Las islas griegas
ANO SYMI - El colorido pueblo de Symi.
© Ian WOOLCOCK – iStockphoto
Un país del que uno no se cansa
No son muchos los lugares de los que uno vuelve diciendo que seguramente irá de nuevo. En efecto, es imposible decir que se ha «hecho» Grecia, en tanto que cada isla es diferente. Además, los viajeros no se equivocan: en 2013 Grecia superó el listón de los veinte millones de visitantes, es decir, el doble de la población del país.
Islas que no conocen la crisis (o casi)
Otro encanto de Grecia: a pesar de las dificultades económicas, los griegos conservan la elegancia —y el orgullo— ante los turistas. Su sentido de la hospitalidad se ha mantenido intacto. Mejor: según nuestro conocimiento, pocos han intentado inflar los precios debido a la delicada coyuntura económica. Aún hoy, muchos restaurantes siguen ofreciendo postres (halva, rodajas de sandía…) a sus clientes.
El clima del olivo
Su gran diversidad geográfica permite a Grecia ofrecer a las visitantes una amplia variedad de condiciones climáticas, pero siempre con un dominio del clima mediterráneo, también llamado «clima del olivo». Se dice que Grecia tiene el clima más suave de toda la cuenca mediterránea…
Sol durante todo el año
No se preocupe, el sol no le hará el salto. Se dice que Grecia goza de 3.000 horas de sol al año. Presente en todo el país a partir de los primeros días de primavera, dura hasta el mes de octubre e ilumina el invierno en el sur del país. En los meses de verano se instala con fuerza (solo dos días de lluvia al mes en el periodo estival). Afortunadamente, siempre se puede dormir la siesta a la sombra de una gran higuera.
En la encrucijada de Europa, Asia y los Balcanes
Unos 15.000 kilómetros de costa, centenares de islas y todo tipo de playas, todo a poco más de tres horas de vuelo desde Madrid y algo menos desde Barcelona. Algunas islas de Grecia también atraerán a aquellos que deseen descubrir lugares poco frecuentados por los turistas, pero que conservan un patrimonio cultural enorme. Grecia, un eje de unión entre Europa, Asia y los Balcanes, seduce, en fin, por sus ambientes.
Un mosaico de paisajes
Grecia ofrece una variedad deliciosa de paisajes. Suele pensarse inmediatamente en playas, y a menudo se olvida que las montañas cubren el 80 % de la superficie del país (sobre todo al norte de la Grecia continental). Se pasa en muy pocos kilómetros de una costa arenosa y árida a un verde valle. Se pasa de los monasterios suspendidos sobre las rocas (Meteora) a pueblos colgados sobre las laderas de un volcán frente el mar (Santorini).
Una historia milenaria
Grecia, cuna de la civilización occidental y de la democracia, tiene más de una historia que contarnos. Ya sea en unas ruinas antiguas o en la terraza de un {1}kafeneion{/1}, la historia es aquí omnipresente y especialmente viva, ya que está siempre presente en boca de los griegos, que están encantados de contarla.
Un patrimonio cultural gigantesco
El patrimonio histórico y artístico de Grecia es inmenso. Jamás podrá volver a casa con la impresión de haberlo visto todo, ya que cada pueblecito está repleto de tesoros antiguos, de capillas bizantinas, de ruinas, claustros o cuevas que esconden hidras invencibles…
Museos abiertos hasta muy tarde
¿Quién dijo que este país no podía adaptarse a la afluencia de turistas? Desde 2014, y ante el incesante incremento de visitantes, el gobierno instauró la apertura prolongada de los principales yacimientos y lugares de visita entre las 8 y las 20 h en verano. En Atenas y en las islas esto ha afectado a unos treinta lugares míticos.
Un destino natural
Debido a sus rasgos geográficos tan específicos, Grecia ofrece al viajero numerosos espacios naturales constituidos tanto por paraísos protegidos como por parques naturales en los que el turismo verde y los deportes de naturaleza pueden practicarse fácilmente.
Excursiones increíbles
Los aficionados a caminar estarán encantados. Las islas, como Amorgos, están atravesadas por multitud de senderos y caminos señalizados. Sin contar los múltiples parques naturales, especialmente en las islas Jónicas, que invitan a los turistas, independientemente de su nivel, a realizar agradables excursiones.
Playas limpias
Aunque los griegos no son los reyes de la protección del medio ambiente, las playas están relativamente bien cuidadas. Se han realizado grandes esfuerzos para garantizar la limpieza de las playas griegas y su calidad ha mejorado considerablemente. Por otra parte, la gran mayoría de ellas disfruta hoy de la famosa bandera azul europea, señal de que las aguas están limpias y de que la gestión medioambiental de las costas es correcta.
Un paraíso para los submarinistas
No estamos en el Pacífico ni en la Gran Barrera de Coral. Sin embargo, el mar Egeo y el mar Jónico le reservan maravillosas sorpresas, como focas monje en la costa de Alónissos o tortugas careta protegidas cerca de Zante. Para los novatos, ¿por qué no aprender aquí?
La fiesta diaria
Grecia es un país de fiestas; de hecho, la fiesta está anclada en la tradición. Toda ocasión es buena para bailar y escuchar música de {1}retsina{/1}. La vida misma tiene que ser una fiesta para celebrar cada momento, que hay que aprovechar al máximo. Así, en las ciudades no es sorprendente ver entre semana los bares llenos hasta tarde, mientras que las oficinas acogen implacablemente a sus empleados al día siguiente. Las tradiciones son concienzudamente respetadas por todos, y cualquier acontecimiento es celebrado como mandan los cánones: las bodas, los bautizos e incluso las fiestas religiosas son una buena excusa para divertirse.
Los placeres de la mesa
Moussakas, hojas de vid, tsatziki, pero mucho más. En la visita a este país de tan fuerte personalidad también tendrá ocasión de probar vinos originales —del tinto almibarado al blanco resinoso— y de degustar magníficos mezze cocinados con el venerado aceite de oliva, néctar del árbol sagrado del país del Olimpo.
Productos únicos
¿Qué traer de su viaje? ¿Por qué no algún producto local descubierto sobre el terreno? : Fruta
confitada en jarabe de Andros, pistachos de Egina, vinos blancos de Paros o de Santorini, vino cocido de
Samos, ouzo de Lesbos, miel del Ática, sin olvidar el aceite de oliva.
Un pueblo cálido
Los griegos están orgullosos de su país, de su historia rica en anécdotas y en hechos trascendentes que han marcado varias generaciones. Es sin duda la riqueza de este pasado lo que ha otorgado a los griegos ese carácter único y ese encanto que los caracteriza. A veces un poco bruscos, a veces afectuosos, en todo caso es un pueblo que le sorprenderá por sus impulsos generosos y por su hospitalidad, en ocasiones desconcertantes.
Precios bajos… en junio y septiembre
Ciertamente, hay que poder ir fuera del periodo de las vacaciones escolares. La subida de los impuestos en algunas islas puede hacer aumentar un poco los precios. ¡Pero qué suerte aquellos que puedan ir en junio o en septiembre! La primavera, en particular, es una temporada idílica