- La melatonina, producida por la glándula pineal e implicada en procesos del sistema inmune, el ritmo cardÃaco, asà como en el ciclo del sueño. Su deficiencia provoca insomnio, depresión y aceleración del envejecimiento.
- La serotonina, asociada al apetito y al deseo sexual, importante para la aparición del sueño, la coagulación de la sangre y la aparición de migrañas. Altos niveles producen calma y paciencia, sociabilidad y adaptabilidad. Una deficiencia de éste neurotransmisor puede provocar tristeza, ansiedad, irritabilidad, estallidos de ira, hiperactividad, fluctuaciones del humor, insomnio y depresión.
De ahà que uno de los tratamientos habituales de la depresión sea mediante el empleo de I.S.R.S. (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina) los cuales son los psicofármacos que trabajan bien, aunque pueden producir efectos secundarios como alteración del apetito o de la libido, además de pesadillas.
Los niveles de serotonina van a afectar en gran medida a la cantidad y calidad del sueño, pero esta es una relación de doble sentido, es decir, la alteración de la serotonina puede provocar insomnio, pero igualmente, permanecer durante largos perÃodos sin dormir va a acarrear importantes cambios hormonales alterando la producción de neurohormonas como la serotonina, pero ¿Cuánto sueño se necesita realmente?
<<La necesidad del sueño no es en realidad una medida fácil de determinar. En estudios experimentales, el E.E.G. de los sujetos se puede grabar en el laboratorio del sueño y su longitud sueño puede medirse objetivamente. Sin embargo, no hay una forma para cuantificar objetivamente la necesidad real de sueño.
A pesar de lo cual se puede abordar la necesidad subjetiva del sueño a través de preguntas, por ejemplo, ¿Cuánto sueño sueles necesitar para sentirte renovado y para un buen funcionamiento durante el dÃa?, que se utilizan en los estudios epidemiológicos. La duración del sueño de un individuo es determinada tanto por factores genéticos como ambientales.
Hasta ahora unos pocos genes que se asocian a la duración del sueño han sido identificados en estudios de población humana. Sin embargo, cada uno de estos genes puede explicar una pequeña parte de la variabilidad entre individuos.
En la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster), los cientÃficos han identificado, por ejemplo, un gen llamado Sleepless. Las moscas con una mutación en este gen, sólo necesitan una quinta parte de sueño en comparación con el tiempo en el resto de las moscas.
Sin embargo, estos mutantes no parecen dedicar mucho más tiempo a hacer cosas, ya que también tienen vida útil considerablemente más corta que las moscas normales (aproximadamente la mitad del tiempo).
La duración en el sueño humano se ha evaluado en varias poblaciones. En promedio, la mayorÃa de la gente tiende a dormir de 7 a 8 horas por la noche. Aunque la duración media del sueño ha disminuido durante las últimas décadas.
Parece ser, que también hay quien de forma natural duerme poco y sobrevive bien a lo largo de su vida con sólo unas pocas horas de sueño por noche. Del mismo modo, algunas personas dicen necesitar más de 9 a 10 horas cada noche para sentirse bien descansados.
Dª. Vilma Aho, BiocientÃfica, Equipo del Sueño de Helsinki, Instituto de Biomedicina de la Universidad de Helsinki (Finlandia).>>
El sueño, aunque parezca un proceso estable en el tiempo va cambiando con la edad en cuanto al número de horas que involucra, desde la infancia en donde el sueño puede requerir hasta la mitad de las horas del dÃa, hasta la ancianidad, donde las horas de sueño seguido se pueden reducir a cuatro o cinco, tras lo cual se despierta, deambula e incluso se pone a leer algo o ver la tele por la noche, antes de volver a conciliar el sueño durante otras 4 a 5 horas.
Pero si hay una cantidad de horas que va a acompañar durante buena parte de la vida, eso va a ser, en la mayorÃa de las personas de 8 horas de sueño al dÃa.
Aunque estas horas pueden verse afectadas por muchas circunstancias, como el estrés o la depresión, reduciendo o aumentando estas respectivamente. La duración del sueño se ha observado que se altera ante la presencia de algunas psicopatologÃas.
<<El sueño cambia con la edad. Asà se suele dormir entre 14 horas por la noche a la edad de un año y entre 9 a 10 horas con 12 años.
En los adultos, el envejecimiento disminuye la duración y la calidad del sueño, y las personas mayores tienden a tener un sueño más fragmentado (con interrupciones).
También existen diferencias de género, las mujeres duermen en promedio veinte minutos más que los hombres por noche.
Dª. Vilma Aho, BiocientÃfica, Equipo del Sueño de Helsinki, Instituto de Biomedicina de la Universidad de Helsinki (Finlandia).>>
Pero si se habla de horas de dormir, también se debe de hacer con respecto a cuándo no se cumple este horario necesario, lo que va a dar cuenta del fenómeno del insomnio.
Seguramente en alguna ocasión se haya quedado alguna hora de más sin dormir, o incluso se haya madrugado más pronto de los habitual cuando se tenga algo que hacer, incluso por ocio.
En esos momentos probablemente no se sientan los efectos de la pérdida de sueño, pero si se repite esta conducta durante dÃas, el sueño âacumuladoâ va a hacer que se empiece a tener âfallasâ, tanto en la memoria, la concentración, ⦠en definitiva, no sea posible de rendir al 100%.
En ocasiones uno se puede ver obligador a pasar largas horas despiertos, pero además queriendo rendir al 100%, algo que de forma natural no parece posible, es entonces cuando se recurre a sustancias psicoactivas, que mantienen de forma artificial el rendimiento intelectual.
Tal es el caso de los profesionales de la salud, por ejemplo, los cirujanos en que tienen que hacer una intervención que en ocasiones pueden durar 14 horas, o los médicos que pueden âjuntarâ guardias, superando las 20 horas de âdisponibilidadâ para el servicio.
En tales casos, cuando acaba su turno, se sienten tan cansados y agotados por el esfuerzo realizado y el sueño acumulado que pueden pasar más de medio dÃa durmiendo sin interrupción.
<<La pérdida de sueño podrÃa ser definida como el tiempo que un individuo duerme en una cierta noche restado de su necesidad de sueño natural. La pérdida de sueño puede ser causada, por ejemplo, por insomnio, trabajo por turnos, actividades de tiempo libre, enfermedades somáticas que afectan el sueño, etc.
La pérdida de sueño se puede acumular si una persona duerme repetidamente menos de lo que necesita.
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