El vuelo del águila. Leonardo Boff. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Leonardo Boff
Издательство: Bookwire
Серия: Reflexiones de superación humana
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9786076121931
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el último en llegar al escenario de la historia

       3. El espíritu: primero en el cosmos después en la persona

       4. La subjetividad es cósmica y personal

       5. ¿Cuál es la misión del ser humano en el universo?

       6. Polarizaciones del ser humano

       6.1 Ser humano: hombre y mujer

       6.2 Ser humano: utópico e histórico

       6.3 Ser humano: poético y prosaico

       6.4 Ser humano: ser de necesidades y de creatividad

       6.5 Ser humano: terrenal y divino.

       6.6 Ser humano: sapiens y demens, sim-bólico y dia-bólico, decadente y rescatable

       6.7 Conclusión: el ser humano vínculo de relacionas totales

       Bibliografía para profundizar

       CONCLUSIÓN LA LUCHA ENTRE EL ÁGUILA Y EL TORO

       GLOSARIO

      El águila y la gallina, lo sim-bólico y lo dia-bólico: dimensiones de la misma realidad.

      El vuelo del águila es la prolongación de la obra anterior, El águila y la gallina: cómo el ser humano se hace humano, en la que intentamos mostrar la coexistencia de la dimensión-águila/ gallina en la realidad circundante del ser humano. Por dimensión-águila entendemos la realidad del ser humano en su apertura, en su capacidad de trascender límites, en su proyecto infinito. Por dimensión-gallina, su enraizamiento, su situación existencial, los proyectos concretos.

      Queremos retomar esta preocupación bajo un ángulo parecido, también desafiante y dialéctico: la coexistencia de lo sim-bólico y de lo dia-bólico en el universo, en la historia y en cada persona humana. Al lado del binomio águila-gallina, lo sim-bólico/ dia-bólico también nos propiciará una fecunda experiencia de las cosas. Y ciertamente nos posibilitará un estado de conciencia más globalizador de la realidad.

      Expliquemos, ante todo, los términos sim-bólico y dia-bólico. Su origen filológico se encuentra en el griego clásico. Símbolo/simbólico proviene de symbálein o symbálesthai. Literalmente significa: lanzar (bálein) junto (syn). El sentido es: lanzar cosas de forma que permanezcan juntas. En un proceso complejo significa re-unir las realidades, congregarlas a partir de diferentes puntos y hacer converger diversas fuerzas en un solo haz.

      Originalmente existía detrás de la palabra y del concepto símbolo (symbolos) una experiencia singular y curiosa: dos amigos, por conyunturas aleatorias de la vida, tienen que separarse. La separación es siempre dolorosa. Implica sentimiento de pérdida. Los dos amigos tomaron un pedazo de tela y cuidadosamente lo partieron en dos, de tal modo que, unidos, ensamblaban perfectamente. Cada uno llevó consigo su pedazo. Cuando un día volvieran a encontrarse, se mostrarían los pedazos, que deberían ensamblar. En el caso de que ensamblasen, simbolizaba que la amistad no se había desgastado ni se había perdido. Era el símbolo (he aquí la palabra), es decir, la señal de que, a pesar de la distancia, cada cual había conservado siempre felizmente la memoria del otro, presente en el pedazo bien cuidado de tela.

      De este significado original de sím-bolo, se derivó naturalmente el otro: sím-bolo como señal de distinción. Cada país, cada ciudad, en cierta época, cada familia de renombre, y hoy, cada producto, tiene su marca registrada, su logotipo o su símbolo. Hasta en la religión penetró esa significación. En la teología cristiana, por ejemplo, se acuñó la expresión técnica símbolo de la fe para expresar el credo y los dogmas fundamentales. Son las señales de distinción, la marca registrada de la fe cristiana, diferente de otras formas de fe. ¿Y lo dia-bólico?.

      Dia-bólico proviene de dia-bálein. Literalmente significa: lanzar cosas lejos, separadas y sin dirección. Dia-bólico, como se ve, es opuesto a sim-bólico. Es todo lo que desconcierta, desune, separa y opone.

      Como se puede fácilmente deducir: la vida personal y social está urdida por la dimensión sim-bólica y dia-bólica. A nivel personal está hecha de amistades, de amores, de solidaridades, de uniones y de convergencias. Al mismo tiempo está atravesada por enemistades, odios, impiedades, desuniones y divergencias. A nivel social, se caracteriza por luchas entre pueblos, entre sistemas sociales, entre clases, entre instituciones y usuarios. Al mismo tiempo, hay en ella convivencia pacífica, pactos de solidaridad y convergencias políticas orientadas al bien común de las naciones y del planeta.

      Pero nunca lo dia-bólico y lo sim-bólico se anulan o suplantan totalmente. Conviven siempre en equilibrios difíciles, dinamizando a la vida. ¿No recorrerán toda la realidad, también la cósmica y la natural?

      Sí, podemos ir más lejos y afirmar: dia-bólico y sim-bólico son principios estructuradores de la naturaleza y del cosmos, de los comportamientos sociales y de la misma naturaleza humana.

      En el lenguaje de la ecología se constata, por ejemplo: la naturaleza tiene características de asociación, de interdependencia, de solidaridad y de complementariedad; en una palabra, de cosmos (= armonía y belleza). Al mismo tiempo, tiene características de parasitismo, concurrencia, oposición, antagonismo y destrucción; en una palabra, de caos (=desequilibrio y desorganización).

      De la biografía de la Tierra conocemos las inimaginables violencias que se dieron con espantosas exterminaciones en masa. En los últimos 570 millones de años, después de la aparición de los vertebrados, se dieron cerca de 15 devastaciones biológicas en masa. Dos de ellas exterminaron cerca del 90% de la vida de las especies. La primera, con el resquebrajamiento de la Pangea (el continente único originario) y la consecuente formación de los continentes. El fragor fue tan avasallador que la vida animal, terrestre y marítima casi desapareció. Se terminaba el paleozoico.

      La segunda sucedió hace 65 millones de años. Se dieron cambios profundos en los climas y en el nivel de las aguas oceánicas. Juntamente con eso un asteroide, de tamaño presumible de 9.6 kilómetros de diámetro, habría chocado con la Tierra, produciendo una catástrofe formidable de fuego, de maremotos, de residuos lanzados al aire, al punto de provocar una noche prolongada de años, infestada de gases venenosos y asesinos. Perecieron los dinosaurios después de 130 millones de años de dominio soberano sobre todas las especies y en todo el planeta. Desapareció el 50% de la vida en la Tierra y el 90% de la vida en el mar. Terminó la era mesozoica. He aquí la presencia devastadora de lo dia-bólico en la naturaleza y en la Tierra.

      Existen analistas provenientes de la biología y de la cosmología que sospechan que es inminente otra devastación en masa. Estaría en curso hace