I
ESENCIA Y FUNCIONES DEL DEPORTE MODERNO
I.1.EL DEPORTE COMO FENÓMENO SOCIAL
En el proceso del desarrollo filogenético del hombre han surgido mecanismos adaptativos en los que el movimiento físico se ha fijado como un impulso evolutivo muy importante, asegurando el transcurso normal de las funciones vitales en la ontogénesis. De este modo, la actividad motriz del hombre se “codifica” como característica estable y constante de su naturaleza biosocial.
Paralelamente con esto, el desarrollo de la sociedad se caracteriza por una estrategia agresiva netamente expresada para dominar la naturaleza y una aspiración a “minimizar” los esfuerzos físicos del hombre.
Con la penetración de la ciencia y la técnica en todas las esferas de la actividad humana se han creado unas potentes fuentes de energía, un alto ritmo de la producción social y de las comunicaciones, y junto con esto las premisas para una crisis ecológica global, hipodinámia crónica y una creciente tensión psíquica. Esto conlleva una discordancia psicofísica netamente marcada en la naturaleza biosocial del hombre. Es el resultado de la contradicción que surge entre la “memoria genética” del organismo, cuyos mecanismos adaptativos neuro-humorales son sumamente estables, y los factores estresantes del ambiente.
Las investigaciones científicas de los últimos años han demostrado que este factor, en combinación con la nutrición incontrolada, el fumar y otros productos negativos del desarrollo científico-técnico, es la base de las enfermedades más divulgadas de la civilización: las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, la hipertonía, las depresiones psíquicas, las afecciones del sistema músculoesquelético y muchas otras.
Es evidente que la solución de este problema global para la humanidad no puede realizarse mediante el regreso al trabajo manual y a la producción manufacturada. Hace falta una revalorización cualitativa de las ideas que se han formado históricamente sobre el modo de vida como noción sociológica y los esfuerzos coordinados de toda la sociedad para la solución práctica de los problemas surgidos.
La primera tarea está orientada a eliminar (o restringir) las contradicciones que surgen entre la naturaleza y la sociedad, así como a la armonización y la democratización de las relaciones sociales.
La segunda tarea está orientada a encontrar mecanismos efectivos de “compensación” contra la hipodinámica con vistas a la futura prosperidad biológica de la humanidad.
Las investigaciones objetivas de la UNESCO, la CIEPS y otros institutos científicos han demostrado que uno de los factores más efectivos para la solución del segundo problema es la amplia penetración de los ejercicios físicos y del deporte en la vida cotidiana del ser humano como componentes básicos del modelo actual para un modo de vida sano en el sentido más amplio de este término, es decir, como un estado de completo bienestar físico, psíquico y social y no sólo como la falta de un estado de salud.
Por consiguiente, una de las principales funciones sociales del deporte en la sociedad moderna es su papel bioadaptativo biológico y psicorregulador que garantiza al individuo su grado necesario de actividad motriz para una plena manifestación en todas las esferas de la vida.
De modo paralelo, en correspondencia con las necesidades crecientes de la vida social, el deporte va ampliando paulatinamente el abanico de sus funciones sociales. Crece considerablemente su papel para la humanización de la sociedad contemporánea, como un medio eficaz contra la drogadicción, la prostitución, la delincuencia y otros problemas sociales.
El deporte es una parte inseparable de los procesos democráticos del desarrollo social. Es indiscutible su papel constructivo en el dominio de las relaciones internacionales, en la lucha contra la discriminación política, racial y religiosa, etc.
En todas sus formas, el deporte moderno se relaciona cada vez más con los problemas de la ecología y la higiene personal y social, constituyendo de esta forma un considerable aporte a la ecologización de la cultura y la protección del medio ambiente.
Es evidente que el deporte como fenómeno social está vinculado orgánicamente con los motivos principales de la actividad humana, lo que lo convierte aún más en parte indivisible de los programas para el desarrollo cultural, educativo, social y de salud. Precisamente esto dificulta su definición univalente como fenómeno social.
Las diferencias de enfoque y sobre todo de los puntos de vista filosóficos han creado un gran número de definiciones del deporte como fenómeno social. Éste se define, por ejemplo, como:
•elemento de la cultura de la sociedad e instituto social para la educación (Magnan G., 1964; Novikov A., 1966; Ponomarev N., 1972, 1987; Krawczyk Z., 1970; Natalov G., 1971; Sage G., 1980; Yamamoto K., 1988; etc.);
•medio y método para la educación física, para su desarrollo y su perfeccionamiento (Novikov A., 1949; Matveev L., 1977; Platonov V., 1987; Balsevich V. 1996;
•medio para la compensación de las limitaciones de la vida moderna, reacción contra la influencia de la civilización y adaptación a las condiciones de vida (Risse H., 1921; Santayana G., 1954; Daume W., 1970; Plessner H., 1961; Nash G., 1964;
•procedimiento (forma) para la dominación de la naturaleza y medio para la comunicación y la esfera de la actividad cultural humana (McIntosh P., 1963; Wohl A., 1970; Natalov G., 1971; Leonard W., 1980);
•medio para la propaganda, el espectáculo y el aprovechamiento del tiempo libre; esfera para la manifestación de emociones (Boyle R., 1963; Nettleton B., 1967; Dallen V., 1954; Eitzen D., 1977; Edwards H., 1980);
•forma competitiva de actividad física lúdica que representa la lucha del hombre consigo mismo, con los demás o con las fuerzas de la naturaleza (Manifiesto del deporte, 1970; Kavatoushi T., 1967; Meynaud Y., 1966; Kaech A., 1971; Dumasedier I., 1963,1973);
•conjunto (sistema) de ejercicios físicos y juegos que se han formado como objeto de competiciones (Ovanesyan A. T., 1967; Lisitzin B., 1974);
•juego generado por impulsos internos dirigidos al movimiento (Diem K., 1960; Popplow U., 1953; Bernett H., 1965; Huizinga I. 1958);
•modelo (conjunto) de relaciones sociales e índice del nivel de la sociedad (McIntoch P., 1963; Nash G., 1964; Dunning E. y col, 1996);
•forma de auge social y medio para lograr la libertad y la igualdad (Jokl E., 1964; Cozens F., Stumpf F., 1953); Krawczyk Z., 1996; Donnelly P. 1996; Stolyarov V. 1998; Schuls M., 1989; Binder D., 1993.
Los autores citados y sus concepciones demuestran la gran diversidad de las funciones que cumple el deporte moderno. Para esclarecer mejor su esencia en la sociedad moderna, muy a menudo se emplean dos enfoques principales.
El primer enfoque es el sistemático-integrador. Su tarea es revelar los rasgos y las funciones más generales del deporte como: fenómeno social multifacético (esfera de la actividad humana), caracterizándose por un sistema especializado de medios, procedimientos y formas de actividad motriz para fortalecer la salud, mejorar la aptitud física, el desarrollo armónico y la manifestación del ser humano. Desde este punto de vista está íntegramente ligado a las demás subestructuras del sistema social: la salud pública y la recreación, la educación, la ciencia y la cultura, el comercio y los servicios, la construcción, la ecología, etc.
El segundo enfoque es el sistemático-funcional. Su tarea es revelar la esencia activa del deporte como actividad específica motriz (lúdica y competitiva). Así, por ejemplo, en la Carta Europea del Deporte bajo el concepto de “deporte” entendemos “cualquier forma de actividad física que mediante una participación organizada o no organizada tiene como objetivo expresar o mejorar la aptitud física y psíquica, desarrollar las relaciones sociales o alcanzar resultados deportivos a todos los niveles”.1