Redes Sociales para la Iglesia. Elis Amâncio. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Elis Amâncio
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Религия: прочее
Год издания: 0
isbn: 9781646910977
Скачать книгу
target="_blank" rel="nofollow" href="http://bit.ly/internetmundo">http://bit.ly/internetmundo —inclusive es posible acceder a los datos de cada país.

      Uno de los grandes motivos de la intensa presencia digital es que la gente puede acceder a Internet a través de los smpartphones y las tablets. Otra herramienta eficiente para la búsqueda de datos de cada país en Internet es el Facebook Insights. A través de él es posible obtener datos acerca de la población de cada país que utiliza dicha herramienta, franja etaria e idioma, entre otros.

      Cuando vamos a un restaurant, a algún festejo familiar o aún a la iglesia vemos que muchos niños están con sus «niñeras virtuales» (smartphones o tablets) reproduciendo videos de YouTube o jugando a ciertos juegos que los entretienen. Eso significa que estos gráficos de acceso según la edad pueden variar aún más.

      Como iglesia se nos presenta un desafío: ¿Qué hemos publicado en el medio digital para ellos? ¿Hemos desarrollado proyectos cristianos on-line de edificación que sean atractivos para niños, adolescentes, adultos y ancianos?

      ¿Qué hicimos como iglesia en relación con esas cifras? ¿Nos preocupamos por la forma y el contenido que hemos publicado en el medio digital? ¿Son de edificación los mensajes que compartimos en las redes sociales? ¿Preparamos estrategias en el medio digital para alcanzar a las personas de un modo eficaz?

      Temo decir que, en su mayoría, las iglesias, liderazgos y miembros no piensan mucho en eso. Simplemente publican «cualquier cosa». Veo instituciones más preocupadas en denigrar el uso de la herramienta digital que en orientar a la gente al buen uso de ella.

image

      Me gusta mucho este montaje de arriba. Muestra la Plaza San Pedro (en el Vaticano, Italia) en dos momentos históricos recientes. En la foto de 2005 se ve la imagen de la multitud luego del fallecimiento del Papa Juan Pablo II. Podemos observar que no hay cámaras fotográficas, celulares ni tablets. En la segunda foto, en 2013, se ve el momento en el que Francisco es electo como Papa. El mismo escenario, con ocho años de diferencia, refleja el impacto del acceso a la tecnología en la vida de las personas. Migramos a la era de las pantallas. La era en la que utilizamos los dispositivos móviles para tomar fotografías y hacer videos. Vuelvo a decir: Y no es poco.

      Hoy vivimos nuevos paradigmas que tienen que ver con la tecnología, hablamos de etiquetas digitales, de netiqueta, de que esto está mal o bien… Pero creo que el debate debe ir más allá de discutir acerca de la utilización o no de equipos electrónicos, de si es adecuado o no leer la Biblia desde el celular en la iglesia, o de si usar las redes sociales es de Dios o no. Una vez más vuelvo al punto que mencioné anteriormente: Internet es neutra. Será buena o mala de acuerdo con el uso que le demos. Pero convengamos que la hemos usado mal y poco para el Reino de Dios.

      En mis clases siempre pregunto a mis alumnos cuál fue la última vez que vieron una puesta de sol sin tomar una fotografía, solo contemplando el momento, maravillándose de aquel espectáculo. Y solo escucho risitas y un «ehhhhh…». La verdad es que, debido al fácil acceso a la tecnología y a la utilización de las redes sociales, somos tentados a tomar fotografías, filmar videos y luego a subir todo, e incluso a dar nuestra opinión de todo. Pero contemplamos muy poco aquello que Dios creó para nuestra edificación.

      ¿Usted vive el momento o lo fotografía?

image

      Foto: Boston Globe/Getty Images.

      Esta fotografía es de un evento que se realizó en los Estados Unidos en 2015. No recuerdo exactamente la ocasión, pero sé que era un show de algún grupo musical muy conocido. Lo que más me tocó fue la imagen de esa señora (señalada con el círculo rojo). Era la única que contemplaba el momento sin preocuparse por registrarlo. Hace 10 o 20 años todos éramos así. Seres contemplativos. Teníamos tiempo y paciencia para contemplar. Hoy muchas veces queremos ir a tal culto o congreso para tomar fotografías y «subirlas a la vidriera virtual», mostrando a los demás que estuvimos allí.

      Internet y la tecnología pueden servirnos como entretenimiento o como herramientas de trabajo. Escribí este libro para animar a la iglesia a que las utilicen para la misión. Los números (almas) están allí, y cada vez en mayor cantidad, y necesitan con urgencia el mensaje de Jesús.

      Mi objetivo es que, al terminar de leer este capítulo, usted comprenda que no se puede utilizar la Social Media sin tener en cuenta el motivo por el cual lo hace. Debemos hacer un uso consciente de ella y ser estratégicos a fin de llegar cada vez a más personas con el mensaje del Reino de Dios, tanto en Internet como fuera de ella.

      Конец ознакомительного фрагмента.

      Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

      Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

      Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.

/9j/4QlQaHR0cDovL25zLmFkb2JlLmNvbS94YXAvMS4wLwA8P3hwYWNrZXQgYmVnaW49Iu+7vyIg aWQ9Ilc1TTBNcENlaGlIenJlU3pOVGN6a2M5ZCI/PiA8eDp4bXBtZXRhIHhtbG5zOng9ImFkb2Jl Om5zOm1ldGEvIiB4OnhtcHRrPSJBZG9iZSBYTVAgQ29yZSA1LjYtYzE0MCA3OS4xNjA0NTEsIDIw MTcvMDUvMDYtMDE6MDg6MjEgICAgICAgICI+IDxyZGY6UkRGIHhtbG5zOnJkZj0iaHR0cDovL3d3 dy53My5vcmcvMTk5OS8wMi8yMi1yZGYtc3ludGF4LW5zIyI+IDxyZGY6RGVzY3JpcHRpb24gcmRm OmFib3V0PSIiLz4gPC9yZGY6UkRGPiA8L3g6eG1wbWV0YT4gICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAg ICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAg ICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAg ICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAg ICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAg ICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAg ICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAg ICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAg ICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAg ICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAg ICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgIC