Como Daniel se acercó, se encontró con un grupo de perros descansar en el sol, las colas moviendo perezosamente como que absorba el calor. Sin dudarlo, Daniel trotó hasta ellos, su meneando la cola furiosamente detrás de él.
– Hey, todo el mundo! – Daniel gritó, su voz llena de entusiasmo. – ¿Adivinen qué? Mi familia me llevó a un concierto de anoche, y fue increíble! —
Los otros perros se animó a las palabras de Daniel, sus orejas de pincharse con interés. Ellos se reunían alrededor de él, con ganas de escuchar todo acerca de su aventura.
– Fue increíble, – continuó Daniel, sus ojos brillando con emoción.
– Había luces intermitentes, y música de fondo, y la gente bailando en todas partes! Era como nada que hayas experimentado antes.-
Los otros perros escuchó atentamente Daniel describió las vistas y los sonidos del concierto, sus narices contracciones con curiosidad.
– Y la música! – Daniel exclamó, su voz se alza con entusiasmo.
– Oh, la música era tan fuerte y potente, me dieron ganas de aullar junto con ella! Nunca me he sentido tan vivo! —
Los otros perros woofed y meneaba su cola en respuesta, su propia emoción de la creación de reflejo de Daniel.
– Me gustaría haber estado allí, y uno de los perros, dijo con nostalgia, sus ojos brillando con anhelo.
Daniel meneaba la cola aún más rápido, como una idea apareció en su cabeza.
– Bien, ¿por qué no tenemos nuestro propio concierto? – sugirió, sus ojos brillando con emoción. – Podríamos reunir y aullar a lo largo de nuestras canciones favoritas! Va a ser igual que el concierto me fui a! —
Los otros perros ladraban y yipped con emoción, meneando sus colas en el acuerdo. Y así, con Daniel a la cabeza, se reunieron en un círculo y dejar salir un coro de alegres aullidos, sus voces levantándose y cayendo en perfecta armonía.
Capítulo 5: los Perros en un Concierto de Rock
La emoción crepitaba en el aire como Daniel y sus amigos peludos en su camino a un concierto de rock. Con meneando las colas y las orejas se animó, se ideó con entusiasmo al lado de la otra, su anticipación edificio con cada paso.
Como llegaron al lugar del concierto, los perros se maravilló de las vistas y los sonidos se desarrollaba ante ellos. El vibrante ritmo de la música se hizo eco a través del aire, mezclándose con el excitado murmullo de la multitud. Brillantes luces bailaban en el escenario, echando un colorido resplandor en el rostro ansioso de la audiencia.
El corazón de Daniel corrió con emoción como la que llevó a sus amigos a través de la multitud de la gente, sus colas agitando furiosamente como se empapa en la atmósfera electrizante. Encontraron un lugar cerca de la parte delantera del escenario, donde se podía sentir la música retumbando a través de sus peludos cuerpos.
Mientras la banda se subió al escenario, a los perros con los ojos ensanchados con asombro. Guitarras chillaba y tambores tronó, llenando el aire con una cacofonía de sonidos que envió escalofríos a sus espinas. Que ladraban y aullaban con deleite, sus voces que se mezclaban con la música en perfecta armonía.
Con el pasar de cada canción, los perros se volvieron más y más inmerso en la música, sus cuerpos balanceándose y la cola que menea al ritmo de la música. Aplaudieron y woofed, junto con la multitud, su emoción de llegar a un punto álgido como el concierto llegó a su clímax.
Capítulo 6: Daniel va a ser un músico
Como el sol se levantó sobre el barrio tranquilo, Daniel reunió a sus compañeros caninos amigos en el parque, la emoción burbujeante en su pecho peludo. Hoy en día, él tenía un gran anuncio que hacer, que él sabía que iba a cambiar su vida para siempre.
– Hey, todo el mundo! – Daniel gritó, su meneando la cola con impaciencia detrás de él.
– He decidido que quiero llegar a ser un guitarrista de rock! —
Los otros perros parpadeó con sorpresa, sus oídos tics con curiosidad.
– Un guitarrista de rock? – uno de ellos se hizo eco, inclinando su cabeza hacia un lado.
– Pero Daniel, eres un perro! Los perros no tocan la guitarra!
Los otros perros estalló en risas, sus voces que resuenan en el parque, como un coro de campanas. – Sí, Daniel, – a otro perro interrumpió, sonriendo con picardía. – Usted incluso no tiene pulgares! ¿Cómo se puede esperar para jugar una guitarra? —
Daniel oídos se inclinó un poco la risa de sus amigos, pero él se negó a dejar que se humedezca sus espíritus. – Sé que suena loco, – dijo, su voz teñida con determinación. – Pero amo la música más que nada, y creo que con suficiente práctica, puedo aprender a tocar la guitarra como un ser humano! —
Los otros perros intercambiaron escéptico miradas, sus risas desvaneciendo en la incertidumbre. – Pero Daniel, uno de ellos dijo suavemente, – ningún perro ha convertido en un guitarrista antes. Simplemente no es posible.-
Daniel de la cola se inclinó un poco la duda en sus amigos de voces, pero él se negó a renunciar a su sueño. – Sé que no será fácil, – respondió, su voz constante con la resolución. – Pero estoy dispuesto a trabajar duro y demostrar a todo el mundo que los perros pueden hacer cualquier cosa que el conjunto de sus mentes! —
Con esto, Daniel se volvió y se retiraron, con la cabeza en alto y su corazón se llenó de determinación. Él sabía que el camino sería largo y difícil, pero él estaba listo para enfrentarse a ella en la cabeza -, alimentado por el poder de sus sueños.
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