La era del ajedrez de torneo, es decir, de la competición deportiva comienza con el nombre de Adolph Anderssen (1818-1879), el jugador más sobresaliente de mediados del siglo XIX. En su juego se combinan el dinamismo de la Escuela Italiana con el juego de peones preconizado por Philidor. En el terreno de las aperturas, le atraía el Gambito Evans, la Apertura Escocesa y la Apertura Española, además del Gambito de Rey (en particular, el Gambito Kieseritzky). Con negras solía responder a 1 e4 con 1 ... e5 y 1 ... c5. Sus profundos fundamentos del juego, sus efectivas combinaciones y una sobresaliente capacidad de cálculo se tradujeron en unos increíbles hallazgos estéticos que han deslumbrado a todo el público ajedrecístico. Su partida con Kieseritzky (Londres, 1851), donde condujo un juego impresionante, es consignada en los libros de enseñanza como “La Inmortal”: 1 e4 e5 2 f4 exf4 3
Adolph Anderssen
En otra de sus más brillantes actuaciones venció a Dufresne (Berlín, 1852) en una partida combinativa con el Gambito Evans, en la que asestó mate en 24 jugadas. Esta partida se conoce como “La Siempreviva”: 1 e4 e5 2