La sala de cine era uno de sus lugares favoritos en la universidad. Había una atmósfera de inmersión en el arte, donde cada película se convirtió en objeto de análisis y discusión detallados. Sanzhar siempre esperó con ansias estas clases, ya que le permitieron penetrar más profundamente en el mundo del cine, comprender las complejidades de la trama, los descubrimientos del director y el trabajo de cámara.
Pero cuando entró en el pasillo que conducía al vestíbulo, su mirada se vio inmediatamente atraída por una figura parada en el otro extremo. Era el mismo Richard a quien acababa de encontrar en la entrada de la universidad. Sanzhar se detuvo, sintiendo un ligero temblor recorrer su cuerpo. "¿Cómo pudo llegar aquí tan rápido?” – pensó, acercándose lentamente a la figura. Parecía como si Richard estuviera allí específicamente para encontrarse con él nuevamente, como si quisiera demostrar que su extraña propuesta no eran solo palabras, sino una posibilidad real.
“Oh, aquí estás de nuevo”, dijo Richard con una suave sonrisa mientras Sanzhar se acercaba. Había una ligera satisfacción en su voz, como si le alegrara ver la sorpresa en el rostro del joven. “¿Espero no haberte asustado demasiado?”
Sanzhar sintió que su corazón empezaba a latir más rápido de nuevo. Intentó encontrar palabras, pero sólo había una cosa en su cabeza: ¿cómo llegó este hombre hasta aquí tan rápido?
“No, por supuesto”, respondió Sanzhar, tratando de no mostrar su entusiasmo. “La oferta fue simplemente… inesperada, eso es todo”.
Richard asintió, como si comprendiera todas las dudas que atormentaban a Sanzhar.
“Es natural”, dijo, mirando directamente a los ojos del joven. “No todos los días te ofrecen viajes en el tiempo”. Pero créanme, esta frase tiene mucho más sentido de lo que parece a primera vista.
Sanzhar miró a Richard y sintió que su tensión interior crecía. Era como la realidad, pero al mismo tiempo todo parecía irreal, como si se encontrara en el centro de una historia fantástica que él mismo aún no estaba preparado para creer.
“Sabes”, continuó Richard, acercándose un paso más, “el mundo cambia cada año y, a veces, para comprender hacia dónde se dirige, es necesario mirarlo desde el futuro”. ¿Le interesa no sólo lo que está sucediendo ahora, sino también lo que sucederá después?
Sanzhar asintió en silencio, sin saber qué decir. Estaba seguro de que ante él se encontraba un hombre que sabía mucho más de lo que podía imaginar. Pero este hombre le estaba ofreciendo algo que iba más allá de la comprensión ordinaria, algo que podría cambiar su vida.
“Te invito a ver el futuro con tus propios ojos”, continuó Richard, su voz se volvió casi hipnótica, como si realmente tuviera la capacidad de mirar más allá del velo del tiempo. – Imagina cómo tu conocimiento y comprensión de lo que viene puede afectar tu hoy, tus decisiones, tus sueños.
Sanzhar, sintiendo que su cabeza se llenaba de más y más preguntas, sacudió lentamente la cabeza. Entendió que la oferta sonaba tentadora, pero al mismo tiempo increíble.
“Lo siento, Richard”, dijo finalmente, tratando de sonar lo más seguro posible. – No puedo aceptar tal oferta. Soy estudiante, tengo mis propias responsabilidades y clases. Esto es demasiado… increíble.
Richard frunció levemente el ceño, pero luego su rostro volvió a tener una expresión amistosa.
“Entiendo”, dijo, asintiendo respetuosamente. “No es fácil tomar esa decisión”. Pero sepa que la oferta sigue siendo válida. Si cambias de opinión, estaré encantado de ayudarte a ver lo que otros sólo pueden soñar.
Volvió a extender su mano hacia Sanzhar, y automáticamente la estrechó, sintiendo por un momento la fría dureza del anillo, que nuevamente le recordó el misterio de este hombre.
“Espero que nos volvamos a ver”, dijo Richard antes de girarse y caminar por el pasillo hacia la sala de conferencias.
Sanzhar permaneció de pie en su lugar, sintiendo que su corazón comenzaba a latir lentamente a un ritmo normal. Miró su reloj y se dio cuenta de que era hora de ir a clase. Pero algo en este encuentro seguía inquietándolo, como una suave brisa que no podía ser captada ni explicada.
Sanzhar entró corriendo al aula con los últimos estudiantes y trató de concentrarse en la lección, pero los pensamientos de un encuentro extraño no lo dejaron ir. Sus compañeros discutían alegremente algo y bromeaban, el maestro, mirando su reloj, se levantó de la mesa y comenzó la lección:
– Hola a todos. Por eso pido silencio y atención. Hoy nuestra lección estará dedicada a…
Pero Sanzhar seguía pensando allí, en el pasillo, donde el extraño hombre del sombrero le ofrecía una mirada hacia el futuro, y no podía quitarse la sensación de que ese día sería el comienzo de algo más grande de lo que podía imaginar.
2:3 Trabajo de curso. Sanzhar se apresuró a llegar a su lugar en el aula y notó que los estudiantes ya habían tomado asiento y estaban discutiendo en silencio la próxima lección. Una enorme pantalla que ocupaba toda la pared frontal ya estaba lista para proyectar la película, y la iluminación tenue y luminosa de la sala creaba una atmósfera de expectación. Rápidamente se sentó junto a su camarada, quien asintió brevemente a modo de saludo.
Tomó posesión de la cátedra el profesor Miras, conocido por su pasión por el cine y su minucioso enfoque en el análisis cinematográfico. Era de baja estatura, pero tenía un carisma impresionante, y su presencia inmediatamente llamó la atención de todo el público.
“Buenos días, estudiantes”, comenzó, mirando a la multitud. – Hoy no solo veremos una película, sino también un análisis en profundidad de una de las obras más significativas del género de ciencia ficción. Elegí esta película no por casualidad. Plantea cuestiones que conciernen no sólo a la tecnología, sino también a la filosofía, la moralidad y lo que significa ser humano.
El profesor hizo una pausa, dándoles tiempo a los estudiantes para que se dieran cuenta de la importancia de la próxima lección.
– Hoy veremos la película “Blade Runner” de Ridley Scott. Esta película no es sólo una película de culto en el mundo del cine, sino que toca temas que siguen siendo relevantes en nuestro tiempo. Quiero que notes cómo la película explora los límites entre la inteligencia artificial y el alma humana, su estilo visual y su atmósfera.
Sanzhar se sintió un poco emocionado. Blade Runner era una de sus películas favoritas y ahora tenía la oportunidad de verla desde una nueva perspectiva: como un estudiante a punto de hacer una crítica.
Cuando las luces del público se atenuaron, Sanzhar se acomodó en su silla, listo para mirar. Los créditos iniciales comenzaron a aparecer en la pantalla y, en unos momentos, toda la audiencia se sumergió en el mundo lúgubre y lluvioso del Los Ángeles futurista.
La película comenzó y Sanzhar quedó completamente inmerso en lo que sucedía en la pantalla. Cada escena fue cuidadosamente diseñada, cada detalle reimagina un futuro donde la tecnología y los humanos se cruzan en una compleja red de cuestiones morales y éticas. Sanjar prestó atención a cómo las luces y las sombras creaban tensión, cómo la cámara seguía a los personajes capturando sus emociones y cómo la música de Vangelis enfatizaba la atmósfera de desesperación y búsqueda de significado.
La película le fascinó cada vez más, haciéndole reflexionar sobre la profundidad de las cuestiones planteadas por el director. Pensó en las palabras del profesor mientras la película exploraba temas de la naturaleza de la existencia, la identidad y la conciencia humanas. Estos temas parecían tocar algo muy personal, lo que obligó a Sanjar a pensar en su propio lugar en este mundo y en el futuro, que tal vez no sea tan lejano.
Después de que terminó la película, las luces del salón se volvieron a encender y