Claves secretas de la historia. Robert Goodman. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Robert Goodman
Издательство: Bookwire
Серия: Historia enigmas
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788499175997
Скачать книгу
de Francia, conspiró con el papa Clemente V para perseguir a los templarios bajo la acusación de herejía. Su crimen era venerar a una cabeza llamada Baphomet que según los acusadores tenía relación con el diablo. El resultado de la persecución fue la captura del Gran Maestre de la orden, Jacques de Molay, quien, en un primer momento, no fue condenado a muerte, prometiéndosele recobrar la libertad si confesaba y reconocía sus herejías. Parece ser que el 11 de marzo de 1314 fue llevado, junto con otros miembros de la orden, ante los representantes de Felipe IV y Clemente V para escuchar la sentencia. Su disgusto fue inmenso al descubrir el engaño, ya que la promesa de libertad se transformó en una condena a pasar el resto de sus vidas en la cárcel. Al oír la sentencia, Molay declaró públicamente que las confesiones habían sido obtenidas con astucia y engaños y que por lo tanto, debían ser consideradas nulas y no válidas. Como consecuencia de esta declaración, esa misma tarde del 11 de marzo, Molay y su comendador de Normandía, Godofredo de Charnay, fueron quemados en una pequeña isla del río Sena.

      Tras la muerte de Molay, comenzó la «diáspora» de los templarios, y de sus tesoros más significativos, hacia el norte de Europa, llegando incluso a Canadá. Según algunos investigadores dejaron pistas de su éxodo en la capilla de Rosslyn, en Escocia, en la isla danesa de Bornholm, y en la isla del Roble, en Canadá. También dejarían rastros importantes en Francia.

      La estela de los templarios tiene que buscarse en la geometría sagrada y también en conocimientos secretos que sólo ellos sabían. En este capítulo, vamos a examinar cómo el emplazamiento de sus iglesias y templos contiene información vital para ellos y sus sucesores.

      Rennes-le-Château

      A unos cuarenta kilómetros al sur de la ciudad francesa de Carcasona, se encuentra el pequeño pueblo serrano de Rennes-le-Château. Se cree que fue el último reducto de grupos tan dispares como los visigodos, los cátaros y templarios, todos vinculados con tesoros perdidos. Más recientemente, en 1885, el sacerdote Berenguer Saunière fue a ocuparse de la parroquia del lugar. Por entonces, el edificio de 800 años necesitaba una amplia restauración debido a su estado general de deterioro. Tras varios intentos, consiguió un pequeño préstamo para poder iniciar las obras.

      Durante el proceso de restauración, se retiró una de las piedras angulares del altar. Al parecer estaba hueca y contenía varios documentos, a saber, varios árboles genealógicos y textos en latín transcritos en un código complejo y de difícil interpretación. Con todo, la clave no estaba lejos y se encontraría poco después en la inscripción de una lápida situada en el mismo jardín de la parroquia. No obstante, su traducción al francés todavía distaba de arrojar luz sobre el contenido de los manuscritos:

      BERGERE PAS DE TENTATION QUE

      POUSSIN TENIERS GARDENT LA CLEF

      PAX DCLXXXI PAR LA CROIX ET CE CHEVAL

      DE DIEU J’ACHEVE

      LE DAEMON DE GARDIEN A MIDI

      POMMES BLEUS

      La traducción al español sería: «PASTORA, SIN TENTACIÓN, QUE / POUSSIN, TENIERS TIENEN LA CLAVE / PAZ 681 POR LA CRUZ Y ESTE CABALLO / DE DIOS, YO TERMINO [O DESTRUYO] / ESTE DEMONIO DE LA GUARDA A MEDIO DÍA / MANZANAS AZULES».

      Según los investigadores británicos, David Wood y Ian Campbell, autores de Poussin’s Secret (El secreto de Poussin), era tal la importancia de estos descubrimientos que Sauniere fue enviado a París con la bendición del obispo de Carcasona. Se desconoce el objeto del viaje, aunque se sabe que durante su estancia en la capital, Sauniere visitó el Louvre, donde compraría copias de tres pinturas, una de ellas muy importante para sus investigaciones posteriores.

      Parece ser que al regresar a su pueblo, el párroco se hizo muy rico sin que haya trascendido la causa de su inesperada buena fortuna. Lo que nos ha llegado, es que Sauniere gastó un capital en la restauración de la iglesia y que llenó el edificio de imágenes polémicas, contrarias al espíritu de la fe de la que era valedor.

      De las copias adquiridas en el Louvre, Los pastores de la Arcadia, de Poussin, se convirtió en centro de atención de las investigaciones del nuevo mecenas. El significado de la obra quedó magnificado cuando Sauniere descubrió que el original había sido comprado por el rey Luis XIV, cuyo interés surgió después de leer una extraña carta enviada al jefe del Tesoro de la Corona, Nicolas Fouquet, por su hermano, el abad Louis Fouquet, tras el encuentro que éste tuvo con Poussin en Roma. Entre otras cosas, se decía lo siguiente:

      [...] Los dos discutimos ciertas cosas que te explicaré con todo detalle —cosas que te darán, a través de Monsieur Poussin, unas ventajas que incluso los reyes tendrían dificultad de sacar de él, y que, según me decía, es posible que nadie más las redescubra en los siglos venideros—. Además, son cosas tan difíciles de descubrir que nada que existe en la tierra en este momento puede tener un valor tan grande ni ser igual.

      Estas palabras apuntan hacia la existencia de algo mucho más espiritual que el oro. De hecho, su obra contiene suficiente evidencia de que conocía la existencia de una geometría sagrada en la zona de Rennes-le-Château. Es evidente también de que se trataba de algo de vital importancia por lo que debería permanecer encriptado evitando su destrucción.

      Según el investigador español Enrique de Vicente, autor del libro Las claves ocultas del código Da Vinci, Poussin fue miembro de la sociedad secreta el Priorato de Sión, que defiende un Jesucristo hombre, casado con María Magdalena y padre de tres hijos. Quizá esto hecho prueba que la pintura que estamos considerando aquí contiene pistas ocultas sobre algún secreto que data del tiempo de los templarios.

      David Wood, uno de los autores de Poussin’s Secret, es cartógrafo y, durante más de once años, estudió la geometría de las iglesias, cimas montañosas y restos megalíticos de la región del Languedoc. Desde el principio andaba tras la pista de una geometría sagrada sobre la base del pentágono, cuyos ángulos miden 36 º. Aunque sus mediciones probaban la existencia de una estructura pentagonal en la zona, pronto descubrió que la figura no era regular ya que situando un círculo sobre siete marcadores de identificación (iglesias, etc.) obtuvo cuatro ángulos de 36 º dentro del círculo, pero faltaba el quinto. No obstante, al extender los lados del triángulo que no hacía intersección para dar el quinto vértice, consiguió el encuentro más allá del límite norte del círculo y su ángulo era también de 36 º (un resultado considerado imposible por los matemáticos modernos), hasta comprobar por sí mismo su autenticidad.

      Conviene recordar que el pentagrama era un símbolo secreto de la escuela Pitagórica y para el ocultista Paracelso abarcaba todas las fuerzas arcanas de la naturaleza. También la estrella de cinco puntas es un símbolo femenino, en contraste con el hexagrama masculino.

      Para estudiar el pentagrama con un vértice extendido, Wood procesó sus mediciones de ángulos y distancias con ayuda de un programa informático de diseño asistido (CAD), que suele utilizarse en ingeniería y arquitectura para diseñar edificios. Descubrió que la figura guardaba una relación directa con la constante f (la sección áurea) mediante la ecuación: seno 18 º = f/2.

      Según Wood, y también Campbell, coautor del mismo libro, los creadores del pentagrama extendido de Rennes-le-Château estaban indicando tres datos importantes para quienes conocieran la existencia (1) de la división «partir por la mitad», (2) del uso de la relación del seno y (3) del número 18.

      Volviendo al código descifrado de los textos descubiertos por Sauniere en su iglesia, tanto la extraña frase «POUSSIN TENIERS GARDENT LA CLEF, PAX 681», como la copia de la pintura Los pastores de la Arcadia, que el párroco trajo de París, merecen consideración aparte. La primera pista la ofrece el 681, un número pitagórico ya que la relación entre los valores seno de los ángulos de un triángulo cuyos lados midan 6, 8 y 10 unidades es 0,6, 0,8 y 1,0, respectivamente. Esto importa si tenemos en cuenta que dentro de la parroquia en cuestión, hay una pintura que retrata a unos romanos jugando a los dados para conseguir la ropa de Jesús. Se ven las caras de dos dados con los valores 3, 4 y 5. Otra pista se encuentra en las palabras «POUSSIN TENIERS GARDENT LA CLEF». Wood y Campbell sostienen que una persona con mente matemática diría que la clave está en las palabras «POUSSIN» y «TENIERS»,