Дорога в Эммаус. Александр Веселков. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Александр Веселков
Издательство: Автор-Онлайн
Серия:
Жанр произведения: Поэзия
Год издания: 2020
isbn: 978-5-6043854-5-6
Скачать книгу
very warm and gradually began to feel a growing sensation of love, in the area a little to the right of my heart, entering from the ray, which I could hardly see on the side of the cross of the main cathedral (the one we were actually going to) and just above it.

      Another feeling came just as unexpected as the last because I, filled with that sensation of love, myself responded or directed the flow of love towards the cross.

      A usually vaguely remembered feeling of first love – was suddenly hugely amplified and felt by me, intensified the ray. And the feeling that you are loved, which is usually weak and unstable in our lives (if it happens at all) – suddenly overwhelmed me and became very strong and filled my entire essence. Moreover, the combination of these two feelings fills you up with a great sense of love – warmth and joy from everything you are perceiving around you.

      The epitome of what I was feeling was that ray of pure love, going from back and forth (I can't put it into words). I had felt something similar from some icons, but quite rarely, not so strongly and as if it would be only in one “direction” – towards me.

      Unexpectedly to myself, I began to try to see the image of Virgin Mary, somewhere at the level of the cross, I felt that it was necessary for me to do, but it was not realized at all as I did not see anything.

      Meanwhile, my daughter was standing beside me, I leaned toward her and enthusiastically asked: «Did you feel anything special?» But she looked at me and shook her head. Apparently not. Not knowing why, we walked right along the path. A nun overtook us with two other women – we were walking slowly, and they were a bit faster.

      Overwhelmed by the sensation in my chest, unconsciously, I turned back (the nun looked at us disapprovingly) and walked to the same place (we moved only 15–20 meters), as I wanted to experience this “special” feeling again.

      Como fue aquello…

      Diveyevo. Afínales de un frío otoño. Una mañana. La lluvia se mezclaba con la nieve. Después de desayunar, nos preparamos para ir a la catedral. El tiempo estaba bastante fresco, por no decir frío.

      Olga, mi esposa, caminaba por detrás de nosotros, mientras yo, con mi hija Polina, lentamente, íbamos por delante. Era una calle rural, común y corriente, que nos llevaba hasta el monasterio. Después de algunos metros vi un pequeño puente de madera, después del cual se distinguía inmediatamente un pequeño sendero, que iba de izquierda a derecha, perpendicular a nuestro camino.

      Pasado el puente, y luego de dos o tres pasos después de cruzarlo, de a poco, pero con intensidad, empecé a sentir más y más calor (estábamos caminando muy lento, y no lo habíamos estado haciendo por mucho tiempo, por lo que esta sensación no se debía al ejercicio).

      Nuestros alrededores comenzaron a transformarse en un simple paisaje, a algunos metros de mí (tres o cuatro), hacia la izquierda, detrás de Kanavka, con claridad vi un arbusto (parecido a un enebro grande), brillante, ardiente, pero no en llamas y que no irradiaba calor alguno (la distancia no era muy larga, el ardiente arbusto era bastante grande, y el calor de un arbusto común y corriente en llamas podría llegar hasta nosotros). Un arbusto similar, parecido al “ardiente”, pero de menor tamaño, a una distancia de unos 12 o 15 metros de nosotros a la izquierda del sendero, si íbamos desde aquí, y seguíamos el camino, daba la sensación de que algo se acercaba en el paisaje. En mi memoria, sin embargo, ha quedado una sensación de algo diferente.

      Pero la sensación más fuerte y más extraordinaria ocurrió después. Empezó a hacer calor y paulatinamente comenzó a aparecer cerca de mi corazón, un poco hacia la derecha, un sentimiento de amor, que llegaba a mí como un rayo, casi invisible, desde la cruz de la catedral principal (a la cuál nos dirigíamos) y un poco por encima de ella.

      Aún no menos inesperada era la sensación que me llegaba y que, yo mismo, repleto del sentimiento de amor, respondía y la dirigía con una corriente de amor en dirección a la cruz.

      Generalmente tengo un recuerdo difuso del primer amor, pero a veces, con toda claridad y fuerza sentía en mi interior como si creciera un rayo. Y la sensación de que te aman, a menudo, en la vida es débil, inestable (si es que ocurriese), pero a veces esta sensación con mucho fuerza y seguridad me llenaba por completo.

      Además, la combinación completa de lo uno y de lo otro: ¡un sentimiento total de tanto amor, alegría y afecto de todo lo que me rodeaba!

      Una sensasión semejante despertaron en mí algunos iconos, pero rara vez tan fuerte como no fuera en una sola dirección, hacía mí mismo. Inesperadamente para mí mismo, comencé a intentar distinguir, al mismo nivel de la cruz, a la Virgen, tenía la necesidad y el deseo, pero no pude realizarlos, y no vi nada.

      En éste momento mi hija estaba junto a mí. Me incliné hacía ella y le pregunté, solemnemente, ¿Sientes el calor? ¿Sientes algo?. Pero ella me miró, y negó con la cabeza. Por lo visto, no. Sin saber porqué, fuimos a la derecha por el sendero. Nos alcanzó una monja, y también dos laicas, caminábamos con lentitud, y ellas, más rápido.

      La sensasión de plenitud se extendía por mi pecho, por lo visto, inconscientemente, volví sobre mis pasos (la monja nos observó con reproche) y regresé al lugar (nos habíamos alejado unos 15–20 metros) deseando repetir una vez más la inolvidable sensasión.

      En el mismo lugar vi el pálido “ardiente” arbusto, y no es que ellos se hubieran consumido por su fuego, sino que yo comencé a verlo con menos claridad. Tampoco volví a sentir el deseado rayo tan fuerte como anterirmente y, en unos instantes, dejé de sentirlo completamente.

      En mi alma había claridad, y cierta solemnidad, y un poco de lástima…

      No he vuelto a ver nada semejante, quizás la sensasión de ciertos iconos algún tiempo después, pero no más.

      Me parece que comencé a adivinar en aquél entonces (quisiera creer) que es el paraíso, cómo es, y probablemente, cómo puede ser.

      Далее…

      Прошло более 10 лет. Брат Роже ушел в мир иной. Тэзе же осталось на месте и живет той же насыщенной жизнью, как прежде, процветает по своим заслугам перед человечеством в свою меру. Как и прежде поток молодежи, да и не только молодежи не оскудевает, но и растет, и ширится.

      Одно из основных воспоминаний о брате Роже в тот период связано с редчайшим случаем общения с ним чудесным образом. После вечерней молитвы брат Роже стоял чуть ближе, правее, в стороне от «монашеской зоны» на некотором расстоянии, приблизительно 7–8 метров от меня, и разговаривал с мужчиной, не знаю о чем, было не слышно. Неожиданно брат Роже улыбнулся, и… редкое чувство благости (если я не ошибаюсь) через несколько секунд как бы дошло до меня, радующее чувство любви все более и более пронизывая, наполняло меня. Такое долго не длится (исключение – Дивеево). Разговор, видимо, закончился – благостное ощущение постепенно ослабевало и замерло до радостной улыбки на лице и приподнятого