por la Alianza Macedonia para la Integración Europea, que no cuenta con ningún representante electo en el parlamento.
Serbios y montenegrinos – Considerados una sola etnia en Albania, las dos minorías están presentes sobre todo alrededor de Shkodra y Vraka, en el norte del país. Su población se estima en aproximadamente 2.000 personas por el Ministerio del Interior albanés, mientras que Serbia y la Asociación Moraca-Rozafa, que las representan, sitúan esta población en un rango entre 25.000 y 35.000 personas. Sin embargo, parece que una parte de esa población huyó a Serbia después de la caída del comunismo. A pesar de las malas relaciones entre Tirana y Belgrado por Kosovo, los serbios y los montenegrinos siguen siendo bien aceptados por la población albanesa. La presencia de los serbios se documenta desde el siglo V, después de las incursiones eslavas en el Imperio bizantino. Una parte se convirtió al islam durante el periodo otomano. Y, más recientemente, en los años 1920, los musulmanes serbios de Sandjak emigraron a la región de Fier, donde actualmente sus descendientes son aproximadamente 200. Si bien, a lo largo de la historia, la mayoría de los apellidos han sido adaptados al albanés, el gobierno de Tirana acepta ahora que los serbios y los montenegrinos retomen sus antiguos nombres.
Arumanos – Llamados valacos o vlachs, su peso demográfico ha sido subestimado durante mucho tiempo en Albania. Mientras que el estado apenas registraba unos 5.000 en los años 1960, en realidad serían más de 100.000 según estudios recientes. A pesar de estar presentes en todos los Balcanes del sur, su origen es desconocido y controvertido: para unos, serían descendientes de legionarios y colonos del Imperio romano; para otros, descendientes de los colonos griegos de la Antigüedad, empobrecidos durante el periodo romano. De hecho, su lengua tiene muchas similitudes con el rumano. En este sentido, se benefician hoy en todos los Balcanes del apoyo del estado rumano, incluso en Albania, para la construcción de escuelas que enseñen su lengua. Sin embargo, los arumanos de Albania se sienten más griegos, ya que la mayoría de ellos dicen hablar griego, pertenecer a la iglesia ortodoxa griega y se identifican con la minoría griega de Albania. En Grecia, por otra parte, los arumanos de Albania, también, son considerados como griegos. Hoy, reconocida oficialmente por el estado albanés, la minoría arumana está presente, de manera dispersa, en todo el sur del país, principalmente en la costa, desde Fier a Vlora, y a lo largo de la frontera griega, de Korça a Saranda.
Romaníes – Esta minoría es, sin duda, la más pobre y menos integrada del país. No hay datos precisos, pero las organizaciones internacionales consideran que la población romaní de Albania está entre 100.000 y 150.000 personas. Sin embargo, estas cifras hay que matizarlas. Por un lado, los romaníes rara vez están inscritos en el registro civil. Por otra parte, suelen confundirse con otras dos etnias distintas, los ashkali y los balcano-egipcios (véanse a continuación). Los romaníes, llegados de la India, se habrían instalado primero en la llanura central del Myzeqe (región de Fier) en el siglo XV, poco antes de la llegada de los otomanos. Rápidamente convertidos al islam como la mayoría de la población, los romaníes siguieron hablando su propia lengua y durante mucho tiempo siguieron siendo nómadas. La dictadura de Enver Hoxha les obligó a establecerse en la década de 1960. Ocupando principalmente empleos poco cualificados, se beneficiaron poco del sistema educativo comunista. Tras la caída del régimen, en los años 1990 fueron las principales víctimas de la transición al modelo capitalista, con tasas de analfabetismo y desempleo superiores al 60%. Hoy en día, los gitanos siguen estando excluidos del sistema universitario, del mercado laboral, del acceso a la asistencia sanitaria, etc. Viven en la mayoría de los casos en los barrios marginales, especialmente en los suburbios de Tirana, no disponen de escuela, que enseñe la lengua romaní y sus dialectos. Según las organizaciones humanitarias, como la Ayuda Popular o la Tierra de los Hombres, los romaníes son las principales víctimas de la trata de personas en el país.
Ashkali y balkano-egipcios – Son dos pueblos a menudo equiparados a los romaníes, que se asentaron en Kosovo, Montenegro, Serbia, la República de Macedonia y Albania. Llamados a veces «jevgs» en Albania, ellos mismos se consideran dos pueblos distintos, pero sin lengua propia. En cada país, ambos pueblos han adoptado la lengua mayoritaria local, a diferencia de los romaníes que siguen hablando su propia lengua. Los balcano-egipcios serían originarios del antiguo Egipto. La presencia de restos de templos dedicados a Isis y a otros dioses egipcios en los Balcanes, entre ellos los de Ohrid y Bitola en la República de Macedonia, parece acreditar esta tesis. Los ashkali, por su parte, afirman ser los descendientes de los persas llegados a la región por el puerto de Ashkelon (Israel). El término fue utilizado más adelante por los otomanos para designar a los romaníes y al resto de pueblos nómadas asentados en los Balcanes. Todavía poco conocidos, estos dos grupos étnicos conformarían solo uno, según algunos investigadores. No reconocidos por el estado albanés, se confunden constantemente con los romaníes en los pocos estudios demográficos realizados en el país. La asociación de los egipcios de los Balcanes (Union of Balkan Egyptians), fundada en la República de Macedonia, representa los intereses de esta minoría en los distintos países de la región. Estima que los balkanoegipcios serían 300.000 en Albania. Esta cifra es, sin duda, muy exagerada y aún más difícil de verificar que una parte de esta población sea indudablemente «albanesa».
Chams – Étnicamente albaneses, la población de los chams (Çam en albanés) se situaría entre 80.000 y 200.000 personas. Habla un dialecto cercano al tosco, están presentes en las grandes ciudades, en Tirana, Durrësi y Vlora, y también en el sur del país. Son originarios de la región de Chameria (o Epiro), situada a caballo entre Grecia y Albania. Al final de la Segunda Guerra Mundial, una gran parte de los musulmanes chams de Grecia encontró refugio en Albania, expulsados por las autoridades griegas con el pretexto tanto de colaborar con los ocupantes alemanes como con el activismo comunista. Los chams son defendidos por varias asociaciones que presionan al gobierno albanés para influir en las relaciones con Grecia. Están representados en el parlamento por el Partido por la Justicia, la Integración y la Unidad (PDIU), que reclama el derecho a volver a Grecia y defiende a todas las minorías albanesas en los Balcanes, en particular a la comunidad cham ortodoxa de Grecia.
Pomaks – Estos eslavos musulmanes de origen búlgaro —también presentes en Grecia y la República de Macedonia— no han sido mencionados en los informes de la administración albanesa. Establecidos en el oeste, a lo largo de la frontera con la República de Macedonia, los pomaks solo serían unos pocos según Tirana. Bulgaria, por su parte, habla de 50.000, incluso de 100.000 personas. La enorme diferencia entre las cifras puede explicarse por tres factores. En primer lugar, por la voluntad de Albania de minimizar la importancia real de las minorías. En segundo lugar, por una relativa integración de los pomaks en el seno de otras etnias, en particular la albanesa y la eslavo-macedonia. Por último, una confusión entre eslavo-macedonios y búlgaros, cuyas lenguas están muy próximas y viven en Albania en los mismos territorios. Por otra parte, Bulgaria suele negar la existencia de la «etnia eslavo-macedonia», considerando que los eslavo-macedonios son de hecho búlgaros.
Gorani – Los gorani o gorans viven la región de Gora, a caballo entre Albania y Kosovo. Son musulmanes, eslavos y originarios de Bulgaria como los pomaks, se distinguen, sin embargo, de ellos por su lengua, el goranski (o našinski). Su presencia en la región está documentada en el siglo XIV. A pesar de ser islamizados por los otomanos conservaron algunos ritos tomados de la iglesia ortodoxa y de la antigua secta cristiana de los bogomilos de la Edad Media. Después de una gran oleada de emigrantes, en la década de 1990, los gorani solo son, actualmente, unos 6.000 repartidos entre Albania y Kosovo.