Sentirse culpable de ser homosexual
9. Soltería, celibato y alternativas sin sexo
Personas que no tienen relaciones sexuales con otras personas
Pederastia en instituciones eclesiásticas
10. Otras maneras de vivir la sexualidad
¿Por qué nos escandalizan ciertas cosas?
Lo que es desviado y lo que sigue la vía de nuestra sociedad
Pornografía, sexo telefónico y virtual
Zoofilia, fetichismo, voyeurismo y exhibicionismo
Cuando la prostitución es un deseo
11. Cuando no funcionamos en la cama
Problemas que tienen como trasfondo la falta de deseo sexual
Vaginismo y dolor en el coito (dispareunia)
Cuando no duro nada (eyaculación precoz)
Cuando las chicas no llegan al orgasmo (anorgasmia femenina)
12. Riesgos y límites de la sexualidad
¿Muerta por enfermedad o de vergüenza?
Cómo vivimos el miedo al contagio
Cuando el sexo se convierte en agresión y violación en la pareja
Cuando el deseo de ser poseído se convierte en excitación
Los embarazos que aún son un problema dentro de las parejas
Embarazos no deseados sin pareja y en adolescentes
13. Seres humanos y seres sexuales, dos procesos inseparables
PRÓLOGO
Este libro trata de que la sexualidad se puede vivir de mil maneras, basándome en mi experiencia como hombre, psicólogo y terapeuta. Y no hablo de una sino de muchas maneras de vivir el sexo. De ahí que diré que existen tantas formas de sexualidad como seres humanos hay.
En los casos, situaciones y experiencias que iré exponiendo verás que puedo mezclar tanto el sexo entre hombre y mujer como entre una mujer y dos hombres, dos hombres entre sí o dos mujeres, es decir, hablo de seres humanos independientemente de lo que eligen como parejas sexuales o de lo que dicen sus genitales que son. Porque creo que el sexo, ante todo, está en la cabeza. Está regido por nuestras percepciones, creencias, valoraciones e interpretaciones, si bien todo eso que tenemos en la cabeza se relaciona profundamente con un modelo social y cultural determinado. De ahí que nos puedan llamar la atención las formas de vivir la sexualidad que son diferentes a la nuestra.
En el tema del sexo suele ocurrir que las cosas que otros hacen –pero nosotros no hacemos– nos sorprenden: nos llama la atención quien no hace lo que la mayoría hace, lo vemos como diferente. Quien está con más de una pareja sexual, quien no está con nadie, quien le gusta el sadomasoquismo, quien está con alguien más mayor o menor que él o ella… En cuestiones de opciones sexuales solemos percibir lo diferente o, dicho de otra forma, lo que es distinto a lo que esperamos no nos deja indiferentes, sino que nos produce emociones diversas ¿Por qué? Pues, aunque lo explicaré, avanzo que tiene que ver con que tenemos un falso concepto de normalidad, es decir, en cuestiones de sexualidad no hay nada normal porque todo es diferente. Lo que ocurre es que nuestra sociedad y nuestra moral de fondo le llama normal sólo a una parte de la realidad.
Así pues, hablaré de todo tipo de alternativas sexuales que quizás puedan llegar a parecerte que no existen. E incluso verás que puedes sentirte incómodo o sofocado (como alguien me dijo al leerlas) con muchas de las cosas que planteo. Pero la idea no es que creas todo lo que digo, sino que observes mis reflexiones para confrontarlas con lo que tú piensas.
En algunos casos parecerá que los temas que expongo son de minorías o de grupos aislados. Tal vez sean grupos aislados –que no lo creo– aquéllos a los que les gusta el fetichismo, o tienen más de una pareja sexual a la vez, o entablan relaciones tanto con hombres como con mujeres; pero estos grupos de personas también son seres humanos y forman parte de la realidad. Por eso hablaré de ellos tanto como de quienes sólo tienen una pareja sexual, sólo les gustan las personas del sexo opuesto o sólo utilizan el coito como práctica sexual.
Intentaré ilustrar que todas las elecciones son válidas a efectos sexuales en tanto que lo que se hace responda a la propia escala de valores. Y que cada escala de valores es un mundo aparte. Aunque la mayoría