Ética en las profesiones. Fabio Orlando Neira Sánchez. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Fabio Orlando Neira Sánchez
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789588572710
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ser incomprendida para un niño e incluso para una persona desprovista de una visión sistémica de la sociedad. Tal es el caso de los fraudes bursátiles que involucran gran cantidad de personas que no comprenden su funcionamiento o desconocen plenamente su propósito.

      4 Debe existir una cercanía temporal entre la falta y la sanción. Los castigos que se postergan demasiado tiempo disminuyen su capacidad formativa, por cuanto el individuo no interpreta correctamente la indicación contenida en la corrección. Esto sucede porque la carga emotiva de la falta se atenúa con el tiempo en virtud de los mecanismos cerebrales para resignificar experiencias anteriores. Con el tiempo el individuo se vuelve incapaz de relacionar el rigor de la sanción con la gravedad de la falta.

      Fortalezas de este medio de educación moral

      La mayoría de argumentos a favor de la conducción del comportamiento mediante el control y las sanciones proviene de la psicología del aprendizaje, la cual, resalta su conveniencia cognitiva y las ventajas económicas que representa su implementación en sistemas educativos complejos. Veamos.

      La sanción busca que el educando debilite o desaparezca su disposición psíquica a comportarse de manera indeseada, debiendo aparecer en su lugar la disposición a un modo comportamental deseado. Para la psicología de aprendizaje, la sanción es un estímulo diferenciado que segrega los juicios sobre los comportamientos favorables y desfavorables del individuo, logrando ampliar su capacidad discriminatoria. Lo anterior aumenta la probabilidad de que en el futuro los ciudadanos opten por el comportamiento social deseado, favoreciendo una enorme merma en el presupuesto destinado para la institucionalización de la sanción (cárceles, correccionales, internados, etc.).

      Debido a que la conducción del comportamiento, mediante el control y la sanción es un mecanismo de aprendizaje operativo se desarrollan en él habilidades cognitivas como la inferencia, la deducción y la derivación. El individuo aprende a considerar los escenarios derivados de su posible de elección logrando incluso introyectarse en planos afectivos, bien sea suscitando sentimientos desagradables en torno al castigo o sentimientos de agrado por resistirse a obrar mal. En cualquiera de los dos casos se refuerza su disposición a seguir actuando correctamente en el futuro.

      Crítica a este medio de educación moral

      La mayor crítica a este medio de educación moral radica en que sus instrumentos punitivos -por consensuados que sean - no atienden a las condiciones emocionales o materiales de las personas y en tal caso presentan efectos diferenciados. Una multa de transito tendrá poco valor formativo para un conductor adinerado, mientras que para otro será tremendamente aleccionadora. El retiro del afecto paterno para un niño con poca autoestima resultará en trauma, mientras que para otro con un autoconcepto más fuerte apenas si hará mella.

      También plantea enormes dificultades para administración dosificada del castigo: si un castigo es demasiado riguroso produce en el educando un alto nivel de excitación poco favorable. Su temor a nuevas represalias puede hacerse tan grande que sufra menoscabo su pensamiento racional, de modo que, ante la oportunidad de actuar ante determinada situación se paralice por el temor a no distinguir entre el comportamiento deseado y el prohibido. Esto explicaría, en parte, la indiferencia social que se gesta en algunas sociedades del primer mundo, en las cuales la ciudadanía se abstiene de actuar ante hechos criminales y su participación se limita al consentimiento o repudio frente a las acciones policíacas.

      EL DESARROLLO DE LAS BASES EMOCIONALES PARA EL BUEN COMPORTAMIENTO MORAL

      Desde hace algunos años, este enfoque se ha posicionado como uno de los medios alternativos para la educación moral, reacción por una parte, al exagerado racionalismo que caracterizan las cátedras de ética y valores en las instituciones educativas y, por otro, al reduccionismo pedagógico que implica la formación en competencias ciudadanas. Otras críticas a los modelos racionalistas se centran en la evidencia empírica de que existe una correlación bastante pequeña entre el avance en los estadios de pensamiento y la calidad del comportamiento moral.

      Características de la personalidad moralmente buena

      Los autores que se ubican en este enfoque sostienen que junto a la capacidad de pensar y juzgar por principios también son necesarias ciertas disposiciones emocionales y que sólo una combinación armónica de estos elementos lleva a la genuina motivación del buen comportamiento moral. De allí se derivan los siguientes objetivos formativos:

      Primero, que los educandos puedan experimentar intensos sentimientos de obligación, incluso, fundados en el temor a la culpa que sobrevendría en caso de negar su ayuda a otras personas. También, sentimientos de vergüenza cuando la trasgresión a una norma se ponga en conocimiento de otros, generando actitudes de rechazo.

      Segundo, que generen una “conciencia del deber”, entendida como solidaridad ante el orden instituido. Por ejemplo, enlistarse voluntariamente para defender la soberanía nacional o poner en riesgo su vida para evitar un robo.

      Tercero, que el educando asuma las actuaciones prosociales como medio de aumentar su sentimiento de valía personal y de ganarse el reconocimiento de los demás.

      Características del contexto ideal para la actuación

      Existen ciertas condiciones para la emergencia de sentimientos prosociales:

      1. La persona debe estar en disposición de enterarse sobre las necesidades de otros y estar alerta para actuar de manera solidaria. Una persona que evite

      conscientemente el contacto con medios noticiosos tendrá poca oportunidad de desarrollar sentimientos de compasión hacia otros o de participar en grupos filantrópicos o de voluntariado.

      2. Debido a que el desarrollo de las bases emocionales para el buen comportamiento moral intervienen en el subconsciente y el inconsciente de los individuos, es necesario asegurarse que los educandos no tengan alteraciones psíquicas que los vayan a perjudicar. Por ejemplo, el sentimiento de culpa en una persona con tendencias depresivas pueden llevar al enclaustramiento y un sentimiento de indignación en una persona con trastorno psicosocial puede llevar a la neurosis.

      3. Los medios educativos asociados con este enfoque sólo son posibles cuando existen bases emocionales consensuadas. En aquellos escenarios en los que se reconocen niveles diferenciados de emotividad (mujeres-hombres, adolescentes-adultos) resulta difícil crear ambientes de aprendizaje que permitan el establecimiento de parámetros de sensibilidad ante situaciones morales específicas. Ya que en la mayoría de estos casos la sentimentalidad será asociada a la “naturaleza” femenina y señalada como menoscabo a la virilidad.

      Fortalezas de este medio de educación moral

      En la mayoría de los casos, las motivaciones sentimentales son más profundas que las convicciones adquiridas por mecanismo racionales. Las personas que ofreciendo un órgano u ofreciéndose para una cirugía experimental pueden salvar la vida de un ser querido están dispuestas a hacerlo sin que hayan entrado en una profunda fase reflexiva. La mayoría de ellos considera que debía hacerlo y que cualquier reflexión sobre las implicaciones o riesgos de este tipo de ofrecimiento quedaban fuera de lugar.

      Por otro lado, los programas asociados con este medio de educación moral tienen como objetivos la receptividad para con las vivencias afectivas positivas y la capacidad para superar las vivencias afectivas negativas. Categorías como la resiliencia (capacidad de los sujetos para sobreponerse a periodos de dolor emocional) se enfocan en objetivar las experiencias traumáticas para intervenirlas en ambientes de seguridad sentimental.

      Crítica a este medio de educación moral

      Este enfoque enfrenta grandes críticas de carácter cívico, económico y psicológico: la mayor crítica que se hace a este medio de educación moral proviene del ámbito de la cívica, debido a que la mayoría de sentimientos se logran en el plano de lo concreto -y de manera específica en el plano de lo interpersonal-, es difícil generar sentimientos hacia los hechos históricos, los símbolos patrios, los emblemas institucionales, etc. que fundamentan el sentimiento nacionalista en las instituciones escolares. Visiones conservadoras agregan que en el aspecto cosmovisional los niños serían indoctrinados, no de acuerdo con los valores tradicionales, sino con