La información que recibíamos ese día era que se confirmaba el temporal del Norte para el día siguiente, martes 12 de junio. Pasamos una noche heladora y cayendo chuzos de punta, de esas que te despiertas soplándote los dedos. En Bretaña la diferencia de temperatura entre la noche y el día es impresionante, parece que no existiera el término medio, y eso en un barco mal aislado te hace la vida incómoda. Yo ya lo conocía de mi navegación anterior por esas costas, y por eso había cogido los sacos de plumas en vez de los de edredón, y a pesar de eso pasaba frío. Pues por la mañana, cuando nos asomamos al mar esperando ver la anunciada tormenta agitando su piña colada, resultó que la predicción fue un fiasco total y finalmente tuvimos un día veraniego, con un vientecito del Norte, el mar en una calma casi tan grande como las del Ecuador, y sobrándonos calor para revender. Lo malo era que la esclusa de Belle-Île solo abría a las 14.30 h y ya no nos daba tiempo para llegar a la siguiente isla, Groix. Además habría ejercicios de tiro en un triángulo al Oeste de la desembocadura del río Etel, que era nuestro segundo posible destino, y si decidiéramos entrar al Etel tendríamos un problema adicional a su ya complicada embocadura, que describiré más adelante. Por eso no nos quedó otra que hacer una pausa y tomarnos otro día de descanso en Le Palais: hacer la colada en una lavandería, callejear, cotillear, ir al mercado, mirar tiendas, entretenernos viendo la vida de la gente o echar una siesta de las de perder el conocimiento. Eso es también la vela de crucero.
Respecto al mercado, nos había llamado la atención que una esquina del puerto de varada estaba llena de conchas y restos de moluscos, una acumulación patológica, hasta el punto de que había afectado a su calado en esa esquina. El día de mercado lo comprendimos. En ese rincón había varios puestos de mariscos, y al acabar el mercado lo que se estaba estropeando lo tiraban al mar. Cuando había agua no se notaba, pero en bajamar se veía toda la cochambre.
Además visitamos la Ciudadela Vauban (otra vez Vauban), un fortín que se alza a espaldas de Le Palais vigilando el puerto (47º 20,96’ N; 3º 9,26’ W). Está rodeado por una alta muralla construida entre 1802 y 1877. Actualmente es un museo y un hotel, y la entrada está restringida. Mario y yo le echamos un poco de cara (no fuimos los únicos) y pasamos al recinto del hotel para conocer el interior de las murallas. Son impresionantes, con almenas en esquinas inverosímiles, cañones apuntando a lontananza y unas vistas extraordinarias sobre el puerto y Le Palais.
Volvimos a recorrer las callejas del pueblo, encontrando a un artesano que hacía maquetas de barcos de pesca con la concha de un mejillón, y con una presentación curiosa en la que se veían los pasos seguidos para lograrlo. Además descubrimos un hotel tocayo de mi barco, el Hotel Corto Maltés. Y al acabar el día, como para dar un toque surrealista a nuestra despedida de Belle-Île antes de agitar los pañuelos, nos fijamos en una curiosa señal de tráfico. Era después de una rotonda en que habían utilizado una vieja baliza marítima para dar la curva y a la vez indicar algunas direcciones. Al salir de ella había un cartel indicador de carretera donde, debajo de otras ciudades (Bangor, Locmaria y Sauzon) y debajo de la indicación de la estación de autobuses, la quinta indicación señalaba la dirección para “la libertad de perderse”, hacia la derecha. Nos sorprendió y nos hizo gracia el concepto tan diferente de la seriedad que tienen en Francia, porque una indicación así sería inconcebible en España.
El día siguiente abriría la esclusa a las 5.30 h y nos tocaría madrugar para pasarla. Iríamos hacia el Norte, y según cómo viéramos el mar intentaríamos entrar en el río Etel o seguiríamos hasta la siguiente isla, Groix.
2 Contado en los libros Carpe Diem. Vela solidaria en Santander, Antequera: ExLibric, 2015, y La sonrisa de Mikel. Dibupoemas de supervivencia, Antequera: ExLibric, 2013.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.