, sino también en aspectos tan destacados como el urbanismo al marcar una red de edificaciones entre las que surgirá la Antequera que ha llegado a nuestros días, sin dejar atrás el importante papel económico que jugarán, al ser fuente casi inagotable de necesidades de todo tipo.
Seguiremos con la parte fundamental del estudio, el oficio de escribano en la urbe antequerana. En este capítulo hemos querido dar una visión ajustada a la realidad local, apuntando los orígenes y describiendo el complejo entramado de los oficios, tanto de los de número, como los de millones y concejo. En este apartado tampoco hemos olvidado esa vinculación de los escribanos con el mundo simbólico, muy llamativo en nuestro caso. Nos ha llamado especialmente la atención lo que denominamos “las otras actividades de los escribanos”, donde hemos localizado desde poetas a guerrilleros.
Una familia de escribanos que mantienen su presencia profesional de manera interrumpida entre el siglo XVII al XX nos ha inspirado el capítulo denominado vínculos, lazos familiares y relaciones interprofesionales.
[1]. EXTREMERA EXTREMERA, M. Á., El notariado en la España Moderna. Los escribanos públicos en Córdoba (siglos XVI-XIX), Madrid, 2007.
[2]. ARROYAL ESPIGARES, P. J.; CRUCES BLANCO, E. y MARTÍN PALMA, Mª. T., El notariado en Málaga durante la Edad Moderna. Estructura organizativa, Málaga, 2007.
[3]. CRUCES BLANCO, E., “La sección de protocolos notariales en los archivos históricos provinciales: El Archivo Histórico Provincial de Málaga”, en MORENO TRUJILLO, Mª. A., DE LA OBRA SIERRA, J. Mª. y OSORIO PÉREZ, Mª. J. (eds.), El notariado andaluz: institución, práctica notarial y archivos: siglo XVI, Granada, 2011, pp. 297-316. ARROYAL ESPIGARES, P. J.; MARTÍN PALMA, Mª. T. y CRUCES BLANCO, E., Las escribanías públicas de Málaga (1487-1516), Málaga, 1991, y de los mismos autores “Sobre los orígenes de la institución notarial en Málaga”, en PARDO RODRÍGUEZ, Mª. L. y OSTOS-SALCEDO, P. (coords.), El notariado andaluz en el tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna. I Jornadas sobre el notariado en Andalucía, Sevilla, 1995, pp. 47-74.
[4]. MARCHANT RIVERA, A., Los escribanos públicos en Málaga bajo el reinado de Carlos I, Málaga, 2002.
[5]. MENDOZA GARCÍA, E. Mª., Los escribanos de Málaga en el reinado de Felipe IV (1621-1665), Málaga, 2007; Pluma, tintero y papel. Los escribanos de Málaga en el siglo XVII (1598-1700), Málaga, 2007, y “Los escribanos reales de Málaga en la Edad Moderna”, en MORENO TRUJILLO, Mª. A., DE LA OBRA SIERRA, J. Mª. y OSORIO PÉREZ, Mª. J. (eds.), El notariado andaluz: institución, práctica notarial y archivos: siglo XVI, Granada, 2011, pp. 65-88.
[6]. Les actes notariés. Soource de l’historie sociale, XVIe-XIXe siècles. Actes du Colloque de Strasbourg (1978), Strasburg, 1979.
[7]. EIRAS ROEL, A. (ed.), Actas de las I Jornadas de Metodología Aplicada de las Ciencias Históricas, Santiago de Compostela, 1975, 4 vols.; Actas del II Coloquio de Metodología Aplicada, Santiago de Compostela, 1984, 2 vols.
[8]. REDER GADOW, M., Morir en Málaga. Testamentos malagueños del siglo XVIII, Málaga, 1986.
[9]. PARDO RODRÍGUEZ, Mª. L., “El Notariado de Sevilla en el tránsito a la Modernidad”, en PARDO RODRÍGUEZ, Mª. L. y OSTOS SALCEDO, P. (coords.), El notariado andaluz en el tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna, Sevilla, 1996, pp. 257-292, y Señores y escribanos. El notariado andaluz entre los siglos XIV y XVI, Sevilla, 2002.
[10]. GARCÍA PEDRAZA, A., Inventario de protocolos notariales. Granada, siglo XVI, Granada, 2008. De la misma autora: “El archivo histórico de protocolos de Granada”, en MORENO TRUJILLO, Mª. A., DE LA OBRA SIERRA, J. Mª. y OSORIO PÉREZ, Mª. J. (eds.), El notariado andaluz: institución, práctica notarial y archivos: siglo XVI, Granada, 2011, pp. 317-333.
[11]. ZOZAYA MONTES, L., De papeles, escribanías y archivos: escribanos del concejo de Madrid (1557-1610), Madrid, 2011.
[12]. AMELANG, J. S., La formación de una clase dirigente: Barcelona, 1490-1714, Barcelona, 1986.
[13]. ESCALANTE JIMÉNEZ, J. y FERNÁNDEZ PARADAS, M., “Las Historias de Antequera: Una aproximación a los orígenes de la Historiografía Antequerana (siglos XVI-XVII)”, Baetica. Estudios de Arte, Geografía e Historia,