Por lo anterior, se plantea el abordaje de estos fenómenos desde la epidemiología comunitaria, la cual permite describir la ocurrencia de las enfermedades (y la salud) en comunidades de huéspedes, sobre la base del entendimiento de los procesos ecológicos y epidemiológicos (Fenton y Pedersen, 2005; Siekmann, 2013). En este sentido, es vital comprender la ecología de las enfermedades a partir de la aplicación de los módulos comunitarios ecológicos aplicados a la epidemiología en contextos locales.
Estabilidad endémica
Junto con la perspectiva de la ecología de las enfermedades y la epidemiología comunitaria surge la estabilidad endémica, que describe un estado epidemiológico dinámico en el cual la enfermedad es rara, pero con una alta incidencia de infección en la población. Tal situación se establece por la fuerza de una alta infección que lleva a adquirir inmunidad funcional. Esto ocurre en la mayoría de los individuos de una población, sobre todo en las edades juveniles, en las que la enfermedad es frecuentemente leve en comparación con la enfermedad en individuos adultos y viejos (Hay, 2001; Middleton y Saunders, 2015). La estabilidad endémica es mejor comprendida y descrita en la literatura veterinaria, en especial para los patrones de las enfermedades transmitidas por garrapatas en bovinos (como teileriosis) (Hay, 2001; Kivaria et al., 2004).
Coleman, Perry y Woolhouse (2001) han desarrollado un modelo matemático genérico para la estabilidad endémica y su aplicación en la salud pública humana. El modelo requiere: 1) la probabilidad o severidad de la enfermedad clínica como resultado del incremento de la infección con la edad; y 2) después de la primera infección, la infección subsecuente tiene como consecuencia una enfermedad clínica reducida. Cuando estos dos criterios se satisfacen, se da como resultado la estabilidad endémica, en la cual las medidas que reduzcan parcialmente la fuerza de infección, como el control de vectores o vacunación masiva, pueden conducir al incremento de la incidencia de la enfermedad clínica.
Habiendo desarrollado de manera básica los conceptos de ecología de enfermedades, de epidemiología comunitaria y de estabilidad endémica, se inicia su posible aplicación en enfermedades como la leptospirosis, con base en el entendimiento de la ecología de su agente causal (Leptospira spp.) y sus huéspedes reservorios (roedores).
Ecología de especies sinantrópicas: roedores como ejemplo
Para entender la ecología de bacterias zoonóticas, se requiere comprender la ecología de cada uno de sus componentes, comenzando por los animales involucrados en su dinámica ecológica. A manera de ejemplo, se ilustra brevemente la ecología de Leptospira; por lo anterior, uno de los principales grupos de vertebrados involucrados son los roedores, y aquellos con mayor probabilidad de ser transmisores de organismos zoonóticos son los que conviven estrechamente con los humanos, es decir, las especies sinantrópicas.
Sinántropo es un miembro de las especies de animales y plantas silvestres de diversos tipos que viven cerca y se benefician de la asociación con los seres humanos y sus hábitats artificiales. Por esta razón, los humanos los consideran plagas (Di Castri, Hansen y Debussche, 1990). Uno de los principales grupos taxonómicos considerado especie sinantrópica es el de los roedores, debido a que el orden Rodentia es el más abundante y diverso de los mamíferos (43 % del total de las especies de mamíferos) y sus especies se distribuyen en todos los continentes, excepto en la Antártida. En muchos lugares, los roedores viven en contacto cercano con poblaciones humanas, sus animales de granja y mascotas; y en otros, los roedores periurbanos son un nexo entre comunidades de vida silvestre y humanos, lo cual expone a los humanos a zoonosis que circulan en ecosistemas naturales (Meerburg, Singleton y Kijlstra, 2009).
Los roedores desempeñan un papel importante como transmisores de patógenos a humanos, entre los cuales se destacan dos vías de diseminación: la directa y la indirecta (figura 1). Dentro de los organismos patógenos se incluyen: virales (como Hantavirus), bacterianos (como Leptospira) y parasitarios (como Cryptosporidium) (tabla 2) (Meerburg, Singleton y Kijlstra, 2009).
FIGURA 1
VÍAS DE DISEMINACIÓN DE LAS ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR ROEDORES
Fuente: Soler-Tovar (2015).
TABLA 2
ENFERMEDADES Y ORGANISMOS PATÓGENOS TRANSMITIDOS POR ROEDORES
Enfermedades (organismos patógenos) | ||
Virus | Bacterias | Parásitos |
Síndrome pulmonar por hantavirus (Bunyaviridae) | Leptospirosis (Leptospira spp.) | Toxoplasmosis (Toxoplasma gondii) |
Síndrome renal con fiebre hemorrágica (Hantavirus, Bunyaviridae) | Enfermedad de Lyme (Borrelia burgdorferi) | Babesiosis (Babesia spp.) |
Fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (Nairovirus, Bunyaviridae) | Fiebre recurrente transmitida por garrapatas (Borrelia spp.) | Criptosporidiosis (Cryptosporidium spp.) |
Enfermedad de Borna (Bornaviridae) | Tifus de las malezas (Orientia tsutsugamushi) | Enfermedad de Chagas (Trypanosoma cruzi) |
Fiebre hemorrágica de Omsk (Flavivirus, Flaviviridae) | Tifus murino (Rickettsia typhi) | Leishmaniasis (Leishmania chagasi) |
Enfermedad de la selva de Kyasanur (Flavivirus, Flaviviridae) | Tifus epidémico selvático (Rickettsia prowazekii) | Giardiasis (Giardia lamblia) |
Enfermedad del virus Apoi (Flavivirus, Flaviviridae) | Tifus de garrapatas de Queensland (Rickettsia australis) | Teniasis (Taeniinae y Echinococcinae) |
Fiebre manchada de las Montañas Rocallosas (Rickettsia rickettsii) | Rodentolepiasis (Rodentolepis) | |
Rickettsiosis pustulosa (Rickettsia akari) | Echinococosis (Echinococcus multilocularis) | |
Enfermedad por Bartonella | Esquistosomiasis (Schistosoma mansoni) | |
Anaplasmosis granulocítica humana (Anaplasma phagocytophilum) | Fasciolosis humana (Fasciola hepatica y Fasciola gigantica) | |
Fiebre Q (Coxiella burnetii) | Brachylaimiasis (Brachylaima cribbi) | |
Salmonelosis (Salmonella enteriditis) | Alariasis (Alaria spp.) | |
Campilobacteriosis (Campylobacter spp.) | Echinostomiasis (E. caproni) | |
Tularemia (Francisella tularensis) | Trichinosis (Trichinella) | |
E. coli 0157/VTEC | Capillariasis (C. hepatica) | |
Plaga (Yersinia pestis) | Angiostrongilosis (Angiostrongylus cantonensis) | |
Fiebre por mordedura de rata y fiebre de Haverhill (Streptobacillus moniliformis) | Toxascariasis (Toxascaris leonina) | |
Listeriosis (Listeria monocytogenes) | Baylisascariasis (Baylisascaris procyonis) | |
Aelurostrongilosis (Aelurostrongylus abstrusus) | ||
Disentería amebiana (Entamoeba histolytica) | ||
Neosporosis (Neospora caninum) |
Fuente: adaptado de Meerburg, Singleton y Kijlstra (2009).
Como se observa, los roedores están involucrados en la dinámica de transmisión de múltiples organismos patógenos, para lo cual autores como Meerburg, Singleton y Kijlstra (2009) han postulado modelos de enfermedad en dichos vertebrados. La densidad de las poblaciones de roedores depende de los recursos del hábitat, como el alimento —igualmente influenciados por las condiciones climáticas—, y la influencia de otras especies, como las predadoras de los roedores. El aumento de la enfermedad en humanos y animales depende del número de roedores infectados y la distancia entre estos y los humanos (figura 2).
FIGURA 2
MODELO DE ENFERMEDAD EN ROEDORES