En el instante del despegue el saltador, con los brazos extendidos, notará el impacto de la pértiga en el fondo del cajetín.
Es importante que la pértiga se clave en la misma dirección que la línea de carrera.
El punto de batida estará situado justo en la proyección de la mano derecha cuidando de no «meterse» como se observa en la figura en la que la atleta despega el pie unos 30 cm delante de la proyección de la mano derecha.
El despegue y la penetración. Se debe buscar una sensación de ir a penetrar en la pértiga con el pecho y la cadera. El brazo derecho irá extendido y el izquierdo se flexionará unos 90° impidiendo que la pértiga se pegue al pecho. Esto permitirá el inicio del doblado de la pértiga y que el cuerpo pueda penetrar y la posterior elevación girando sobre el eje de los hombros.
Un saltador que bata adelantado respecto a la proyección del agarre derecho cargará la pértiga y, como se puede ver en la foto, la atleta que se ha metido en la batida doblará excesivamente la pértiga en esta fase y el salto perderá mucha eficacia.
La fase de péndulo y recogida.
Una vez en el aire el saltador hará un péndulo manteniendo la posición de batida, esto es, con la pierna de batida extendida y la libre flexionada. Esta posición se mantiene hasta que la línea del brazo derecho, cadera y pierna izquierda forman un ángulo de unos 45° con la horizontal.
En este momento se inicia la recogida en que la pierna de batida va a buscar la libre.
La pértiga alcanza su máxima flexión, los brazos irán extendidos y perpendiculares al tronco, las piernas juntas algo flexionadas por la rodilla y apuntando al cielo. Esta fase termina cuando la espalda se acerca a un plano paralelo al suelo.
La extensión. Es la fase en que la pértiga se recupera de su flexión y libera la energía elástica acumulada tras el doblado, y el cuerpo pasa a una posición de equilibrio invertido.
En la primera fase las caderas del saltador seguirán el camino ascendente de las piernas.
El brazo izquierdo se flexionará y el derecho permanecerá extendido. El pecho irá lo más pegado posible a la pértiga. En esta fase el cuerpo adquiere posiciones semejantes a las letras L, J (girada) e I.
En la extensión final es cuando interviene el brazo derecho, que se va flexionando mientras el cuerpo va girando sobre el eje longitudinal y deja de dar la espalda al listón.
En esta fase el saltador irá apoyado siempre sobre la mano derecha, que no deja la pértiga hasta el último instante.
Cuando el saltador no es capaz de alcanzar la verticalidad, precipita la acción, se lanza sobre el listón y no lo puede franquear ventralmente, y lo intentará pasar, perdiendo eficacia, de costado.
Franqueo del listón. Se sucede un conjunto de acciones muy rápidas que enlazan el giro y la extensión final con la flexión de tronco para superar el listón. Mientras la mano puede apoyarse en la pértiga, el empuje debe seguir incluso con la acción de hombros. Es una acción semejante a la quinta en gimnasia deportiva. Sobre el listón la habilidad del saltador y la correcta ejecución de las acciones anteriores determinarán la eficacia del franqueo.
La caída. Actualmente la caída no requiere técnica alguna; los fosos de aire y materiales derivados de la gomaespuma permiten caer en cualquier posición sin riesgo de lesión. No obstante, fijarse en la zona donde cae el saltador puede dar alguna información sobre la ejecución técnica del salto.
Una caída que tiene lugar cerca del cajetín significa que la velocidad del pertiguista no ha sido la adecuada para el agarre y/o la dureza de la pértiga. Si el saltador cae muy alejado del cajetín, puede deducirse que debe cambiar la altura del agarre o la dureza del pértiga. Las caídas muy laterales suelen ser consecuencia de una presentación de la pértiga incorrecta.
Defectos más comunes