Si las actividades técnicas y el sector médico siguen siendo dos ámbitos muy específicos, distintos, sin ambigüedad ninguna a nivel de las competencias exigidas y de la puesta en marcha, el técnico no puede pasar por alto, en su reflexión y en su enfoque, la opinión médica y el punto de vista del médico del deporte.
Por supuesto, el técnico será quien tome, al final, la decisión de reforzar o suavizar una sesión de entrenamiento, de favorecer el trabajo de resistencia o de fuerza en un momento dado y en según qué circunstancias, aunque tomará en cuenta la opinión del médico.
Desde mi punto de vista, esta colaboración, esta complicidad, son hoy en día indiscutibles y puedo dar fe de la aportación del Dr. Jean-Marcel Ferret en la elaboración y lo vivido del gran éxito en julio de 1998.
Con el mismo ánimo, nuestro Centre Technique National de Clairefontaine no podría concebirse sin la presencia de una estructura médica sólida y bien equipada, y Frank Le Gall se manifiesta hoy con una seriedad y un dinamismo unánimemente apreciados.
La fantástica base de observación y de trabajo que constituyen los becarios de Clairefontaine, ya se trate de “residentes” del INF, con su director Claude Dusseau y su equipo, o los “eventuales” de nuestras selecciones nacionales, todas nuestras selecciones, de la más joven a la A, ha permitido que Franck Le Gall recoja miles de datos hoy en día computados, analizados y comparados de los que todo nuestro fútbol, desde la base a lo más alto, podrá sacar provecho.
En eso reside también el secreto de nuestras marcas, en este trabajo poco conocido pero de gran valía, en esta yuxtaposición de las competencias, en la puesta en común de las reflexiones y opiniones.
Un trabajo de equipo, para el más bello de los deportes de equipo.
Aimé Jacquet
Director Técnico Nacional
PREFACIO 2
Cuando en 1990 el INF inició la preformación (12/13 años), no teníamos más que convicciones que sólo podían justificarse a través de nuestras investigaciones, nuestros conocimientos y nuestra experiencia.
Doce años después, nuestras convicciones son aún más fuertes, se han convertido en certidumbres. Sin pretender poseer la verdad, o el método infalible, podemos defender nuestra opción.
Lo que aparece a continuación corresponde con precisión a nuestro trabajo diario. No son más que elementos de una opción que esperamos será copiada, desarrollada, mejorada por nuestros colegas que trabajan en los clubes.
Hemos realizado este trabajo para ellos, pero no es más que una opción, no es la única forma que puede conducir al éxito.
Todo ello ha sido posible gracias a la gran complicidad entre el servicio médico y los entrenadores del INF, complicidad indispensable para un seguimiento que se centra en los jóvenes de esta franja de edad en particular.
Sin este apoyo fundamental, nuestro trabajo habría perdido gran parte de su eficacia.
Claude Dusseau
Director del INF
PREFACIO 3
El conocimiento del fútbol, en todos sus aspectos (táctico, técnico, psicológico, fisiológico…), ha progresado mucho a lo largo de los últimos 30 años. La Federación Francesa de Fútbol, a través de su política técnica, ha tenido mucho que ver. Los resultados, a todos los niveles, están ahí para demostrarlo, si es que todavía hay necesidad.
La formación y la preformación del joven futbolista francés representan probablemente la base de este edificio, deseado y mantenido por los directores técnicos nacionales sucesivos.
El Institut National du Football es un lugar privilegiado de formación y experimentación junto a los jóvenes. La fisiología y, más ampliamente, la medicina del deporte han hallado su lugar ideal.
Desde hace casi 10 años, el doctor Frank Le Gall dirige el sector médico, y también ha podido acumular numerosas y cruciales informaciones sobre el perfil del joven futbolista francés de alto nivel.
A través de esta obra, que pretende ser práctica y accesible a todos (médicos, técnicos, fisioterapeutas…), pone a nuestra disposición su experiencia y la de los educadores del INF. Es un trabajo fundamental que permite finalmente resumir, y hacer accesible a todos los amantes del fútbol, una gran parte de la historia reciente de la formación del futbolista francés.
Profesor Pierre ROCHCONGAR
INTRODUCCIÓN
Los resultados del equipo de fútbol de Francia, Campeón del Mundo 98 y Campeón de Europa 2000, así como los numerosos títulos de campeones de Europa y campeones del Mundo obtenidos por los júniors desde hace algunos años, han dejado patente la calidad de la formación de nuestros jóvenes futbolistas.
Creado en 1972 en Vichy, el Institut National du Football admitía inicialmente en formación a futbolistas de 17 a 20 años. Estructuras idénticas se han puesto en marcha en los clubes profesionales o centros de formación en las categorías más jóvenes. Ha nacido la preformación. El Institut National du Football sigue siendo la punta de lanza, ya no en Vichy, sino en Clairefontaine en el Centro Técnico Nacional Fernand Sastre (CTNFS). El reclutamiento es interregional, a partir de los 13 años, y concierne a los 20 ó 25 mejores jugadores de la región de Îlle de France. Todos los jóvenes viven en el centro durante la semana. Están escolarizados, ya sea en el colegio o el instituto, y se entrenan entre 1h 30 min y 2 h al día. Regresan con sus familias y con su club los fines de semana, en 1º y en 2º año. Siguiendo el mismo modelo que el CTNFS, existen otros 6 centros heredados de preformación en Francia, en Liévin en el norte, La Madine en el este, Ploufragan en Bretaña, Châteauroux y Vichy en el centro y Castel-Mauroux en el suroeste. Sólo Clairefontaine propone un tercer año de preformación. El equipo participa entonces en el campeonato de Francia de los 16 años.
Los objetivos de estos centros federados han sido claramente definidos desde su creación. En fútbol, la técnica es fundamental. Saber controlar, regatear, pasar, chutar es poder participar eficazmente en el juego. Utilizarlo de manera reflexiva con sus compañeros de equipo para oponerse al adversario es el principio del aprendizaje de la táctica. Estos dos elementos son las ideas fundamentales del aprendizaje en un centro de preformación. De ello se desprende, por un lado, que una gran parte del trabajo se realiza con balón y, por otro, que el trabajo siempre se realiza en movimiento.
Esto nos lleva a hablar del trabajo de preparación física realizado a lo largo de las sesiones de entrenamiento. Los ejercicios con balón, bajo formas tan variadas como la técnica individual, la sesión de velocidad, el trabajo frente a la portería o los juegos reducidos, tendrán mucho que ver en el desarrollo de las capacidades físicas. En esta edad, período de la pubertad y así pues de una transformación importante del morfotipo, se insiste mucho en el desarrollo de las capacidades aeróbicas y anaeróbicas alácticas. Como consecuencia de un sistema enzimático todavía inmaduro, el trabajo anaeróbico láctico no tiene lugar en las sesiones de entrenamiento, al menos en teoría.
Cuando el trabajo de preparación física se realiza sin balón, es relativamente fácil definir el tipo de metabolismo energético utilizado, tras definir algunos parámetros fisiológicos como la velocidad aeróbica máxima (VAM), la frecuencia cardíaca máxima (FC máx.) o incluso la frecuencia cardíaca en el umbral láctico de 4 mmol/l (umbral láctico 2 o UL2) de cada jugador. Por ejemplo, una sesión de carrera continua a una intensidad media por debajo del umbral láctico 2 utilizará, sobre todo, el metabolismo aeróbico, un trabajo intermitente de tipo 15 seg-15 seg con 110% de VAM, los sistemas energéticos aeróbico y anaeróbico láctico, ahí donde el trabajo de esprines cortos con un tiempo de esfuerzo por veinte de reposo utilizará básicamente el metabolismo anaeróbico láctico. La duración del esfuerzo, su intensidad, el tiempo de recuperación,