Kyoko respiró profundo ante la confesión "¿hermanos? ¿Qué pasó que eres el único que recuerda?" Ella debÃa saber.
"Tú renunciaste a tus recuerdos durante la batalla para vencer el mal en nuestro mundo y salvar el Guardián de Corazón de Cristal. En ese mismo instante, pediste un deseo al cristal ver a todos otra vez. No querÃas perderlos. Cuando instantáneamente desapareciste, junto a los demás, incluyendo al enemigo. Los has traÃdo inconscientemente aquà contigo".
Ãl suspiró con pesar. "Yo habÃa lanzado un hechizo a mi alrededor que me protegió de esos deseos" sus ojos se volvieron distantes como si estuviera reviviendo el recuerdo.
"Te llevaste a todos contigo, sin ni siquiera darte cuenta. Todos renacieron aquÃ, en tu tiempo, dejándome solo en el pasado". Sus ojos se centraron y se encerraron en ella. "Asà que sobrevivà y te esperé". Cuando llegó el momento, reunà a todos los que me habÃan dejado. Ahora has traÃdo el cristal contigo, y la malevolencia que lo quiere", su voz se volvió más oscura, "el mal ya ha empezado a buscarte y yo no lo permitiré".
Kyoko asintió con la cabeza tratando de entender, "entonces, ¿Puedo confiar en todos los que están aquà de la misma forma que yo?" Ãl le asintió con la cabeza y Kyoko continuó, "¿Ellos saben algo de esto?"
Kyou negó con la cabeza, "Ellos sentirán un vÃnculo y crecerá, pero aparte de eso, no sé el futuro, solo el pasado. Ellos te protegerán como lo hicieron antes. Para eso nacieron, es su razón para vivir".
Ãl rápidamente desvió la mirada de la de ella que buscaba en sus ojos la verdad de sus palabras relacionadas también con él. "Aún tenemos tiempo, pero por ahora quiero que dejes de esconder tus poderes de sacerdotisa, y que estés consciente de tu entorno. Yo te cuidaré y le he dicho a Toya que también te cuide de cerca".
Kyoko lo miró muy de cerca tratando de recordar algo acerca de él. Ãl parecÃa conocerla muy bien. Mirando profundamente en sus ojos ella susurró con curiosidad, "¿Qué tan cercanos éramos?"
Una agitación de afecto oculto cruzó sus orbes doradas antes de que Kyou se tensionara y se alejara de ella. Su exterior relajado volvÃa a su lugar, él gruñó al mirar hacia la puerta, luego rápidamente volvió a ella. "No repitas lo que te dije porque ellos recordarán por sà solos".
Kyoko saltó cuando escuchó que tocaron la puerta fuertemente, luego se abrió sin permiso.
Toya se habÃa empezado a preocupar por la seguridad de la chica y pensó en interrumpir, con la intención solo de salvarla de la frialdad de la que sabÃa que Kyou era capaz. Su mirada fue rápidamente atraÃda hacia ella mientras entraba.
"Bueno, veo que ella sobrevivió a su charla", Sus iris brillaban en color plata aún sintiendo que algo no estaba bien. "Si ya terminaste con Kyoko, Suki la está esperando". Toya levantó sus ojos dorados a Kyou sin darse cuenta de los destellos plateados que empezaban a mostrarse en sus orbes.
Kyou le dio a Toya su usual mirada en blanco y asintió con la cabeza en silencio.
Kyoko miró a Toya de forma cálida, porque ahora que estaba usando sus sentidos, ella podÃa percibir que se habÃa estado preocupando por ella, aunque no actuara como tal.
"Hubiera dado la vida por ti", las palabras de Kyou volvieron a su mente.
Kyou observó su comodidad con Toya, y sintió un distante pero familiar anhelo, que lo hizo fruncir el ceño. Ãl recordó bien este sentimiento, y sus ojos se entrecerraron al mirar al guardián plateado. ¿Siempre mantendrÃa un lazo especial con su hermano que no tendrÃa con los otros?
Kyoko se mantuvo de pie, asintiendo con la cabeza se despidió de Kyou y le dió una sonrisa secreta que Toya no pudo ver, luego regresó con Toya y le agradeció con una de sus sonrisas más dulces. "Vamos, no dejemos esperando a Suki". Ella salió por la puerta dejando a Toya ahà parado con un sentimiento de calidez. Un sentimiento que solo la sonrisa de ella podÃa causar.
Ãl sacudió la cabeza tratando de sacar ese sentimiento, y luego le frunció el ceño a Kyou, notando lo estaba observando intensamente. "¿Qué? Preguntó Toya con un tono de voz fuerte sabiendo que no obtendrÃa ninguna respuesta. Al decidir que no valÃa su tiempo, él salió por la puerta, cerrándola fuerte detrás de él, y apresurándose para alcanzar a Kyoko.
Toya observó la espalda de Kyoko mientras ella caminaba rápidamente por el pasillo. Debe tener prisa por alejarse de Kyou. Ãl sonrió, acelerando para alcanzarla, lo cual no fue un problema, considerando que era un guardián. Sus pensamientos se oscurecieron un poco, preguntándose si ella al menos sabÃa que era él. Ãl lo dudó o ella no le hubiera sonreÃdo como lo hizo.
En la parte superior de los escalones, Kyoko sabÃa que Toya la habÃa alcanzado porque ella podÃa sentirlo detrás de ella. SÃ, ella podÃa sentir su poderosa aura, pero era un poco diferente al sentir la de Kyou. Ella cerró los ojos solo por un segundo. Buscando el aura Kyoko decidió que no le darÃa importancia a qué tan malo fuera, su aura era de hecho muy cálida y la hacÃa sentir entre otras cosas protegida.
Ella entendÃa que Toya suponÃa ser más joven que Kyou, pero además podÃa sentir el poder escondido dentro de él. Un poder que de ser aprovechado, podÃa hacer que Toya superará a su hermano en un segundo, aunque dudaba que alguno de ellos estuviera consciente de ello. Kyoko estaba disfrutando el uso de sus sentidos, ahora que los habÃa activado de nuevo.
"Entonces..." ella volteó hacia él, "¿Dónde están Suki y Shinbe?"
Toya entrecerró los ojos al mirarla ahora que su mentira se habÃa descubierto. ¿Cómo diablos sabrÃa él donde estaban Suki y Shinbe? Ãl solo volverÃa por ella para alejarla de Kyou.
"No lo sé", dijo con tono perezoso.
Kyoko frunció el ceño al mirarlo, "Pero tú dijiste..."
Toya la interrumpió. "DeberÃas agradecerme por salvarte", le dijo, inclinándose hacia ella para intimidarla.
"¿Salvarme de qué?" Kyoko murmuró en su cara, al no gustarle su actitud. Dios, a veces realmente podÃa comportarse como un estúpido.
"De Kyou", Toya gruñó fuertemente de vuelta, apretando su puño. Ella realmente podÃa hacerlo enojar con su linda boca. ¿Bonita boca? ¿De dónde habÃa venido todo eso? Ãl se alejó de ella sorprendido y confundido.
Sorprendida, Kyoko se quedó mirándolo por un minuto. Ella empezó a reÃrse de él primero suavemente y luego más fuerte. "¿Lo hiciste?" preguntó ella, tratando de respirar entre risas. "¿Por qué lo harÃas?" ella apaciguó su risa y finalmente sonrió ampliamente, aunque sus ojos aún tenÃan una mirada traviesa.
"Eso fue muy dulce. No sabÃa que te importaba" arrugando su nariz al mirarlo, tratando de mantener una cara seria.
Toya la miró sintiendo que el chiste era sobre él. "Entonces, ¿Decidiste si te vas a quedar después de todo, Sacerdotisa?" escupió la última palabra como si le quedara un mal sabor en la boca.
Kyoko perdió su sonrisa, y puso su cara a centÃmetros de la de él, mirando fijamente a sus ojos dorados. "Si he decidido, guardián", le dijo alzando una ceja, luego volteó y se bajó rápidamente por las escaleras riendo.
"¡SÃ!" Kyoko exclamó en silencio y mentalmente anotó un punto en su lado de la pizarra. "Kyoko uno, Toya cero".
Los