Moby-Dick o la ballena. Herman Melville. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Herman Melville
Издательство: Bookwire
Серия: Básica de Bolsillo
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9788446037064
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dentro del caos de la boca de este monstruo, sea animal, lancha o piedra, todo va incontinentemente abajo de ese nauseabundo trago suyo, y perece en el insondable golfo de su panza.»

      Moralia, de Plutarco, según Holland.

      «El mar Índico cría la mayor cantidad de peces, y los de mayor tamaño que hay: de los cuales las ballenas, y los torbellinos, también así llamados, abarcan una longitud semejante a cuatro acres o arpendes de tierra.»

      Plinio, según Holland.

      «Apenas habíamos procedido dos días en el mar, cuando hacia la puesta de sol apareció una gran cantidad de ballenas, y otros monstruos del mar. Entre las primeras, una era de un tamaño de lo más monstruoso. * * Ésta vino hacia nosotros, con la boca abierta, alzando las olas por todos los lados, y batiendo espuma en el mar ante sí.»

      «Historia verdadera», según Tooke.

      «Visitó este país también con intención de capturar ballenas-caballo, que como dientes tenían huesos de muy gran valor, de los cuales trajo algunos al rey. * * * Las mejores ballenas fueron capturadas en su propio país, de las cuales algunas eran de cuarenta y ocho, y algunas de cincuenta yardas de longitud. Dijo que él era uno de seis que habían matado sesenta en dos días.»

      Narrativa verbal de Other u Octher, recogida de sus labios por el rey Alfred. d.C. 890.

      «Y mientras que todas las otras cosas, sean animales o navíos, que entran en el terrible golfo de la boca de este monstruo (ballena), desaparecen y son tragadas inmediatamente, el gobio se retira dentro de ella con gran seguridad, y allí duerme.»

      Montaigne, Apología para Raimond Sebond.

      «¡Volemos, volemos! Que Pedro Botero me lleve si Leviatán no es descrito por el noble profeta Moisés en la vida del paciente Job.»

      Rabelais.

      «El hígado de esta ballena era de dos carretadas.»

      Anales de Stowe.

      «El gran Leviatán que hizo bullir los mares como una sartén hirviendo.»

      Versión de lord Bacon de los Salmos.

      «En referencia a la monstruosa mole de la ballena u orca, no hemos recibido nada concreto. Engordan excesivamente, en tanto que de una ballena se extrae tan increíble cantidad de aceite.»

      Ibidem, «Historia de vida y muerte».

      «Lo más excelente del mundo para una contusión interna es parmaceti.»

      Rey Henry.

      «Muy similar a una ballena.»

      Hamlet.

      «Que para recurrir, ninguna habilidad del arte del escurrido

      puede permitirle, sino volver de nuevo

      a su obrero herido, que con encantadora lanza,

      golpeando su pecho, había alimentado su inquieto dolor,

      como la ballena herida desde alta mar se apresura a la orilla.»

      La reina de las hadas.

      «Inmenso como ballenas, de cuyos enormes cuerpos el movimiento puede en una plácida calma agitar el océano hasta hacerlo bullir.»

      Sir William Davenant, prefacio a Gondibert.

      «Lo que el spermaceti es pueden dudarlo los hombres con justicia, pues el erudito Hosmanus, en su obra de treinta años, dijo sencillamente: Nescio quid sit.»

      Sir T. Browne, Del spermaceti y de la ballena spermaceti,Vide su V. E.

      «Como el Talus de Spencer con su moderno mayal

      amenaza destrucción con su pesada cola

      * * * * *

      Sus fijas picas en su costado porta

      Y en su lomo un bosque de picas aparece.»

      Batalla de las islas del verano, de Waller.

      «Por arte es creado ese gran Leviatán, llamado una mancomunidad estatal... (civitas, en latín), que sólo es un hombre artificial.»

      Frase inicial del Leviatán de Hobbes.

      «El estúpido Mansoul lo tragó sin masticar, como si hubiera sido un espadín en la boca de la ballena.»

      La Guerra Santa.

      «Ese animal del mar,

      Leviatán, que Dios de todas sus obras

      Creó el más grande, que en la corriente oceánica nada.»

      El Paraíso perdido.

      «Allí Leviatán,

      Mayor de todas las criaturas vivas del piélago,

      Estirado como un promontorio, duerme o nada,

      Y parece una tierra móvil; y en sus agallas

      Absorbe, y con su respiración suelta a chorros, un mar.»

      Ibidem.

      «Las poderosas ballenas que nadan en un mar de agua, y tienen uno de aceite en ellas.»

      El Estado profano y el santo, de Fuller.

      «Tan cerca tras un promontorio yacen

      Los enormes leviatanes para esperar su presa,

      Y no dan caza, sino que tragan a los pequeños peces

      Que yerran su camino a través de sus abiertas mandíbulas.»

      Annus Mirabilis, de Dryden.

      «Mientras la ballena está flotando en la popa del barco, cortan su cabeza, y la remolcan con una lancha lo más cerca de la orilla que pueda llegar; aunque encallará en doce o trece pies de agua.»

      Diez viajes a Spitzbergen, en Purchass, de Thomas Edge.

      «En su camino vieron muchas ballenas jugando en el océano, y gratuitamente esparciendo el agua a través de sus tuberías y conductos de respiración que la naturaleza ha situado en sus hombros.»

      Las expediciones de sir T. Herbert en Asia y África.

      Harris Col.

      «Aquí vieron tales enormes tropas de ballenas, que se vieron forzados a proceder con muchísima precaución, por miedo a pasar el barco sobre ellas.»

      Sexta circunnavegación, de Schouten.

      «Nos hicimos a la vela desde el Elba, viento noreste, en el barco llamado el Jonás en la Ballena. * * *

      Algunos dicen que la ballena no puede abrir la boca, pero eso es un cuento. * * *

      Frecuentemente suben a los mástiles para ver si pueden ver una ballena, pues el primero que la descubre, obtiene un ducado por su esfuerzo. * * *

      Me hablaron de una ballena capturada cerca de Shetland, que tenía más de un barril de arenques en su estómago. * * *

      Uno de nuestros arponeros me dijo que él capturó una vez una ballena en Spitzbergen que era enteramente blanca.»

      Una expedición a Groenlandia, 1671 d.C.

      Harris Col.

      «Varias ballenas han llegado a esta costa (Fife). Anno 1652, llegó una de ochenta pies de longitud de la clase de barba de ballena, que (como se me informó), además de una enorme cantidad de aceite, aportó 500 pesadas de barba de ballena. Las mandíbulas suyas se yerguen como puerta en los jardines de Pitferren.»

      Fife y Kinross, de Sibbald.

      «Yo me había comprometido a intentar ver si podía dominar y matar a esta ballena spermaceti, pues nunca había oído de una de esta clase que fuera muerta por el hombre, tal es su fiereza y su rapidez.»

      Carta desde las Bermudas, de Richard Strafford,

      Phil. Trans. 1668 d.C.

      «Las