Esta experiencia me hizo recordar a la Dra. Aida Besançon, cuando fue mi profesora del curso El Nuevo Testamento y la mujer. Ella narró a la clase cómo se originó la enseñanza del hebreo en una escuela bíblica, algo poco común. Explicó que en la iglesia había muchas personas que deseaban un reto mayor en el estudio de la Biblia y así lo expresaron al pastor. En ese tiempo ella era miembro de dicha congregación y enseñaba hebreo en un Seminario en los EEUU. El pastor identificó que tenía el recurso para atender la necesidad particular expresada. Entonces, compartió a la hermana Besançon su visión de un grupo pequeño en la escuela bíblica para el estudio de la biblia en el idioma hebreo y le solicitó su servicio. Ella confesó a la clase que esto significó un gran reto personal, pues no era la población a la que acostumbraba enseñar. Sin embargo, aceptó aprender aquello que necesario, estuvo disponible para hacer los ajustes en su estrategia y caminar como el Maestro, sirviendo por su amor a Dios.5
Los pastores mencionados identificaron la necesidad que tenían que atender y buscaron el recurso para hacerlo. Cuando aceptamos la invitación a servir lo que Dios nos dio y nos comprometemos a hacerlo bien, seremos una feliz bendición (frase del pastor Mills que hice mía por la integración personal y comunitaria). Es normal que lo innovador nos cause resistencia mental, algún tipo de temor. También nos recordará que somos discípulos y servidores, que seguimos aprendiendo para servir mejor como buenos administradores de la gracia de Dios. Como dice el escritor bíblico de Romanos 12.4-5: los miembros del cuerpo no tienen la misma función, pero tienen el fin común de trabajar para que el cuerpo sea cuerpo. Contamos con la ayuda del Espíritu Santo y el modelo del Maestro para continuar en nuestro crecimiento a lo largo de la vida.
Ante nosotros tenemos el llamado a servir a un nivel que refleje la verdad del amor de Dios y de ser estratégicos con pertinencia al llamado. Es menester afirmar para qué sirve la educación cristiana y usar los recursos necesarios para cumplir su propósito. Ciertamente la Biblia nos manda a usar el don recibido para servir a otros, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas.6 El énfasis del apóstol Pedro es en la responsabilidad que tenemos hacia los demás de ministrar a otros la gracia de Dios que actúa en nosotros. Él nos relaciona con la imagen del administrador en el mundo antiguo, quien le servía a otros de lo que no le pertenecía a él, así nos dice que debemos ser buenos administradores porque lo que servimos es nada menos que los diferentes dones de Dios (Green, 1993). Recibimos y experimentamos la gracia de Dios para compartirla de tal manera y en tal grado como Él nos amó. Entonces, respondemos con nuestro servicio por amor y con amor; no por protagonismo o por obligación, sino como una extensión y reflejo de la gracia de Dios que ya hemos experimentamos.
El texto bíblico citado es principalmente según la Biblia de Estudio Dios Habla Hoy (1994), tercera edición, Sociedades Bíblicas Unidas. Esa versión es una traducción directa de los textos en los idiomas originales: hebreo, arameo y griego. Usa un lenguaje sencillo para que el lector pueda comprender; por eso, la traducción se llama “versión popular”. Reconozco el lenguaje inclusivo. Éste se demuestra por el uso alterno del género femenino y masculino, a veces con el colectivo y plural, con el fin de facilitar su lectura. Utilizo el término discípulos para evocar el significado que le dio Jesús, quien invitaba y desafiaba a unirse a sus seguidores, dispuestos a vivir a la altura de sus enseñanzas y valores (Pagán, 2012). También, utilizo el término transformación que significa la nueva naturaleza y formación continua del creyente para reflejar la gloria del Señor.7 El testimonio vivo del arrepentimiento que tuvo inicio en nuestro corazón y es visible en la práctica de vivir la voluntad de Dios con la ayuda del Espíritu Santo. El término aprendizaje lo uso para nombrar la adquisición por la práctica de una espiritualidad que reconoce el valor social y espiritual de una adoración integral, refiriéndose a la transformación.8
Te invito a disfrutar de una dinámica reflexiva antes de iniciar la lectura, completando el formulario Autoevaluación. El resultado te ayudará a determinar cuál es el área que necesitas mejorar, de acuerdo a lo que compartimos en el diseño de las 3P. ¡Qué la lectura te bendiga y sea útil para realizar tu servicio!
Tu hermana en Cristo y compañera en el servicio,
Nereida
AUTOEVALUACIÓN
Práctica del don de enseñar según el diseño de las 3P
Instrucciones: Haga una marca de cotejo (√) en la columna “¿Con qué frecuencia?” para indicar la frecuencia con que realiza cada actividad. Utilice la siguiente escala: (1) Muy poco; (2) Frecuente; (3) Siempre. Conteste con honestidad.*
I. Preparación | ¿Con qué frecuencia? | ||
1 | 2 | 3 | |
1. Comparto a solas con Dios diariamente. | |||
2. Consulto diversas versiones de la Biblia. | |||
3. Busco relacionar la clase que daré con mi realidad. | |||
4. Oro por mí y mis discípulos. | |||
5. Practico una educación continua para mejorar el servicio de enseñar, tales como: talleres de capacitación, lecturas relacionadas, mentoría. | |||
6. Cuido de mi bienestar holístico. | |||
7. Vivo la unidad y edificación de la comunidad de fe. | |||
8. Practico los valores del reino que aprendí del Maestro. | |||
9. Doy seguimiento mi discipulado con una lectura sistemática de la Biblia. | |||
II. Planificación de la clase: | 1 | 2 | 3 |
10. Comienzo el estudio de la clase con una semana de anticipación. | |||
11. Hago mi plan de clase como guía para la presentación. | |||
12. Pienso en las necesidades, etapa de desarrollo e intereses de mis discípulos. | |||
13. Selecciono una estrategia de enseñanza diferente a la clase pasada. | |||
14. Incluyo diversas y diferentes actividades de aprendizaje. | |||
15. Creo una actividad para aplicar la enseñanza a la vida diaria. | |||
16. Realizo la actividad de aplicación del texto a mi vida. | |||
17. Planifico una asignación para comprometer con el aprendizaje. | |||
18. Adquiero los recursos que necesito con anticipación al día de la clase. | |||
19. Repaso la clase el día antes. | |||
III. Presentación de la clase: | 1 | 2 | 3 |
20. Saludo con alegría a toda la clase, incluyendo a las visitas. | |||
21. Comienzo con una actividad que motive el interés de todos por la clase. | |||
22. Informo el propósito de la clase y cómo la conduciremos. | |||
23. Uso la Biblia en clase. | |||
24. Promuevo la participación activa de la clase. | |||
25. Escucho a los discípulos para enfocar la clase de manera efectiva. | |||
26. Cuido el ambiente de la clase para que predominen los valores del reino. | |||
27.
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