Además de los servicios ofrecidos por Caladero, se presentan otras oportunidades para los suplidores. Esto incluye atraer otras compañías al parque logístico PLAZA en Zaragoza, compañías que no estarían ahí si no fuera por Caladero. Por ejemplo, Caladero motivó a Sealed Air Corporation a construir una planta de empaque especializado en PLAZA, que ofrece una solución de alta tecnología al desafío del tiempo que puede conservarse el pescado a la venta sin que se deteriore. En pocas palabras, el oxígeno es el enemigo del pescado fresco: el aire oxida al pescado, estimula el crecimiento de bacterias, genera olores intensos y le da un sabor a rancio. La compañía Sealed Air Corporation desarrolló una bandeja especial de poliestireno, llamada Cryovac, que mantiene la frescura evitando el oxígeno. Los innovadores revestimientos activos de la bandeja absorben el oxígeno residual del paquete para agregarle días al tiempo para que el pescado se conserve bien. Los equipos de fabricación altamente especializados de la planta de Caladero, empacan el pescado en un ambiente libre de oxígeno. Como ventaja adicional, el Cryovac evita que el olor a pescado, incluso de las más fragantes anchoas, se escape hacia la tienda del supermercado o el refrigerador del consumidor. Un segundo suplidor, Logifruit, que fabrica recipientes de plástico reciclado para el pescado, también se mudó a Zaragoza para servir mejor a Caladero.
El alto rendimiento y los nuevos servicios de Caladero representan nuevas inversiones y mayor empleo. Caladero invirtió más de 110 millones de euros en su centro de distribución/fábrica y generó 600 empleos en Zaragoza. Las nuevas ubicaciones de Caladero han sido tan importantes para Mercadona, su socio principal como supermercado, que en 2009, el minorista invirtió 24 millones de euros (por lo que obtuvo un 16.5% de participación en el procesador de pescado) para ayudar a financiar el proyecto. Esta inversión y una relación más estrecha le ofrecieron a Caladero el dinero necesario para finalizar la fábrica y le aseguraron a Mercadona un suministro constante de mariscos de alta calidad.10
Desconsolidación: el pescado fluye a todas partes
Finalmente, el pescado sale de la planta de Caladero en Zaragoza a través de una de las 34 puertas de muelle para camiones. Las bandejas selladas de pescado, listas tanto en empaques para el consumidor como en empaques para la venta al por mayor, se dirigen desde el edificio refrigerado hacia un camión refrigerado para la etapa final de su trayectoria. A partir de aquí, el pescado llegará a toda España. Caladero distribuye el pescado a más de 1,300 tiendas en el sistema de distribución del supermercado español Mercadona (el Walmart de los supermercados españoles, con un 30% del mercado) al igual que muchos otros supermercados y pescaderías. Básicamente, un río masivo de pescado procesado se divide en muchos afluentes a medida que los camiones de entrega de Caladero se dispersan al salir de Zaragoza, para entregar su pesca, todavía fresca, a los supermercados y a los mercados mayoristas de todo el país.
La ubicación de Zaragoza en el cruce de dos de las autopistas principales le permite a Caladero distribuir el pescado por toda España sin mayor demora. Zaragoza es la quinta ciudad más grande de España y está ubicada equidistante de las primeras cuatro: Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao. De modo que está a solo un poco más de tres horas de distancia de los centros de población más importantes en España. Esta ubicación le permite a Caladero llevar el pescado más fresco posible a la mayor cantidad de personas. Con logística eficiente y oportuna, los consumidores saben que cuando finalmente llevan el pescado de Caladero a la sartén, disfrutarán del fresco “sabor del mar”.
CREACIÓN DE UN CLÚSTER LOGÍSTICO
Ni Zara, ni Caladero, ni ninguna otra compañía similar estaría en Zaragoza si no fuera por la inversión y apoyo del gobierno regional de Aragón y el gobierno municipal de Zaragoza. Este apoyo gubernamental surgió de las experiencias personales de Juan Antonio Ros, nativo de Aragón y ferviente empleado público, quien relató la historia en un almuerzo en el moderno restaurante del Hotel Rey Fernando II de Aragón en PLAZA. Él y sus hermanos no podían encontrar empleos bien remunerados en el área de Aragón. Esto inspiró a Ros a intentar crear oportunidades por medio de un desarrollo económico regional. En 1993, Ros visitó al entonces presidente Emilio Eiroa, a quien le dijo: “Señor Presidente, Aragón necesita encontrar algo nuevo porque estamos enfocados apenas en una industria: la automotriz. Tenemos que buscar algo más. No podemos confiar para siempre en la fábrica de GM”.
La respuesta inicial del presidente no fue muy alentadora, pues en esta época, la planta local de opel, de General Motors (GM), seguía creciendo y contratando personal. Aun así, Ros recibió permiso para someter propuestas a los ministros del presidente. Esta respuesta inicial, sin compromiso, sería la primera de muchas otras respuestas, tanto alentadoras como desalentadoras para Ros. Una vez que se le permitió continuar y desarrollar sus planes, se embarcó en un proyecto de varios años para crear y refinar la visión de nuevas oportunidades económicas para la región de Aragón. Sus esfuerzos cubrieron cinco administraciones presidenciales y ambos gobiernos, el municipal y el nacional, antes de finalmente lograr llevar a término el parque logístico PLAZA.
Inicialmente, Ros se enfocó en el aeropuerto de Zaragoza como recurso clave para sus propuestas de desarrollo económico. Los años 1992 a 1994 marcaron el retiro gradual del control de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos de la base aérea de Zaragoza y la entrega de estas instalaciones al gobierno español. La nueva disponibilidad de las instalaciones para el uso civil creó la posibilidad de oportunidades comerciales. Ros propuso primero proyectos de desarrollo económico relacionados con la aviación y con el programa de fabricación de aviones de guerra europeos (Eurofighter) y el potencial para la fabricación de un centro de reparación y mantenimiento para aviones en Zaragoza. Estas ideas no captaron interés. “Estaba arando en el mar”, dijo Ros. “Era prácticamente imposible encontrar a alguien en el gobierno en aquel tiempo que pudiese conceptualizar las implicaciones. De modo que dije, ‘tendremos que pensar en nuevas ideas’”. Estas nuevas ideas llevaron a Ros en dirección de la logística.
Una región bien conectada
Ros empezó a pensar en términos más amplios sobre los recursos geográficos y de infraestructura de la región. Consideró el valor potencial de la ubicación central de esta región. Además de su ubicación en el cruce de las bien desarrolladas conexiones de autopista y ferrocarril entre Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao, Zaragoza está equidistante de ambas costas en España (el Atlántico y el Mediterráneo), con fácil acceso a cuatro de los cinco puertos marinos más grandes en España: Barcelona, Tarragona, Valencia y Bilbao. otros enlaces se extienden hacia el oeste por toda España hasta Portugal, al este de Francia (especialmente en el área de Toulouse con su concentración industrial) y el resto de Europa continental. “Estamos en el centro de un área de influencia, un nexo entre ciudades importantes en Europa occidental”, pensaba Ros, “¿cómo podemos aprovechar todo esto?”.
La respuesta fue: logística. Hay un dicho en los círculos de bienes y raíces que dice: “Los tres factores más importantes para determinar el valor de una propiedad son: ubicación, ubicación, ubicación”. El cruce central de las autopistas en Zaragoza ofrece oportunidades de consolidación y distribución hacia muchos lugares. La óptima ubicación de Zaragoza permite el acceso a una dispersa red de suplidores y clientes en la península ibérica. Según el señor Savirón, de Zara: “Zaragoza es una buena ubicación de distribución para nosotros porque aquí, en PLAZA, estamos ubicados justo al lado del aeropuerto y tenemos rápido acceso (sin tráfico) a las autopistas europeas más importantes. Barcelona y Madrid están a apenas tres horas, e incluso París está relativamente cerca”. Para la distribución de Zara hacia Europa, la ubicación de Zaragoza reduce la distancia de la trayectoria de muchos productos en unos 800 km (500 millas) comparado con la ubicación original en el noroeste de España.