Incluso si llamaban a Kriss como refuerzo, y Tabatha regresara con él, Kane sabÃa que Kriss no tenÃa intenciones de compartirla. No sucedÃa muy a menudo, pero Kane apostarÃa la piedra de sangre enterrada en su cuerpo que el caÃdo estaba enamorado de Tabatha. Si eso era cierto, entonces Kane no tenÃa ninguna posibilidad de acercarse a su alma gemela de ninguna manera.
HabÃa desperdiciado su oportunidad y dolÃa como el demonio. Incluso si ella no tenÃa un ángel caÃdo sentado en su hombro, Tabatha no tendrÃa nada que ver con él ahora. En cuanto a los demás, a él no le importaba si les gustaba o no a los cambiantes. De todos modos esto no era un concurso de popularidad.
âQuizá sea mejor que no les gusteâ, susurró mientras contemplaba la ciudad.
Kane asintió firmemente con la cabeza y enterró las manos en sus bolsillos. Se quedarÃa el tiempo suficiente para ayudar a librar a la ciudad de los vampiros de baja calaña que él habÃa provocado sin querer. Pero una vez que lo hiciera, él se irÃa por su cuenta otra vez. De esa manera, cuando decidiera marcharse, no habrÃa nadie a quien le importara lo suficiente como para seguirlo.
Ese pensamiento lo dejó inquieto.
*****
Trevor se detuvo frente a la casa de Envy y apagó el auto. Realmente querÃa hablar con ella y ver cómo estaba. Tal vez habÃa tenido tiempo de pensar en lo que él le habÃa dicho... después de todo, habÃa sido sólo la verdad.
Mirando el objeto en el asiento del pasajero de su auto, sonrió antes de agarrarlo. Realmente habÃa hecho un número con los vaqueros que él habÃa âprestadoâ a principios de la semana de Chad, y ahora iba a devolverlos. Esta fue su buena acción para el dÃa. Ojalá nadie hubiera sido enviado al infierno por tener un sentido del humor.
Desdoblando los jeans, tomó nota de la suciedad y el aceite negro de motor que los habÃa manchado por todos lados. Se rió interiormente cuando volvió a ver su obra en la entrepierna. Trevor habÃa hecho una excepción especial y volvió a su forma de perro para arrancar felizmente la entrepierna.
Hanna, la vieja gata de la señora Tully que habÃa decidido empezar a vivir con él, se habÃa acercado y olfateado los jeans antes de darse la vuelta, levantando la cola en el aire y rociándolos para deshacerse del olor canino que habÃa dejado en ellos. Trevor pensó que nunca se habÃa reÃdo tanto en su vida.
âPerfectoâ, susurró.
Al salir del auto, se acercó a la puerta principal y arrojó los jeans sobre los arbustos, casi riendo de nuevo cuando se cayeron del follaje y aterrizaron en una cama de hormigas gigantes. Esto era demasiado bueno.
Luego de tocar timbre, se metió las manos en los bolsillos y esperó a que la puerta se abriera. Cuando finalmente se abrió, Trevor puso su mejor expresión de niño regañado.
âOyeâ, dijo en voz baja.
Chad suspiró y se apoyó contra el marco de la puerta, âEh tú, forastero.â
âMira, sé que metà la pata y querÃa hablar con Envy... o al menos intentarlo si prometes mantener la pistola eléctrica alejada de ellaâ, explicó Trevor con una pequeña sonrisa.
âLo harÃa, pero Envy no está aquÃâ, contestó Chad mientras se erguÃa fuera del marco de la puerta y se ponÃa de pie mostrando toda su altura. Jason habÃa mencionado el nombre de Trevor en la misma frase que la palabra acosador y esperaba que Jason estuviera equivocado. âElla decidió tomarse un tiempo e ir a pasar un rato con Tabatha y Kriss. No estoy seguro de cuándo regresaráâ.
Trevor respiró profundamente y asintió con la cabeza cuando notó que el aroma de Envy no era fresco en la casa. Por lo menos Chad no estaba mintiendo y realmente ella no estaba en casa. âEntonces necesito que le des una información.
â¿Y cómo qué será?â preguntó Chad, muy serio.
âElla necesita estar lejos de Devon Santos. Ãl no es nada bueno y acabará hiriéndolaâ, dijo de modo un poco evasivo, con la esperanza de arrastrar a Chad a su lado, jugando un poco con sus instintos protectores de hermano.
Chad frunció el ceño ante la advertencia de Trevor y cruzó los brazos sobre su pecho desnudo. â¿O sea parecido a ti?
La complaciente actitud de Trevor se vino a pique: âOye, lo que hice era parte de mi trabajo. No querÃa herir a Envy con eso. Por eso nunca le dije lo que hago para vivir.
Desvió la vista y metió las manos en los bolsillos sabiendo que Chad no tenÃa ni idea. Esperaba que Envy no hubiera repetido exactamente lo que le habÃa dicho a Chad. Los civiles no necesitaban saber sobre las cosas que salen de noche... en especial un policÃa.
âLe dije que la noche que me encontraste en el club estaba trabajando encubierto, pero no creo que ella me creyeraâ, dijo, mirando de cerca la reacción de Chad por cualquier indicio de que sabÃa más de lo necesario.
Chad suspiró: âMira, sé que te gustaba a mi hermana, pero ella ya siguió adelante. Creo que deberÃas hacer lo mismo. No te lo estoy diciendo solo como un compañero de trabajo o incluso un amigo, te lo estoy diciendo como alguien que ha vivido lo mismo. Déjala en paz y deja que tome sus propias decisiones. A pesar de tus mejores intenciones, creo que va a salir con Devon ahora.
Trevor volvió a ver directamente a Chad. â¿Qué? -preguntó él gravemente.
âElla está saliendo con Devon hasta donde yo séâ, repitió Chad sin rodeos.
Trevor sintió un escalofrÃo por su espina dorsal, dio media vuelta y se alejó de la puerta sin decir nada. Chad frunció el ceño cuando vio a un gato por la ventana delantera del auto de Trevor, que se inclinaba sobre el tablero de mandos. El otro hombre se metió rápidamente en su auto, aceleró el motor y salió de la calzada.
âJason,â Chad dijo en voz alta, âEs mejor que estés equivocado y que él no sea un acosador.â
Chad sabÃa que Envy habÃa salido de la ciudad con Devon para reunirse con Kriss y Tabatha para darse una pequeña escapada. Ãl no podÃa contarle eso a Trevor ya que Envy le habÃa hecho jurar que iba a guardarlo en secreto. No importaba de todos modos, porque lo que Envy hiciera ahora no era asunto de Trevor.
Chad sacudió la cabeza y empezó a entrar de nuevo cuando vio algo azul con el rabillo del ojo. Su expresión se iluminó cuando vio sus jeans tirados en el suelo y corrió a recogerlos, haciendo una mueca feroz a las hormigas que paseaban en ellos.
Su felicidad se desvaneció cuando vio todos los rasgones y roturas que tenÃan y sus ojos se agrandaron de manera muy graciosa cuando vio que la entrepierna habÃa sido arrancada completamente.
Chad bajó los jeans y miró a la calle: âImbécil, estás en serios problemasâ.
CapÃtulo 2
Kat se habÃa acercado a la ventana. QuerÃa estar lo más lejos posible de Quinn. Casi hace una expresión de absoluto tedio cuando se dio cuenta de que su nueva posición sólo lo habÃa colocado en su lÃnea de visión directa. Deseaba que Envy estuviera aquÃ. Ella realmente necesitaba hablar con la otra mujer... o simplemente con otra mujer en general. Hubiera sido bueno tener un poco de refuerzos en esta conversación llena de testosterona.
Mirando