La Unión Europea está a la vanguardia de estos esfuerzos. Como brazo financiero de la Unión Europea, la misión del BEI es apoyar estas políticas y parte de la labor de mayor impacto que realiza el Grupo BEI está en el África Subsahariana, el Caribe y el Pacífico (ACP). En el curso de 2019, aprobamos 39 operaciones nuevas para una inversión combinada potencial de 1 895 millones de euros. Las firmas del ejercicio alcanzaron los 1 355 millones de euros para 42 proyectos por un valor total de 5 784 millones de euros en todas nuestras fuentes de financiación: el fondo rotatorio del Instrumento de Ayuda a la Inversión ACP - incluida la Dotación para la Financiación de Impacto, nuestros recursos propios, instrumentos de riesgo y la dotación específica del Mandato para Préstamos en el Exterior para la República de Sudáfrica. Todo esto es posible año tras año gracias a mis colegas de la sede central del BEI en Luxemburgo y de nuestras oficinas regionales en las regiones ACP. Una vez más, los felicito de todo corazón.
El BEI tiene cuatro grandes prioridades en las regiones ACP: desarrollo del sector privado, infraestructuras vitales, acción por el clima e integración regional. Estas son nuestras piedras angulares. Estamos convencidos de que la mejor manera de combatir la pobreza es invertir en el sector privado y en las condiciones que lo permiten crecer. Las instituciones financieras han de tener capacidad para prestar a las pequeñas empresas. Las poblaciones de las ciudades y zonas rurales de las regiones ACP carecen de acceso a servicios esenciales como agua, saneamiento, electricidad, conexiones de transporte y telecomunicaciones que nos parecen de lo más natural. El África Subsahariana, el Caribe y el Pacífico se enfrentan a diferentes retos para resolver tales carencias y deficiencias. El BEI es lo suficientemente flexible como para financiar proyectos de impacto que respondan a estas necesidades.
Si examinamos algunas de las operaciones firmadas en 2019, podemos ver que el tamaño medio de nuestros préstamos ha bajado con respecto a 2018. Esto se debe a que ha aumentado la proporción de las operaciones más pequeñas, con riesgo más alto, pero mayor impacto. El 53 % de nuestra financiación total en las regiones ACP se ha encauzado a los países menos adelantados y frágiles. Esta proporción es más alta de lo habitual e indica que estamos poniendo nuestros fondos al servicio de las poblaciones que más lo necesitan: los países más vulnerables a los shocks económicos y que necesitan desarrollar resiliencia para dar a sus pueblos la oportunidad de hacer realidad sus sueños.
También firmamos las dos primeras operaciones en el marco de la iniciativa SheInvest for Africa, que tiene una importancia crucial. En pocas palabras, no será posible lograr un desarrollo económico sostenible si hay grupos de población marginados. Las mujeres y las niñas no tienen fondos ni servicios bancarios suficientes: el mundo tiene que tomar medidas proactivas para acabar con esta situación. SheInvest for Africa se propone movilizar 1 000 millones de euros para la financiación de proyectos que ayuden al bienestar de las mujeres y de las niñas. El Women’s World Banking Fund y la inversión en el Banco de Desarrollo de Uganda en el marco del Instrumento de Financiación Regional para Pymes de África Oriental están haciendo precisamente eso, financiando proyectos de mujeres emprendedoras en África. El primero proporcionará miles de pequeños préstamos a microemprendedoras; la segunda se centra en empleadoras de mayor tamaño.
Una piedra angular del desarrollo económico es el acceso a la electricidad y una de las prioridades del BEI es la energía renovable. Varios de los proyectos que hemos financiado en 2019 así lo demuestran, poniendo de manifiesto nuestro compromiso con un mix energético limpio. Con cargo a nuestros recursos propios, estamos invirtiendo en una mejora de la planta hidroeléctrica de Kpong en Ghana, que ayudará a llevar electricidad a más de un millón setecientos mil hogares en el país. Al mismo tiempo, también estamos invirtiendo en plantas solares fotovoltaicas en Senegal, apoyando la iniciativa Scaling Solar del Banco Mundial, así como en equipos individuales de energía solar sin conexión a la red para hogares y empresas en Mozambique y Malawi. Estos pueden beneficiar a millones de personas que, al no estar conectados a la red eléctrica, no tendrían electricidad.
Ya estamos sintiendo los efectos del cambio climático en todo el mundo, siendo los países ACP más vulnerables que la mayoría. En la República Dominicana estamos apoyando la construcción de infraestructuras sociales resilientes al cambio climático para garantizar viviendas y transportes seguros para las personas y los servicios. En Santo Tomé y Príncipe, estamos ayudando a mejorar la seguridad de la carretera principal de la capital. La digitalización es también un medio esencial para el desarrollo económico. Estamos invirtiendo en un proyecto de telecomunicaciones móviles de alto rendimiento energético en Guinea que permitirá no solo ampliar los servicios de datos a poblaciones urbanas y rurales, sino también reducir considerablemente las emisiones contaminantes.
El BEI está en una posición privilegiada para poder invertir en proyectos de todas las formas y tamaños. Disponemos de los instrumentos financieros necesarios para apoyar iniciativas de gran envergadura del sector público, como los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento en Níger y Madagascar y una importante mejora de la red de carreteras en Malawi, inversores de capital como el LeapFrog Emerging Consumer Fund, e instituciones microfinancieras como Kafo Jiginew en Malí.
Desde su puesta en marcha en 2003, el Instrumento de Ayuda a la Inversión ACP ha demostrado ser una herramienta eficiente y eficaz para apoyar las políticas de desarrollo de la Unión Europea en nuestros países asociados. Durante este tiempo, el BEI ha financiado 402 proyectos con una inversión total de 13 400 millones de euros en las regiones ACP, 7 700 millones de euros a través del Instrumento de Ayuda a la Inversión y los restantes 5 700 millones de euros con cargo a los recursos propios del Banco. 8 000 millones de euros se destinaron a proyectos del sector privado y 5 400 millones de euros a intervenciones del sector público.
En los próximos años, todos tendremos que colaborar mucho más para asegurarnos de que las economías en desarrollo y emergentes reciban el apoyo y la inversión que necesitan para prosperar. En su calidad de banco de la Unión Europea, el BEI está dispuesto a profundizar en su compromiso con la Comisión Europea y el Servicio Europeo de Acción Exterior para contribuir al cumplimiento de nuestros objetivos comunes. Como institución financiera, estamos en condiciones de colaborar con los países asociados y con los demás bancos multilaterales de desarrollo e instituciones de financiación del desarrollo para crear oportunidades para el mayor número de personas posible. El BEI es un proveedor de financiación a largo plazo y socio de los países del África Subsahariana, el Caribe y el Pacífico. Mantenemos nuestro compromiso de ayudar a las tres regiones a hacer frente a sus desafíos y a mejorar la calidad de vida de todos sus habitantes.
IMPACTO GENERAL DE NUESTRAS OPERACIONES EN 2019
ENERGÍA
1 860 MW de nueva capacidad de generación de electricidad, 100 % de fuentes renovables.
2 900 GWh/año de nueva capacidad de generación de electricidad, 100 % de fuentes renovables.
2 040 km de tendido eléctrico nuevo, 361 subestaciones eléctricas nuevas o modernizadas.
716 000 los hogares suministrados con la electricidad producida.
100 000 los hogares adicionales que podrán conectarse a la red eléctrica.
AGUA Y SANEAMIENTO
1 780 km de redes de agua y tuberías de nueva instalación o modernizadas.
41 300 m³ de capacidad de almacenamiento de agua nueva o modernizada.
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