Bibliotecario de Ojos Grandes. Max Marshall

se dibujó en su cara. Este podría ser el que ella había estado buscando? Con un corazón lleno de esperanza, Emily derramada de sus problemas a la lechuza, sus palabras cayendo fuera como un turbulento río.

      El búho escuchó atentamente, asintiendo con su cabeza en la comprensión. Luego, con un tranquilizador puntazo, ofrecía a Emily su ala, con la promesa de ayudarla en su búsqueda de conocimiento.

      Capítulo 4: El Búho lee mucho

      Debajo de la expansión de las ramas de un majestuoso árbol de roble, ubicado en el corazón de el patio de la escuela, se sentó Amalia la lechuza. Con sus plumas erizadas por la suave brisa y sus ojos se iluminan con curiosidad, ella posado sobre una gruesa rama, rodeado de un montón de libros de alta que ella.

      Amalia era un amante del conocimiento, y no había más alegría por ella que perder a sí misma en las páginas de un buen libro. A partir de los cuentos de las aventuras más atrevidas a las historias de tierras muy lejanas, que ella devoraba cada palabra con gran expectativa, su mente se expande con cada vuelta de la página.

      A medida que pasaron los días, Amalia de la colección de libros creció, cada uno añadiendo a la riqueza de sus conocimientos. Desde la historia a la ciencia, no había ningún tema demasiado intimidante para su curiosa mente para explorar. Y con cada libro que lea, se sintió de crecimiento más inteligente y más sabio, listo para enfrentar los retos que se avecinan.

      Pero no se trataba sólo de las palabras en las páginas que cautivó a Amalia – se las historias que se celebró dentro de ellos. A partir de los triunfos de los valientes héroes de la lucha de la gente común, cada cuento le habló en su propia manera única, a llenar su corazón con la empatía y la comprensión.

      Capítulo 5: La Lechuza de los Planes de

      Con el cambio de las estaciones y el susurro del viento, una nueva idea comenzó a tomar raíz en Amalia del viejo sabio de la mente. Cuando ella se sentó bajo el reconfortante abrazo de su favorito de los árboles de roble, rodeado por el susurro de las hojas y el canto de los pájaros, un sentido de propósito florecido dentro de ella.

      Durante demasiado tiempo, Amalia había visto de lejos, como a los niños de la escuela pasó sus días, sus mentes hambrientas de conocimiento y sus corazones llenos de sueños. Y como ella escuchaba sus risas y sus habladurías, ella sabía que había algo especial que ofrecer – un regalo que podría cambiar sus vidas para siempre.

      Con un determinado brillo de sus ojos y un aleteo de sus alas, Amalia tomó la decisión. Era el momento de salir de las sombras a la luz, para compartir su amor por la lectura con el mundo.

      Y así, con un sentido de la anticipación que cursan a través de sus plumas, Amalia se puso a trabajar. Ella hurgó en su colección de probabilidades y termina, hasta que encontró justo lo que estaba buscando – un polvoriento y viejo baúl lleno de disfraces de todo tipo y tamaño.

      Con un brillo travieso en sus ojos, Amalia sacó un pelado viejo manto y un par de ronda espectáculos, transformándose en la imagen perfecta de un viejo y sabio maestro. Con cada pieza, se vistió, sintió una sensación de emoción edificio dentro de ella – una sensación de que ella se había embarcado en una gran aventura, una que iba a cambiar su vida y las vidas de aquellos a su alrededor.

      Y así, vestido con su mejor traje, Amalia extendió sus alas y se llevó a los cielos, volando sobre los tejados y a través de las nubes hasta que llegó el patio de la escuela a continuación. Con un elegante golpe, ella aterrizó suavemente en el suelo, su corazón golpeando con anticipación.

      Como hizo su camino a través de la bulliciosa patio de la escuela, los niños se detuvieron y miraron con asombro, sus ojos ampliación con asombro a la vista del majestuoso búho en medio de ellos. Pero Amalia paga ninguna mente, por que ella sabía que ella tenía un trabajo que hacer – una misión que cumplir.

      Con un sentido de propósito ardiendo brillante dentro de ella, Amalia hizo su camino a la escuelita de la puerta, su corazón se llenó de esperanza y determinación. Porque ella sabía que el viaje sería largo y difícil, pero también sabía que con un poco de valentía y un montón de amor, cualquier cosa era posible. Y así, con un gesto de sus plumas y un brillo en sus ojos, Amalia de la lechuza, intervino dentro de la escuela, listo para embarcarse en su mayor aventura hasta la fecha.

      Capítulo 6: El Búho Maestro

      Amalia paso a través de las puertas de la escuela, ella sintió un aleteo de emoción en su pecho. El aire se llenó con los sonidos de la risa y el aprendizaje, y ella sabía que había encontrado su lugar legítimo entre los estudiantes y profesores por igual.

      Con un seguro de zancada, Amalia hizo su camino por el pasillo, sus plumas erizadas con anticipación. Ella podía sentir la curiosa mirada de los niños sobre ella, sus ojos con asombro a la vista de su nuevo maestro.

      Cuando ella se acercó a la oficina del director, Amalia tomó una respiración profunda y enderezó su manto, listo para enfrentar los retos que se avecinan. Con un suave golpe en la puerta, esperó pacientemente por una respuesta, su corazón golpeando con emoción.

      – Venga, – llamó una voz desde dentro, y con un sentido de propósito, Amalia empujó la puerta y entró en la habitación.

      El director de la escuela, un amable anciano con un brillo en sus ojos, levantó la vista de su escritorio y sonrió cálidamente a Amalia.

      – Ah, usted debe ser el nuevo maestro, – dijo, su voz llena de calidez y bienvenida.

      Amalia asintió con la cabeza, sus plumas alborotaba con orgullo.

      – Sí, señor, – contestó ella, con voz firme y seguro.

      – Estoy aquí para ayudar en cualquier manera que pueda.

      El director de la sonrisa se ensanchaba como él hizo un gesto a Amalia a tomar asiento.

      – Estamos encantados de tener a bordo, – dijo, sus ojos brillando con emoción.