Posteriores Los músculos suboccipitales, que unen las vértebras cervicales superiores al occipucio, extienden la cabeza, cuando se contraen bilateralmente, e inclinan en sentido lateral y rotan el cuello, cuando se contraen unilateralmente. De manera similar, los músculos esplenios (de la cabeza y el cuello) y los erectores de la columna (espinal, longísimo e iliocostal) extienden el cuello, cuando se contraen bilateralmente, y dan lugar a inclinación lateral y rotación del cuello, si se contraen unilateralmente (18) (v. fig. 3.18).
Laterales Los músculos laterales del cuello y la cabeza comprenden el elevador de la escápula y el trapecio superior; ambos inducen inclinación lateral y rotación del cuello en contracción unilateral. El trapecio superior también da lugar a extensión del cuello en contracción bilateral. El elevador de la escápula se inserta superiormente en la apófisis transversa de las cuatro vértebras cervicales superiores e inferiormente en el borde vertebral de la escápula, por encima de la columna. El trapecio superior se inserta, en sentido proximal, en el occipucio y las apófisis espinosas y, en sentido distal, en la clavícula y el acromion de la escápula (18). El elevador de la escápula y el trapecio superior también inducen movimiento de la articulación escapulotorácica, según se indicó en la sección «Hombro» de este mismo capítulo.
Región lumbar
Anteriores Los músculos anteriores de la región lumbar son los que conforman el grupo abdominal, es decir, el recto abdominal, los oblicuos del abdomen interno y externo, y el transverso del abdomen (v. fig. 3.17). El recto abdominal se origina en el hueso del pubis y se inserta entre las costillas quinta y séptima y en la apófisis xifoides. El recto abdominal consta de dos músculos verticales separados por una banda de tejido conjuntivo, la línea alba. En sentido horizontal, este músculo parece separado por tres líneas diferenciadas. Dichas líneas representan áreas de tejido conjuntivo que dan soporte al músculo, reemplazando las inserciones óseas (38). El recto abdominal es el principal flexor del tronco y, a través de su inserción en el hueso del pubis, también induce inclinación de la pelvis en sentido posterior. Los oblicuos del abdomen interno y externo rotan el tronco en contracción unilateral y lo flexionan en contracción bilateral. El transverso del abdomen discurre horizontalmente, con inserción medial en la línea alba, a través de la aponeurosis abdominal y, en sentido lateral, en la fascia toracolumbar, el ligamento inguinal, la cresta ilíaca y las seis costillas inferiores. La contracción del transverso del abdomen estabiliza la columna lumbar y aumenta la presión intraabdominal. Según parece, los patrones de activación de este músculo se relacionan con dolor lumbar (35).
Para aislar los músculos abdominales durante el ejercicio de flexión del tronco, es aconsejable acortar el psoas y otros músculos flexores de la cadera (por insuficiencia activa) flexionando las caderas y las rodillas (38). En consecuencia, los ejercicios abdominales con las caderas y las rodillas flexionadas pueden ser más eficaces para el acondicionamiento de los músculos del abdomen que los mismos ejercicios con las rodillas estiradas (18).
Posteriores La musculatura posterior de la columna lumbar está constituida por tres grupos musculares: el grupo erector de la columna, los multífidos y los rotadores intrínsecos (fig. 3.53). Por otra parte, el dorsal ancho, que se suele considerar un músculo que actúa sobre el hombro, extiende y estabiliza la columna lumbar mediante su inserción en la fascia toracolumbar (25). El grupo de erectores de la columna, que se sitúa lateral y superficialmente con respecto a los multífidos, comprende el iliocostal lumbar y el longísimo torácico (5). Estos músculos están separados entre sí por la aponeurosis intramuscular lumbar, con el longísimo dispuesto medialmente. El longísimo y el iliocostal están constituidos por diversos fascículos multisegmentarios, que permiten la extensión y la traslación posterior cuando los músculos se contraen bilateralmente. La disposición fascicular de los músculos multífidos indica que actúa, sobre todo, como rotador sagital (extensión sin traslación posterior) (21). La flexión lateral y la rotación axial son posibles tanto para los multífidos como para los erectores de la columna durante la contracción unilateral. El iliocostal puede estar mejor preparado para ejercer rotación axial sobre el segmento de movimiento vertebral lumbar que los músculos longísimo o multífidos (5). Debido a sus propiedades anatómicas y biomecánicas, los músculos lumbares posteriores están particularmente adaptados para mantener la postura y estabilizar la columna y el tronco (5). Los rotadores intrínsecos, rotadores e intertransversos, son fundamentalmente transductores de la longitud y sensores de la posición para el segmento vertebral (30).
Laterales Los músculos laterales de la columna lumbar comprenden el cuadrado lumbar y el psoas (mayor y menor). El cuadrado lumbar se origina en la cresta ilíaca y se inserta en la 12.a costilla y en la apófisis transversa de las cuatro vértebras lumbares inferiores. El cuadrado lumbar produce inclinación lateral de la columna lumbar con contracción unilateral, y estabiliza el tronco con contracción bilateral. El músculo psoas mayor presenta su origen en las superficies anteriores de las apófisis transversas de todas las vértebras lumbares y su inserción en el trocánter menor del fémur. El psoas mayor flexiona el tronco y la cadera (18).
Lesiones
Cervicales La región cervical es la más móvil de la columna vertebral y un número relativamente reducido de músculos cervicales es responsable del soporte de la cabeza. Estos factores hacen que la región cervical sea vulnerable a la inestabilidad y las lesiones (3). Las lesiones más peligrosas para esta área son las fracturas y luxaciones traumáticas que dan lugar a inestabilidad de la columna. La combinación de compresión e hiperflexión axial es un mecanismo frecuente en lesiones cervicales graves como estas (39). Ejemplos de actividades en las que se ve implicado este mecanismo son tirarse a una piscina con poca profundidad o las cargas con la cabeza en el fútbol americano. La peor consecuencia de la luxación o la fractura cervical superior es el daño neuronal inducido en la parte superior de la médula espinal, que puede ser causa de parálisis o muerte (3). Así pues, cualquier lesión traumática en el cuello debe tratarse como urgencia médica (41).
Los esguinces y las distensiones de los músculos y ligamentos del cuello son consecuencias comunes de movimientos violentos de hiperextensión-hiperflexión, con aceleración-desaceleración repentina, por ejemplo, en una colisión en automóvil. Este fenómeno, habitualmente designado como «latigazo», puede causar roturas en las estructuras anteriores y posteriores de la región cervical, incluidos músculos (p. ej., esternocleidomastoideo, trapecio superior y paraespinales cervicales) y ligamentos (7). Una vez descartadas las posibles fractura, luxación, inestabilidad o hernia de disco, el tratamiento del latigazo suele incluir modalidades pasivas de ejercicios de estiramiento y fortalecimiento del cuello.
FIGURA 3.53. Músculos profundos de la espalda. A. Derecha, las tres columnas del erector de la columna. Izquierda, el espinoso se muestra reflejando el longísimo y el iliocostal. B. Sección transversal de la espalda que muestra la disposición del erector de la columna, los multífidos y los músculos rotadores. Tomado de Moore KL, Dalley AF II. Clinical Oriented Anatomy. 4th ed. Baltimore, MD: Lippincott Williams & Wilkins; 1999, con autorización.
Lumbares