en el cine nacional, tanto en la producción como en la realización o en los aspectos técnicos. Cuando se habla del cine argentino también las incluye y eso creo que está bien claro. Cuando apareció Lucrecia Martel nos preguntábamos quién era esa mujer que había traído algo distinto, pero no distinto porque traía una ‘mirada femenina’, distinto porque hablaba de un país en decadencia con una extrañeza y una potencia que eran extraordinarias y como nunca antes se había hecho. El cine de Martel es uno de los más importantes que tiene la cinematografía latinoamericana y me atrevería a decir mundial y bueno, es un orgullo que sea mujer, claro. De hecho el lugar central que tienen las mujeres en la realización de películas argentinas en parte se lo debemos a ella. Creo yo. Creo que deberíamos cuidarnos y marcar más el hecho que no decimos ‘Cine de mujeres de Argentina’ o ‘Cine argentino de mujeres’. Decimos y debemos decir: ‘Películas de realizadoras mujeres’”.