8. Gobierno de la empresa familiar
8.1.1 Funciones del consejo de familia
8.2. La asamblea de accionistas, la junta directiva y la relación con el consejo de familia
8.2.1 La asamblea de accionistas
8.4. Cómo gestionar el conflicto con accionistas minoritarios o paritarios
8.4.1. Herramientas de prevención
8.6. Herramientas anticorrupción para controlar operaciones
8.6.1. Transparencia e información
8.6.2. Ética en la manera de hacer los negocios
8.6.4. Mecanismos de conocimiento de contrapartes
8.6.5. Límites a los representantes legales
9. Instrumentalización y fuerza legal de los protocolos
9.1. Los protocolos de familia son contratos
9.2. Instrumentalización del protocolo de familia a través de una sociedad
9.3. Vinculación y desvinculación a los protocolos de familia
9.4. Sanciones en los protocolos de familia
9.5. Solución de controversias en los protocolos de familia
Por: José Manuel Restrepo
MINISTRO DE COMERCIO, INDUSTRIA Y TURISMO
REPÚBLICA DE COLOMBIA
El desarrollo económico y social de un país depende en gran medida de la consistencia y estabilidad de su sector empresarial, el cual se encarga de aportarle empleo, innovación y crecimiento. A nivel global se ha demostrado que las familias son las primeras en encontrar su vocación a través del emprendimiento, y que con los años han ido transformando la dinámica empresarial de los países, pues las empresas familiares se caracterizan por conservar el legado y la experiencia como un factor diferencial en el mercado.
Colombia no es la excepción, pues su sector empresarial está mayormente conformado por organizaciones familiares que asumen el reto de impulsar su consolidación a fin de hacerlo más consistente e innovador, y capaz de crear nuevas empresas.
Es por ello que constantemente los hacedores de política, al igual que la academia, diseñan métodos e idean estrategias que le permitan al sector empresarial realizar eficazmente su actividad, adaptarse a las nuevas condiciones del entorno, y generar riqueza y valor compartido para todos los actores involucrados, entre ellos los proveedores, los empleados, los clientes, las comunidades con las que se relaciona y, en general, sus grupos de interés.
En ese sentido, recobran importancia los postulados de innovación de Schumpeter, quien asegura que el empresario es el agente encargado de combinar creativamente los factores de producción que generan disrupción, y que a través de la innovación las empresas logran adaptarse a las demandas del entorno y subsistir en el largo plazo.
Para consolidar un sector empresarial estable e innovador es preciso superar dos desafíos importantes. El primero es facilitar las condiciones para que las nuevas ideas de negocio, y los emprendimientos nacientes encuentren un entorno institucional favorable que les permita desarrollarse y consolidarse. La tarea está en facilitar la formalización y la constitución legal, la financiación, el desarrollo de capacidades, la apropiación de conocimiento y, en general, todo aquello que conduzca a un nuevo emprendimiento, es decir, pasar de una idea con potencial a una empresa con buen desempeño financiero y capacidad de aportar al desarrollo económico y social del país.
El segundo desafío consiste en generar las condiciones adecuadas para que las empresas puedan perdurar y adaptarse. De hecho, las empresas familiares que alcanzan una tercera o cuarta generación son minoría, lo que demuestra que una buena idea de negocio con potencial de crecimiento, que finalmente puede alcanzar cierto grado de madurez, no necesariamente se convierte en una empresa con capacidad para adaptarse a las demandas del entorno y subsistir en el largo plazo. Este segundo desafío es tan relevante como el primero, pues es inútil apoyar emprendimientos que han demostrado su capacidad de generación de valor, pero cuyas prácticas de administración y gestión les impiden perdurar.
De lo anterior se desprende que es tan importante facilitar el surgimiento de nuevas empresas como apoyar las ya constituidas para que desarrollen e implementen buenas prácticas que les permitan fortalecerse. Uno de los principales desafíos que deben enfrentar las empresas familiares consiste en armonizar la relación entre la familia y sus integrantes, y para superarlo es importante que puedan desarrollar prácticas que les permitan apropiarse de las externalidades positivas del involucramiento familiar, como el compromiso y la visión de largo plazo, y evitar las dinámicas que afectan la estabilidad económica, como las disputas entre los integrantes de la familia, o las reglas poco claras respecto de su participación en la administración de la empresa.
Estos retos se deben resolver a partir de la transparencia y la equidad, valores transversales que conviene fomentar en cualquier dinámica empresarial. En concordancia con lo anterior, el gobierno corporativo proporciona herramientas idóneas para equilibrar los poderes e internalizar