Es característico que las articulaciones sinoviales sean irrigadas por numerosas ramas arteriales e inervadas por ramas de nervios que actúan sobre los músculos adyacentes y la piel que los cubre. La retroalimentación propioceptiva media la sensibilidad articular significativa, por ejemplo por dolor, debido a la elevada densidad de fibras sensitivas presentes en la cápsula articular. Esta retroalimentación tiene una relevancia evidente en la regulación del movimiento humano y en la prevención de lesiones (31).
FIGURA 3.7. Articulación sinovial. Tomado de Oatis CA. Kinesiology. The Mechanics and Pathomechanics of Human Movement. Baltimore, MD: Lippincott Williams & Wilkins; 2003, con autorización.
MOVIMIENTOS ARTICULARES Y AMPLITUD DE MOVIMIENTO
El movimiento articular es una combinación de rotación, deslizamiento y giro de las superficies articulares (4). Los movimientos «de cadena abierta» se producen cuando el segmento distal de una articulación se mueve en el espacio. Un ejemplo de un movimiento de cadena abierta para la articulación de la rodilla es el ejercicio de extensión de la pierna en una máquina. Por su parte, los movimientos «de cadena cerrada» se producen cuando el segmento distal de la articulación está fijado en el espacio. Un ejemplo de movimiento de cadena cerrada en el caso de la rodilla son las sentadillas con barra partiendo de una posición en bipedestación. Una articulación se encuentra en posición «de paquete cerrado» cuando hay una máxima congruencia de las superficies articulares y una máxima tensión de la cápsula articular y los ligamentos (4). En cambio, se dice que la articulación está en posición «de paquete abierto» (suelta) cuando la congruencia articular es mínima y la cápsula articular y los ligamentos están menos tirantes. El movimiento en una articulación puede influir en el alcance del movimiento en articulaciones adyacentes, debido a que numerosos músculos y otras estructuras de tejidos blandos atraviesen múltiples articulaciones. Por ejemplo, la flexión de un dedo disminuye en presencia de flexión de la muñeca, porque los músculos que flexionan tanto la muñeca como los dedos atraviesan diversas articulaciones (4).
Los movimientos «de cadena abierta» tienen lugar cuando el segmento distal de una articulación se desplaza en el espacio, mientras que los «de cadena cerrada» se producen cuando dicho segmento distal está fijo en el espacio. El grado de movimiento que puede alcanzar una articulación se denomina amplitud de movimiento (ADM). Esta puede ser activa (cuando se alcanza mediante movimientos voluntarios por contracción del músculo esquelético) o pasiva (cuando se alcanza por medios externos). Las articulaciones con una ADM excesiva se designan como «hipermóviles», mientras que las de ADM limitada se denominan «hipomóviles» (4). La ADM articular se cuantifica mediante goniómetros o inclinómetros, y cada articulación presenta un intervalo de valores normales de ADM, utilizados como referencia (18). Las medidas basales de ADM ayudan a orientar la prescripción de ejercicio, y las realizadas durante el seguimiento permiten documentar los progresos obtenidos.
TABLA 3.2 CLASIFICACIÓN DE LAS ARTICULACIONES EN EL CUERPO HUMANO | |
Clasificación de las articulaciones | Características y ejemplos |
Fibrosas | |
Sutura | Unión ajustada específica del cráneo |
Sindesmosis | Membrana interósea entre huesos (p. ej., unión a lo largo de las diáfisis del radio y el cúbito, la tibia y el peroné, y articulación tibioperonea distal) |
Gonfosis | Articulación específica del alvéolo dental |
Cartilaginosas | |
Primaria (sincondrosis; cartilaginosa hialina) | Habitualmente temporal, con el fin de permitir el crecimiento óseo y la fusión (p. ej., de las láminas o placas epifisarias); algunas no son temporales (p. ej., las del esternón y las costillas [cartílago costal]) |
Secundaria (sínfisis; fibrocartilaginosa) | Resistente, levemente móvil (p. ej., discos intervertebrales, sínfisis púbica) |
Sinoviales | |
Plana (artrósica) | Movimientos de deslizamiento (p. ej., en la articulación acromioclavicular) |
En bisagra (gínglimo) | Movimiento uniaxial (p. ej., en la extensión y la flexión del codo) |
Elipsoidea (condiloidea) | Articulación biaxial (p. ej., en la extensión radiocarpiana o la flexión de la muñeca) |
En silla de montar | Articulación específica que permite movimientos en todos los planos, incluyendo la oposición (p. ej., en la articulación carpometacarpiana del pulgar) |
Esferoidea (enartrósica) | Articulación multiaxial que permite movimientos en todas las direcciones (p. ej., cadera y hombro) |
En pivote (trocoide) | Articulación uniaxial que permite la rotación (p. ej., articulaciones radiocubital y atloaxoidea) |
Bicondilar | Permite el movimiento principalmente sobre un eje con cierto grado de rotación limitada sobre un segundo eje (p. ej., flexión y extensión de rodilla, con rotación interna y externa limitada) |
ESTABILIDAD ARTICULAR
La estabilidad de una articulación es la resistencia al desplazamiento. Todas las articulaciones no tienen el mismo grado de estabilidad y, en general, cuando se gana ADM, suele ser a expensas de esa estabilidad, que se ve condicionada por cinco factores principales (4):
1. Los ligamentos controlan los movimientos normales y aportan resistencia al movimiento excesivo.
2. Los músculos y tendones de una articulación también refuerzan su estabilidad, en particular cuando la estructura ósea por sí sola contribuye en escasa medida a consolidarla (p. ej., en el hombro).
3. La fascia contribuye a la estabilidad articular (p. ej., en el caso de la cintilla iliotibial del tensor de la fascia lata).
4. La presión atmosférica genera una mayor fuerza de la articulación que la ejercida por la presión interna de la cavidad articular (la succión inducida por esta presión es un importante factor que contribuye a la estabilidad articular).
5. La estructura ósea de una articulación es un relevante factor de influencia en la estabilidad articular (p. ej., en la limitación de la extensión del codo por la apófisis olecraniana del cúbito) (4).
Sistema muscular
Los huesos aportan soporte y efecto de palanca al cuerpo, aunque, sin los músculos, su movimiento sería imposible. Hay tres tipos de tejido muscular: el esquelético, el cardíaco y el liso. El músculo esquelético está primordialmente fijado a los huesos y su control es voluntario. Es responsable del movimiento del sistema esquelético y de la estabilización del cuerpo (p. ej., en lo que respecta al mantenimiento de la postura). En el cuerpo humano hay más de 600 músculos esqueléticos (38) y unos 100 de ellos se relacionan con el movimiento primario, siendo estos con los que los entrenadores personales deben estar más familiarizados (4). Los músculos superficiales del cuerpo se muestran en las figuras 3.8 y 3.9.
En el cuerpo humano hay más de 600 músculos esqueléticos (38) y unos 100 de ellos se relacionan con el movimiento primario, siendo estos con los que los entrenadores personales deben estar más familiarizados (4).
Los músculos esqueléticos están generalmente unidos a los huesos a través de los tendones. Estos son densos cordones de tejido