Terapia craneosacral. Gert Groot Landeweer. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Gert Groot Landeweer
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Медицина
Год издания: 0
isbn: 9788499104829
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suave posible. En este proceso, él se ofrece como una ayuda al proceso de autocuración y se deja guiar. Este método encaja con la medicina convencional del mundo occidental y, correctamente aplicada, hace que el cuerpo reaccione positivamente a las medidas tomadas por la medicina convencional y que se puedan evitar más frecuentemente intervenciones quirúrgicas y la toma de medicamentos. Cada paciente dispone de un “médico interior” o de una “sabiduría interior” que es capaz de comprender los problemas de salud y que sabe mejor que nadie cómo solucionarlos. La responsabilidad de los terapeutas craneosacros reside en establecer un diálogo con esta sabiduría interna y en seguir su consejo.

      En los enfermos, el sistema de líquidos que baña el sistema nervioso está limitado en su función y por lo tanto debe ser optimizado. Si conseguimos hacerlo, mejora la función de los sistemas nervioso y hormonal, lo que tendrá a su vez un efecto positivo sobre las demás funciones corporales. Upledger considera el sistema craneosacro como un continente relleno de líquido en el que se produce una renovación rítmica del líquido cefalorraquídeo. Esta actividad rítmica es denominada ritmo craneosacro por Upledger. Las paredes del sistema están constituidas por tejido conectivo denso: la duramadre encefálica y espinal. Estas meninges están situadas en el interior del cráneo (determinadas partes son denominadas sistema de membranas intracraneales) y en todo el canal vertebral hasta el cóccix, el denominado tubo dural. Mediante su capacidad sensitiva de poder sentir y tratar las más mínimas tensiones, el Dr. Upledger descubrió que la flexibilidad de las meninges encefálicas y espinales representaba un factor esencial para la salud de las personas. Al inicio de sus experiencias con el tratamiento del sistema craneosacro, Upledger dirigió su atención a la mejora de la movilidad de las meninges. Desarrolló técnicas que actuaban directamente sobre el sistema craneosacro. Puesto que las meninges están íntimamente relacionadas con el interior del cráneo y con el sacro, Upledger utilizó los huesos del cráneo y el sacro como puntos de acceso o de actuación para sus técnicas de tratamiento.

       El programa de los 10 pasos

      Basándose en los conocimientos obtenidos en el tratamiento del sistema craneosacro y del tejido conectivo, Upledger desarrolló su “Programa de los 10 pasos” en la Universidad de Michigan. En este programa, un profesional de la terapia craneosacral de Upledger trata progresivamente todas las estructuras importantes del cuerpo:

       Paso 1. Tratamiento directo del ritmo craneosacro con la ayuda de un punto de reposo.

       Paso 2. Tratamiento de las estructuras de tejido conectivo transversales.

       Paso 3. Tratamiento de las estructuras occipitales.

       Paso 4. Tratamiento de las estructuras pélvicas.

       Paso 5. Tratamiento de la duramadre en la columna vertebral.

       Paso 6. Tratamiento de la duramadre en el cráneo.

       Paso 7. Tratamiento de la base del cráneo.

       Paso 8. Tratamiento de las estructuras blandas del esqueleto de la cara.

       Paso 9. Tratamiento de las estructuras duras del esqueleto de la cara.

       Paso 10. Tratamiento directo del ritmo craneosacro con la ayuda de un punto de reposo.

      Usted también puede poner en práctica en casa todas las técnicas generales, así como las técnicas de relajación a través de la descompresión (ver “Técnicas de levantamiento”, pág. 12).

      Las experiencias vividas por el Dr. Upledger en la terapia craneosacral crearon una reacción en cadena que lo llevó a nuevos conocimientos. Descubrió que podía conducir a un paciente –inconscientemente– hacia una posición corporal antiálgica que también representaba una relajación para el sistema craneosacro. Se realizaron mediciones bioeléctricas simultáneamente que demostraron que en dicha posición se producían modificaciones eléctricas claramente medibles, como si el cuerpo “soltara energía”. El Dr. Upledger también descubrió que, al liberar energía, no solamente se producía una relajación física, sino que también tenían lugar procesos emocionales. Conjuntamente con el Dr. Karni, Upledger descubrió que en el cuerpo se encuentra frecuentemente la huella de fuerzas físicas producidas por accidentes, lesiones y situaciones de shock emocional. Estas huellas locales pueden encontrarse encapsuladas y aisladas del resto del cuerpo. Upledger denominó “quiste energético” a dicho encapsulamiento, “liberación del quiste energético” al proceso de disolución energética de dicho quiste y “liberación somatoemocional” al proceso de liberación emocional que tiene lugar durante la liberación de las tensiones corporales. Estos procesos de liberación producían también una mejora de la función craneosacra.

       El modelo de los quistes energéticos

      El modelo describe que las fuerzas que actúan sobre un cuerpo –ya sean químicas, físicas o psíquicas– pueden ser procesadas por dicho cuerpo de dos formas diferentes: si la situación no representa un esfuerzo excesivo para el cuerpo, éste empieza inmediatamente a liberar la energía de las fuerzas que lo han invadido, y se pone en marcha con ello el proceso de autocuración del cuerpo. Si, en cambio, el cuerpo percibe la energía recibida como un fenómeno amenazador y representa un esfuerzo que lo sobrepasa, dicha energía no es liberada sino que el cuerpo la encapsula localmente como “energía desorganizada” . Con tal de evitar una distribución de la “energía perjudicial” en el cuerpo, dicho organismo la empaqueta en el mínimo de espacio posible, de forma similar al encapsulamiento de pus que se produce en un quiste. De aquí el nombre de “quiste energético”.

      De esta forma, el quiste energético constituye una “actividad de partículas” limitada, aumentada y desorganizada en una región corporal determinada. El cuerpo se adapta automáticamente a este estado desviando la energía corporal normal por otro camino, evitando el quiste. Ésta es una solución temporal, pero el quiste energético representa un obstáculo para la función corporal energética normal y un “estorbo” para el tejido en el que reside. El aumento de energía requerido puede desvitalizar el tejido circundante.

      El factor más importante que contribuye a la formación de un quiste energético es el estado emocional del paciente en el momento de la lesión. La experiencia nos demuestra que si los sentimientos predominantes en el momento del acontecimiento traumático son la rabia, el miedo, la soledad, la desesperación o la tristeza, la energía que ha invadido el organismo durante la lesión será retenida en el quiste energético. A partir del momento en que se consigue una liberación de los sentimientos negativos en el transcurso del tratamiento, o en que éstos han adquirido un significado, se puede deshacer el quiste energético, los trastornos funcionales se normalizan y los síntomas disminuyen.

       Sabiduría interior e ITDT

      En el transcurso del tratamiento de una paciente, el Dr. Upledger pudo constatar que él podía hablar con una parte separada de dicha paciente que tenía la capacidad de observar el proceso que