Imaginemos ahora que en el agua del recipiente vertemos proteínas de gran tamaño, azúcar o sal. En tal caso, se producirá un fenómeno conocido con el nombre de «presión osmótica».
Se trata de una ley física según la cual el agua se dirige siempre del medio menos concentrado al más concentrado. De este modo, las proteínas, la sal o el azúcar que se encuentran en el agua del recipiente producirán un efecto «esponja» y atraerán el agua del globo hacia el recipiente.
Ocurre lo mismo en nuestro sistema venoso: si existen proteínas, azúcar o sal en los espacios intersticiales, el agua saldrá de las venas para dirigirse al medio más concentrado. Este efecto «esponja» es el causante de la retención de líquidos que se manifiesta en las personas que presentan una intolerancia a determinados alimentos, los cuales se mantendrán en los tejidos en forma de grandes proteínas al no ser completamente digeridos por el tubo digestivo.
La lucha contra la relajación de la pared venosa
Volviendo al ejemplo del globo de hace un momento, el que se dilata en forma de gota de agua, una de las soluciones para impedir que este fenómeno ocurra consiste en fortalecer las paredes.
Por tanto, sustituyamos el globo de goma flexible por un globo de material mucho más grueso y resistente, es decir, poco deformable.
Si se coloca el globo en posición vertical, este mantendrá una forma regular a pesar de que se produzca el aumento de la presión.
Lo mismo sucede en las piernas de cualquier persona cuando las venas, al igual que el globo, presentan unas paredes suficientemente sólidas.
Imaginemos ahora que este globo que representa nuestras venas está envuelto en un refuerzo lo suficientemente resistente como para evitar las deformaciones en las piernas.
La naturaleza ya nos ha provisto de este mecanismo al colocar el 80 % de las venas de nuestras piernas en el interior de los músculos.
Estos últimos actúan como un refuerzo en caso de que las paredes venosas sean excesivamente débiles.
Finalmente, en caso de que, como consecuencia de una vida demasiado sedentaria, los músculos tampoco muestren una tonicidad suficiente debida, por ejemplo, a su poca actividad, las venas perderán este otro sistema de seguridad.
Venas permeables: un caso especial
Vamos a ilustrar otro mecanismo responsable de la retención de líquidos. Volvamos a utilizar el ejemplo del globo e imaginemos esta vez que las paredes del mismo son porosas y el agua pasa a través de las mismas. En nuestro cuerpo, el aumento de permeabilidad de las venas está especialmente condicionado por el equilibrio hormonal entre los estrógenos y la progesterona. Tanto el exceso de estrógenos como la carencia de progesterona pueden desembocar en una permeabilidad excesiva de las venas, lo que ocurre principalmente durante el síndrome premenstrual: hinchazón que algunas mujeres experimentan antes de la regla, tensión en los senos, hinchazón de pies y tobillos, y sensación de congestión en piernas y pelvis.
Test 2
¿Padece retención de líquidos?
Responda a las 5 preguntas siguientes:
1. ¿Su peso puede variar entre 1 y 3 kg en menos de una semana?
SÍ – NO
2. Si realiza una dieta severa, ¿suele perder más peso de cintura para arriba que de cintura para abajo?
SÍ – NO
3. ¿Se le hinchan los pies o los tobillos en época de calor?
SÍ – NO
4. ¿Se le hinchan los pies o los tobillos cuando realiza largos trayectos en avión?
SÍ – NO
5. Si apoya el pulgar sobre la piel de los tobillos, ¿la huella del pulgar permanece visible durante más de 2 segundos?
SÍ – NO
Si ha respondido afirmativamente a más de 2 preguntas, puede que padezca molestias relacionadas con la retención de líquidos, es decir, cuando las células de su cuerpo se someten al lavado del líquido que sale de las arterias, ni las venas ni los vasos linfáticos pueden absorber la totalidad del mismo.
Capítulo 2
Causas de la hinchazón de las piernas
Acabamos de ver cómo la presencia de un exceso de líquidos en los tejidos intersticiales puede asociarse a tres causas:
Una mala circulación venosa o linfática
Las venas se encuentran demasiado dilatadas debido a que su pared es frágil, bien por razones hereditarias, bien por razones ligadas a una sensibilidad a los factores del estilo de vida actual como la alimentación moderna, el sedentarismo, el estrés, etc.
Un exceso de permeabilidad de los vasos
Una cantidad excesiva de agua, superior a los 8 litros previstos inicialmente por la naturaleza, se filtra a través de las venas hacia los tejidos intersticiales. Hay varios factores que pueden hacer que nuestros vasos se vuelvan demasiado permeables, y uno de ellos es la inflamación. Cuando sufrimos un traumatismo como, por ejemplo, un esguince de tobillo, este último se hincha. Se trata de un mecanismo de defensa del organismo: para acelerar la cura de los ligamentos que se han estirado durante el esguince, la sangre hace llegar a la zona unas sustancias denominadas «mediadores de la inflamación». Estas sustancias se encargan de hacer que el vaso sea más permeable para facilitar el paso de los glóbulos blancos desde los vasos hacia los tejidos y, de este modo, reparar las células o atacar los posibles gérmenes que puedan haberse introducido si se ha producido una herida.
Esta introducción de glóbulos blancos va acompañada obligatoriamente de agua debido al aumento de la permeabilidad del vaso, y este es el motivo de que se produzcan las hinchazones que pueden observarse en cualquier reacción inflamatoria. Por otra parte, el enrojecimiento que se observa se debe a la dilatación de los vasos, que se produce para aportar una mayor cantidad de sangre (y por tanto de glóbulos blancos) a la zona.
Un desequilibrio hormonal
La causa más frecuente del aumento de permeabilidad de los vasos va asociada a un desequilibrio hormonal que se produce entre los estrógenos y la progesterona, tal y como hemos indicado anteriormente. Cuando hay una excesiva cantidad de estrógenos en la sangre en comparación con la de progesterona, los vasos se hacen más permeables y se experimenta por tanto una sensación de hinchazón, obstrucción y retención de líquidos. Las mujeres que lo padecen sufrirán, antes de la regla, hinchazón en cara, dedos y piernas, y también sentirán dolor en los senos.
Test 3
¿Padece un desequilibrio hormonal?
Responda a las 5 preguntas siguientes:
1. ¿Presenta quistes en los senos?
SÍ – NO
2. ¿Sus reglas son irregulares?
SÍ – NO
3. ¿Sus reglas son demasiado abundantes?
SÍ – NO
4. ¿Siente dolor en la pelvis durante la regla?
SÍ – NO
5. ¿Siente dolor en los senos durante la regla?
SÍ – NO
Si ha respondido afirmativamente a más de 2 preguntas, puede que padezca un desequilibrio hormonal. Su ginecólogo podrá confirmarle el diagnóstico, averiguar la causa y encargarse de equilibrar