lo que necesita y que, a su vez, reciba del otro lo que le conviene independientemente de que coincida o no.
Pero hay más gestos que pueden observarse en la gente que sabe amar bien:
No dejan pasar un día sin demostrar de forma explícita a su pareja que la quieren y que es especial. Se las ingenian de alguna manera para procurarle ese momento de diversión, de paz o de alegría.
Saben morderse la lengua a tiempo y no permiten que un momento de enfado signifique una palabra o un gesto que dañe al otro. Todo se puede decir. Lo que importa es el cómo, sobre todo cuando se está en pareja.
Tienen gestos amorosos tanto en público como en privado.
Escuchan y comprenden a su pareja. Si los motivos del otro no coinciden con los suyos, los respetan y los tienen en cuenta en caso de que fuera necesario llegar a un acuerdo o a una decisión conjunta.
No reprochan ni obligan ni exigenal otro que le quiera, sino que facilitan que eso ocurra.
Breve resumen de las ideas principales sobre amar y el amor
El amor es un sentimiento; amar es una conducta.
A amar se aprende y se enseña.
¿Queremos amar? ¿Podemos amar? ¿Sabemos amar?
En nuestra estructura biológica, el amor es una fuente de placer, no de sufrimiento.
El éxito en el amor consiste en una mezcla de suerte y práctica.
El amor no tiene nada que ver con la obsesión.
La dinámica de cualquier relación humana es saludable cuando se da y se recibe de forma recíproca y satisfactoria para ambos.
En pareja, tan importante es querercomo sentirse querido.
Querer y no sentirse querido es una experiencia triste y frustrante.
Sentirse querido y no querer genera un gran sentimiento de culpabilidad.
Esperar la pareja perfecta, cuando uno no lo es, es irracional.
Amar bien consiste en ser capaz de dar a la pareja no tanto lo que uno crea o quiera darle, sino lo que realmente necesita para ser feliz.
Ya estamos listos para reenfocar lo que se desenfocó o para reparar lo que en algún momento sufrió un daño. Y dejarlo incluso mejor que nuevo.