Figura 1. Total de homicidios por año en Bogotá, Medellín y Cali.
Fuente: elaboración propia a partir de CEACSC (2013); Alcaldía de Medellín (2012).
La tasa de homicidio de la figura 2 presenta la misma dinámica de la figura 1; sin embargo, deben hacerse algunas precisiones al respecto. En primera medida, la relación entre las ciudades cambia drásticamente. Por ejemplo, con miras al número bruto en 1990, Medellín presentaba algo más del doble que Bogotá (2,36 veces) y casi multiplicaba por cinco a Cali (4,92 veces), lo cual mostraba una característica importante del homicidio en Medellín y su intensidad; bajo la tasa de homicidios, esta relación se multiplica casi por siete para Bogotá (6,91) y por 0,7 para Cali. En otras palabras, dado que la tasa es una proporción entre los homicidios y la población total, a pesar de que Bogotá presenta un número muy alto de homicidios en la década de los noventa, su tasa se ve reducida significativamente por la cantidad creciente de personas que la habitan, lo que reduce el impacto de los homicidios en Bogotá y lo incrementa en Medellín, cuya población es menor. Ahora bien, la dinámica de los homicidios en Medellín y Bogotá es muy similar: desciende de una magnitud muy alta en la primera mitad de la década de los noventa y se estabiliza solo hacia la segunda mitad de la década de los dos mil; Cali, en cambio, presenta una tendencia constante en todo el periodo, con una magnitud similar a principios de la década de los noventa y a finales de la década de los dos mil, sin señales que sugieran aumentos o disminuciones en algún momento dentro de este periodo (ver figura 3).
Las lesiones personales muestran otra cara de la inseguridad en las ciudades. A pesar de los problemas de registro, denuncia y procesamiento de datos, la contribución de este indicador es visibilizar a las víctimas de situaciones que pudieron haber desembocado en un homicidio y poner de manifiesto diferentes formas de violencia: violencia política, violencia militar asociada al narcotráfico, violencia social, violencia doméstica, violencia contra la mujer, violencia difusa, entre otras (Suárez y otros, 2005).
Figura 2. Total de homicidios por año en Bogotá, Medellín y Cali por cada 100 000 habitantes.
Fuente: elaboración propia a partir de CEACSC (2013); Alcaldía de Medellín (2012).
Figura 3. Total de lesiones personales por año en Bogotá, Medellín y Cali.
Fuente: elaboración propia a partir de CEACSC (2013).
A partir de la figura 3 se puede afirmar que la tendencia en cuanto a lesiones personales es descendente hasta el año 2000, cuando empieza a aumentar para Bogotá y disminuye para Medellín; en cambio, Cali se mantiene constante hasta el año 2005, momento en el que empieza a crecer. Esta dinámica puede estar relacionada con el tamaño de la población: mientras que en Bogotá se presentan en promedio 6818 casos (D. E. 2085,21), en Medellín, 1771 (D. E. 543,75) y en Cali, 2764 (D. E. 1225,10), diferencias que son significativas y ponen a Bogotá en un nivel de mayor inseguridad que Medellín y Cali (ver figura 4).
Puede observarse en la figura 4 que el hurto en Bogotá ha disminuido en términos generales, aunque ha habido un aumento desde 2004; por su parte, Medellín ha sufrido un aumento entre 1999 y 2004, mientras que muestra una tendencia a permanecer entre 2004 y 2012; adicionalmente, Cali ha presentado un aumento importante desde 2004, pasando de 156 casos en 2004 a 1851 en 2005 y a 5517 en 2006, punto en el cual la tendencia parece permanecer constante, con incrementos de menor magnitud (ver figura 5).
Como se observa en la figura 5, la percepción de seguridad en Medellín es significativamente más positiva (más del 50 % para el año 2003) que la que presentan Bogotá y Cali (alrededor de 30 % para ambos casos). Adicionalmente, aunque la diferencia no tiene una magnitud muy alta, en las tres ciudades las mujeres se sienten más inseguras que los hombres, lo que evidencia una percepción de seguridad negativa más alta, así como una percepción de seguridad positiva más baja, en todos los casos (ver figura 6).
En el sitio más cercano de habitación para las personas de la muestra encuestada (figura 6), la victimización se encuentra alrededor del 45 % para ambos géneros en Bogotá, donde aumenta con respecto al 2003; 35 % para Cali, que se mantiene relativamente constante, y 20 % para Medellín, también relativamente constante. Las mujeres se sienten más inseguras en las tres ciudades en comparación con los hombres, tendencia que parece no cambiar con los años (ver figura 7).
Figura 4. Total de hurtos a personas por año en Bogotá, Medellín y Cali.
Fuente: elaboración propia a partir de CEACSC (2013); Alcaldía de Medellín (2012).
Figura 5. Percepción de seguridad por género en Bogotá, Medellín y Cali.
Fuente: elaboración propia a partir de DANE (2013).
Figura 6. Percepción de inseguridad en el barrio en Bogotá, Medellín y Cali.
Fuente: elaboración propia a partir de DANE (2013).
Figura 7. Porcentaje de victimización en Bogotá, Medellín y Cali.
Fuente: elaboración propia a partir de Cámara de Comercio de Bogotá (2012).
La victimización no hace referencia a homicidios sino a