Para Amets Suess, las resistencias que señalan las activistas entrevistadas tienen que ver con el rol y ausencia/presencia de las personas trans en el movimiento del transfeminismo después de las jornadas feministas de 2009, a menudo liderado por mujeres con sexualidad no normativa. En este sentido Amets Suess, afirmaba que:
«Mi experiencia ha sido la de un apoyo inicial y participación de grupos feministas en la convocatoria del Día Internacional por la Despatologización Trans, la emergencia de un movimiento transfeminista en el contexto español, seguida por un proceso de ruptura y distanciamiento de los grupos transfeministas del activismo por la despatologización trans. Esta ruptura se manifestó en el encuentro transfeminista de Barcelona en abril de 2010, y estaba relacionada con la falta de apertura por parte de los grupos transfeministas a la inclusión de todos los géneros, especialmente la de hombres gays cis, lo que a su vez provocó la crítica por parte de activistas por la despatologización, ya que los activistas gay cis eran participantes comprometidos en el activismo por la despatalogización trans. Además, esta postura de rechazo de los hombres cis en el movimiento transfeminista se criticó por implicar una falta de reconocimiento indirecta de la expresión/ identidad de género de los hombres trans. Aparte de estos desarrollos en el ámbito activista, se puede nombrar la aportación teórica de feministas en el contexto español a los discursos por la despatologización trans.
(Amets Suess, entrevista personal)
Para Sam Fernández, la ruptura no se debió tanto a estas resistencias, que podrían haber sucedido con algunos hombres trans en particular, sino que se trata más de un desacuerdo con qué se entiende como una crítica al binarismo. Hay quienes piensan el binarismo como una estructura anclada en el patriarcado, por tanto, su crítica está en la base de la lucha feminista. En palabras de Marina Collell «el binarismo es la punta del iceberg del patriarcado». Y hay quien piensa que aún es útil estratégicamente hablar de hombres y mujeres cuando se plantea la violencia machista, por ejemplo.
En cualquier caso, estas resistencias muestran que lo sucedido en las jornadas feministas estatales de Granada fue importante, que el debate continúa desde ese momento y que, además de la visibilidad transfeminista, también se han producido diferencias importantes, si bien no son irresolubles. De hecho, se ha producido un importante punto de encuentro y diálogo, que es visible por ejemplo en las jornadas de 2018 en Barcelona: «Una revuelta trans». En dichas jornadas se plantean puntos comunes para la lucha transfeminista y se celebran «los diez años de la primera manifestación trans en Barcelona».
Para Fernández y Araneta (2013, p. 57) han surgido movimientos sociales que se solapan en algunos momentos, en cuanto a protagonistas, acciones y grupos, refiriéndose al movimiento transfeminista y al movimiento prodespatologización, al tiempo que hay grupos trans más tradicionales que están más centrados en otros intereses. Y, por otra parte, nos encontramos una pluralización de los grupos y debates feministas que surgen por doquier, sin necesidad de ser parte de una organización o estar en una institución académica, o haber participado en debates feministas de calado, como los que se incluyen en esta genealogía. Sobre los desacuerdos, el hecho de que sean públicos y se aborden repetidamente muestra el gran interés por ese lugar de encuentro y debate, pero suscitan también una importante respuesta TERF, que nada tiene que ver con esta voluntad de debate y encuentro. Para quienes sí tenemos esta voluntad y estamos en el proceso de abordar esas incomodidades y dificultades, supone abrirse a nuevas formas de entender la lucha social feminista, arriesgándose a seguir creando nuevos significados feministas para la transformación social.
¿Y DESPUÉS?
Si tenemos un legado de debate y encuentro feminista con mujeres trans y cis, con sus incomodidades y diferencias, ¿qué hace que estemos frente a una oleada creciente de discursos y ataques TERF en las redes y desde algunas instituciones académicas y políticas? Se trata de una lucha por marcar una agenda feminista, ya que hay diferentes demandas que se plantean como antagónicas. Así, las resistencias no solo surgen alrededor de las mujeres trans, sino de que se hagan visibles las luchas como las encarnadas por las mujeres racializadas, migrantes, trabajadoras del sexo, entre otras. Probablemente tiene que ver con la visibilidad y atractivo que tienen las perspectivas críticas feministas para una parte importante de los movimientos feministas, que está desplazando a algunas feministas conocidas (Alabao, 2020) y que no están «recibiendo el reconocimiento que ellas creen merecer». Por perspectivas críticas me refiero a los feminismos antirracistas y anticoloniales, transfeminismos, de las mujeres con diversidad funcional, entre otros. Por otra parte, me lleva a pensar si es posible que estas mujeres estuvieran fuera de los debates feministas que estaban teniendo en foros, digamos populares o de acceso fácil para feminista de a pie, como son las jornadas feministas estatales, las organizaciones que se agrupan en la coordinadora feminista, o los distintos lugares plurales de debate feminista que están sucediendo por doquier. Es decir, estos espacios académicos feministas más conservadores o feminismos institucionales conservadores, como por ejemplo, del PSOE, no conectan con los debates feministas a pie de calle. ¿Será que no han vivido estos procesos?, ¿o acaban de llegar a los debates y por eso los entienden como «debates nuevos» o «aún no abiertos»?
Por tanto, no solo hay una fractura generacional con un feminismo joven y dinámico que apuesta por una mirada crítica que no cabe en el sujeto político singular «mujer», que sigue la estela de voces críticas como las mostradas en las entrevistas, entre otras; sino que también hay un ejercicio interesado de impostar una voz feminista única, como si fuera un faro del conocimiento feminista que guía en el camino de la consecución de un carnet de «buena feminista». Bromas aparte, esta perspectiva identitaria esencialista típica del feminismo de la segunda ola es tremendamente problemática por muchos motivos, el principal, porque excluye a muchas mujeres que no encajan fácilmente en el perfil de ser blancas, de clase media, sin discapacidad, españolas, tener estudios universitarios, ser heterosexuales, cis o adultas. De hecho, el transfeminismo surge precisamente por un agotamiento de las categorías identitarias simplistas, reivindicando a quienes han sido desplazadas a los márgenes (Gandarias, Montenegro y Pujol, 2019; Solá, 2013). Finalmente, también hay una necesidad de preguntarse si lo que sucede en las redes sociales se corresponde con lo que sucede fuera de ellas, por lo que podemos afirmar que las miradas feministas mayoritarias en la actualidad sí se están aventurando en este debate y encuentro transfeminista, con sus problemas, contradicciones e incomodidades.
BIBLIOGRAFÍA de Conocer nuestras genealogías:
Alabao, Núria (2020): «El feminismo de las élites busca recuperar la centralidad perdida». Entrevista realizada por Sato Díaz. Cuarto Poder, 8 de agosto 2020.
Casado Aparicio, Elena (1999: «A vueltas con el sujeto del feminismo». Política y Sociedad, 30: 73-91.
Fernández, Sam (2018): Ponencia en la Escuela de Otoño de Podemos. Disponible en: https://twitter.com/ahorapodemos/status/1051077505652846594
Fernández, Sam y Aitzole Araneta (2013): «Geneaologías Transfeministas». En: Solá, M. y Urko, E. (eds.). Trans-feminismos. Epistemes, fricciones y flujos. Tafalla: Txalaparta, pp. 45-58.
Gandarias Goikoetxea, Itziar, Montenegro Martínez, Marisela y Pujol Tarrés, Joan: «Interseccionalidad, iden-tidad y articulación: hacia una política de la agregación». Feminismo/s, 33: 35-63. DOI: 10.14198/fem.2019.33.02
González Ramos, Isabel (2018): «El sujeto político del feminismo y la inclusión de las mujeres trans. Una aproximación a las discusiones en el contexto digital». Master en Estudios Interdisciplinares de Género, UAM.
Ortega Arjonilla, Esther y Platero R. Lucas (2015): «Movi-mientos feministas y trans* en la encrucijada: aprendizajes mutuos y conflictos productivos». Quaderns de Psicologia, 17–3–: 17-30 http://dx.doi.org/10.5565/rev/qpsicologia.1280
Osborne, Raquel (2017): «TERF». En: Lucas Platero, María Rosón y Esther Ortega (eds.). Barbarismos Queer y otras esdrújulas. Barcelona: Bellaterra.
Platero, R. Lucas y Ortega Arjonilla, Esther (2016):