La educación superior en perspectiva lasallista. Fabio Orlando Neira Sánchez. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Fabio Orlando Neira Sánchez
Издательство: Bookwire
Серия: Pensamiento Lasallista
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789588844688
Скачать книгу
país, y de reconocer el valor que conlleva el verla en perspectiva lasallista y lo que ello implica. Sin pretender dar una respuesta definitiva, se plantean unas ideas que ayudan a responder la pregunta ¿qué es ser lasallista?, para después abordar los temas de la identidad lasallista enfocada hacia la búsqueda de sentido, como una expresión cultural inmersa en la historia, y así finalizar planteando unos retos para una universidad que tenga este carisma. En sus conclusiones hay algo claro: “La educación superior en perspectiva lasallista, lejos de querer depositar la consecución de la misión en manos de expertos en teología, humanismo o ética, fomenta, capacita y alienta a todos los miembros de sus instituciones para que hallen el valor y el sentido de su propuesta”.

      Seguidamente, en “Diálogos entre religión y razón en el contexto de la educación superior: una mirada crítica desde el proyecto educativo lasallista”, el autor trae a escena el tema de la dimensión religiosa, tanto en su formación como en sus creencias y prácticas en el contexto de la educación superior. Aborda la división entre ciencia y religión, entre conocimiento y creencias, entre la objetividad, la positividad de la ciencia moderna y la subjetividad y relatividad de las creencias religiosas, como herencia de la modernidad con la primacía de la razón y la autonomía. Describe de manera somera cómo la Universidad de la Salle de Bogotá, por su carácter confesional, ha optado por aproximarse a las relaciones entre religión y razón, fe y cultura, inspirada en valores y principios cristiano-católicos. Su texto evidencia la manera como la Universidad comprende dichas relaciones según el pensamiento social de la Iglesia, reconociendo el carácter ético y moral de las decisiones humanas. Describe también algunas finalidades de las instituciones educativas en lo referente a las convicciones religiosas y morales, inspiradas en los principios de la democracia deliberativa: el principio de la tolerancia, de la reciprocidad y del civismo. Asimismo plantea que la educación considera que el campo religioso no es solamente un hecho de cultura o de historia de las sociedades, sino un componente íntimo de las personas.

      El capítulo “Economía y desarrollo: apuestas para el buen vivir desde una perspectiva lasallista” analiza y reflexiona sobre los avatares del modelo actual de desarrollo y el conflicto que por generaciones ha vivido Colombia, y que en particular hacen que la enseñanza de la Economía, las posturas sobre la calidad de vida y la idea de justicia que tengan los lasallistas deban ser una alternativa para este país, como una búsqueda constante del Desarrollo Humano Integral y Sustentable, para la formación de ciudadanos y ciudadanas capaces de enfrentar desde la economía los grandes retos del posconflicto.

      En el capítulo titulado “La administración lasallista en el siglo XXI”, se plantea una reflexión sobre lo que supone una administración educativa con enfoque lasallista, y se sugieren unos retos que demandarían asumirla. La participación del personal administrativo en el desarrollo de la misión institucional es fundamental. Hoy, las actividades relevantes de una institución educativa en el proceso enseñanza-aprendizaje superan el nivel pedagógico, pero involucran el administrativo y necesitan de este. La labor que desde allí se realice “puede ser factor decisivo para el éxito o fracaso de los programas académicos de la institución”, en cuanto a la calidad y la capacidad de gestión de la organización educativa. Por eso es imprescindible que el administrador educativo asuma el reto de aportar una gestión que facilite la colaboración académico-administrativa, que garantice unas sinergias que contribuyan con el cumplimiento de los objetivos propuestos institucionalmente. Ello demanda una comprensión de la labor docente y de la trascendencia de la misión, y un compromiso con el logro de esta. Por otro lado, el docente debe confiar en que la gestión administrativa ha de contribuir con la realización de los proyectos educativos por el rumbo señalado. El texto ahonda este tema y sugiere unos estudios de esta “mancorna”, que evaluaron los efectos del apoyo administrativo en la eficacia del maestro. Estos llevan a preguntarse inquietudes como: “¿Qué pasa entonces cuando el maestro comprometido y consciente de la misión encomendada es dirigido y no acompañado por administrativos ajenos al mismo compromiso? ¿Cómo pueden permear en una institución los principios y valores que creen el ambiente propicio que fomente, aliente y facilite dicha misión?” Estas inquietudes permiten a su vez aterrizar el asunto en unos hechos concretos que exigiría vivir el carisma lasallista, con una clara intención: que la escuela vaya siempre bien.

      Finalmente, en el capítulo sobre “Desarrollo de la misión en una universidad de los Hermanos Cristianos estadounidenses”, el hermano Emery presenta un contexto histórico de la misión lasallista en la educación superior. Expone la naturaleza y la cultura de la universidad a partir de la implementación de esfuerzos, énfasis curriculares, recurso humano, y nos devela la implementación de la misión lasallista en la Universidad de La Salle de Filadelfia, junto con una reflexión sobre esta labor en otras cinco universidades americanas lasallistas. El hermano abre con sus palabras la discusión sobre temas álgidos en la universidad: estándares de acreditación, secularización, educación católica. Además, nos describe someramente algunas experiencias que tienen: el Centro de Estudios Lasallistas, un espacio para entender más a fondo y valorar el carisma lasallista, a través del estudio del itinerario de Juan Bautista de la Salle y de la espiritualidad y pedagogía lasallista; el Instituto de Liderazgo Lasallista, el cual integra y promueve la herencia lasallista en la vida personal y profesional de líderes como futuros catalizadores de la misión lasallista; la Conferencia Lasallista, que anualmente reúne a los educadores lasallistas de la región, en donde se promulgan experiencias relacionadas con la formación para la misión y la espiritualidad lasallista, y que termina con un banquete en el que se exaltan los Educadores Lasallistas Distinguidos; el Instituto Lasallista para la Justicia Social, que opera según las enseñanzas de la Iglesia Católica y de la misión lasallista de servir a los pobres; el Programa de Voluntarios Lasallistas, que con comprometidos y bien entrenados voluntarios trabaja para empoderar a los empobrecidos particularmente a través de la educación; por último, nos da su propia idea de la Asociación Internacional de Universidades Lasallistas (AIUL).

      Así pues, se consolida una reflexión teórica y práctica que permite trazar algunas pistas sobre las cuales transitar en la consolidación de un proyecto lasallista en educación superior. Una apuesta audaz, comprometida con las realidades del contexto, pertinente frente a las necesidades que el paradigma tradicional genera, e impertinente suficientemente para cuestionarlo y superarlo.

      Fabio Orlando Neira Sánchez

      Juan Carlos Rivera Venegas

      Editores

      La idea de universidad lasallista

      Hermano Fabio Humberto Coronado Padilla, fsc*

      Innovar tiene que ver con el cambio, con el riesgo

      y con el fracaso, con el éxito y con lo vital. La in-

      novación carece de método, la innovación carece

      de lógica, pues el camino hay que construirlo.

      J. Nieto

      A la pregunta ¿cómo se imagina la Universidad de La Salle dentro de 20 años? respondí: como una universidad que estará realizando, entre otras, tres cosas fundamentales; la primera, conversando con las fuentes, es decir, con los clásicos de cada área del conocimiento; la segunda, que continuará soñando sueños en torno a un renovado proyecto de nación y, la tercera, que contará con autores e innovadores propios. Universidad que dentro de dos décadas no cuente entre sus profesores con un grupo significativo de autores ya posicionados y consolidados, o que hayan logrado crear patentes, inventos, novedades, no sobrevivirá, puesto que esto es condición sine qua non para mantenerse en un mundo competido donde otras instituciones también generan conocimiento e innovan. Universidad que dentro de cuatro lustros no siga soñando sueños nuevos en torno a proyectos de nación de los cuales hoy ni siquiera podemos avizorar tímidamente sus posibles rasgos, no tendrá nada que decirle a las nuevas generaciones, ni mucho menos tales jóvenes, en ese allá y entonces, vendrán a educarse en sus aulas. Universidad que en el año 2034 no mantenga una permanente y vital conversación con el patrimonio de la humanidad conformado por los clásicos de cada disciplina, de pronto subsistirá, pero haciendo eco al esnobismo ligero y carente de profundidad, nada trascendente y mucho menos formador en lo superior y para lo superior.

      En