Serena había aceptado ansiosa su propuesta, a pesar de que se había vuelto más arrogante y ostentoso con el éxito reciente que estaba teniendo. Serena pensó que seguramente era una fase por la cual estaba pasando y que una vez estuvieran casados el próximo año, él volvería a la normalidad una vez más. Bryan estaba trabajando tan duro que no pudo asistir a la gala con ella esta noche.
Serena sintió que Bryan había sido muy paciente con ella, considerando que llevaban saliendo casi dos años y todavía no habían consumado su relación. Sin embargo, mañana pasarían todo el día juntos y ella se quedaría en su casa por primera vez. Serena esperaba que eso no fuera lo único que fuera a hacer por primera vez...
“Serena”, la voz de su madre sonó justo delante de ella. “¿Dónde has estado? Me gustaría presentarte al doctor y la señora Kent. Están en la junta de la fundación.” Era claro que estas personas eran importantes para su madre, ya que sus ojos normalmente entrecerrados ahora estaban abiertos de la emoción. Serena se volteó para mirar a una pareja mayor de aspecto amable. “Encantada de conocerlos”, dijo Serena mientras extendía una mano con amabilidad. “Serena Woods.” Ellos dijeron sus saludos mientras ella le volvió a dedicar su atención a su madre. “Mamá, sé que todavía es temprano, pero mi cabeza me está matando, así que me iré a casa.”
Los ojos de su madre se volvieron a entrecerrar de inmediato al escucharla, pero obviamente no quería causar una escena en frente de los Kent, así que solo asintió y le dio un beso al aire en la mejilla mientras murmuraba, “descansa, cariño. Te veremos en la mañana.” Su papá también asintió una despedida, estaba concentrado con su conversación con el doctor Kent.
Serena no vio a su hermana, así que decidió irse sin despedirse. Conociendo a su hermana, probablemente estaba en alguna esquina besándose con su siguiente pretendiente. Y su hermana no se arriesgaría a sufrir la ira de su madre al ser atrapada haciendo algo tan inapropiado en un espacio público, así que ella dudaba que fuera fácil encontrar a su hermana.
Serena había venido con su familia, por lo que tendría que pedir un taxi afuera del hotel para irse a casa, algo que era algo emocionante para ella.
Estaba tan distraída con ese pensamiento que giró en algún lugar equivocado y ahora estaba en el balcón de lo que parecía el lado equivocado del hotel. Demonios. Miró alrededor en busca de un mapa que dijera su posición actual, pero no encontró ninguno. Sin embargo, en el balcón había un hombre que le estaba dando la espalda, aunque él había comenzado a voltearse apenas ella entró en el balcón.
Santo cielo. Serena podría estar comprometida, pero no era ciega y el hombre que estaba en frente de ella era tal vez la personas más apuesta que haya visto. Tenía cabello oscuro largo y ondeado hasta los hombros y aunque no podía ver el color de sus ojos en la luz tenue, ella podía sentirlos observándola. Sus labios estaban fruncidos. Estaba utilizando un traje oscuro que parecía hecho a medida, tenía tatuajes en una mano y se metían por la manga de su camisa. Él parecía estar absorbiéndola, atrayéndola con un campo magnético que hacía que cada cabello de su cuerpo se erizara y su estómago se sintiera cálido. Bueno, esto era incómodo. Y definitivamente algo que ella sentía que no debería estar experimentando con un hombre que no era su prometido.
“Disculpe, no quería interrumpir. Debo haber girado en la esquina equivocada al irme de la recaudación de fondos.” Al decir eso, ella se volteó sin esperar que él dijera algo y avanzó rápidamente por el pasillo, su cara ardiendo de humillación.
2
“¿Dónde, señorita?” preguntó el taxista una vez estuvo ella sentada en el asiento trasero. Su primer pensamiento fue su casa, pero ella se dio cuenta de que sus padres probablemente se quedarían en la gala por algunas horas más debido a lo temprano que era. Una sensación de emoción la recorrió cuando ella dijo la dirección de Bryan.
Su nuevo apartamento estaba en un edificio moderno no muy lejos y ella conocía al portero, además del código de seguridad para entrar, así que ella pensó en sorprenderlo cuando llegara del trabajo. Tal vez podría cocinarle la cena, darle un poco de lo que tendría cuando estuvieran casados. Luego, pensó Serena, sonrojada y con timidez, que tal vez podría darle una probada de algo más. Bryan nunca le había hecho sexo oral, pero por lo que Mary, su mejor amiga, seguía diciéndole, era una buena experiencia. Se emocionó al pensarlo, todavía seguía excitada después del encuentro que tuvo con ese tipo extremadamente apuesto antes de irse de la recaudación de fondos.
Sí, esto es una buena idea, se convenció ella en silencio. Seguramente le encantará la sorpresa. Quizás es muy intrusivo, la ruidosa voz de su falta de confianza dijo en su cabeza. Serena comenzó a reflexionar. No, si Bryan está cansado cuando llegue a casa o si se enoja cuando me encuentre ahí, pensó Serena, solo me disculparé y me iré.
Su mente finalmente lo decidió justo cuando el taxista se estacionó fuera del edificio, ella pagó el viaje y saludó al portero mientras pasaba a su lado y entraba al vestíbulo blanco. Con sus caminos modernos y sus acabados de aluminio reflejante, este no era el tipo de edificio al cual ella se había imaginado que se mudaría algún día, pero no estaba nada mal.
El ascensor realizó un suave sonido digital cuando llegó para subirla a su futuro apartamento. Otro pensamiento emocionante pasó por su cabeza. Esto era lo más arriesgado que había hecho alguna vez. Era triste, ella lo sabía, pero no lo hacía menos verdad.
Sus padres eran muy protectores. Así que, a los veintidós, Serena se encontraba viviendo en casa y trabajando para la empresa de su familia con su madre controlando casi todos los aspectos de su vida. No hay mucho espacio para aventuras salvajes ahí, pensó Serena.
El ascensor la llevó directo hasta su piso y la dejó ahí con otro sonido suave. Serena se dirigió a su apartamento e ingresó el código de seguridad que él le había dado hace menos de una semana para que ella pudiera traer su ropa limpia una tarde.
Su apartamento no era enorme, aunque parecía muy espacioso debido a la buena arquitectura. Era de un dormitorio con un concepto abierto y un comedor que se mezclaba a la perfección en la sala y la cocina y con un balcón a un lado. La renta era muy costosa en este lado de la ciudad. Bryan había optado por este lugar en vez de un lugar acogedor con tres habitación que ella había preferido, afirmando que este lugar estaba más cerca de su oficina, tenía una buena dirección y era una mejor inversión.
Lo primero que ella notó al entrar es que el apartamento no estaba tan oscuro y silencioso como ella pensó que lo estaría. Las luces de la sala estaban encendidas, aunque habían sido bajadas de intensidad y había una música suave tocando en el sistema de sonido incorporado. Sin embargo, la música suave no fue el único sonido que ella escuchó.
También había gemidos. Gemidos femeninos ruidosos. Serena giró la esquina de la pequeña entrada y llegó a la sala abierta y ahí, acostada desnuda en el sofá que Serena había escogido, estaba una chica de cabello oscuro llegando al orgasmo. Encima de ella, penetrándola como si su vida dependiera de ello, estaba su querido Bryan con los ojos cerrados.
¡Qué demonios! Su estómago se revolvió, su boca se secó y su cabeza estaba dando vueltas como si hubiera tomado mucho vino. Serena debió haber realizado algún sonido involuntario, porque en ese momento Bryan abrió sus ojos y la miró directo a los ojos.
“¿Serena?” Bryan jadeó su nombre con inseguridad, como si pensara que sus ojos estaban engañándolo, pero ella estaba fuera de la puerta y de regreso en el ascensor antes de que él pudiera estar seguro.
3
Serena no tenía idea cómo terminó aquí. Su mente había