estudió el tema tan profundamente que, trabajando en la novela, compiló incluso dibujos de un hiperboloide y trató de darle una justificación técnica. Como se sabe, en la naturaleza, las primeras instalaciones del generador cuántico predicho por el escritor fueron creadas por los científicos rusos N. Basov y A. Prokhorov, quienes, al mismo tiempo que el físico estadounidense CH. Townes, recibieron el premio Nobel en 1964 por este descubrimiento. Tal vez haya cierta constancia, alguna línea firme: la idea del láser y su diseño aparecieron en Rusia, así como la idea de un satélite artificial, nacida en la mente del escritor ruso F. Dostoievski, se fundió en metal y adquirió formas materiales en los asuntos de los científicos e ingenieros rusos. En la novela A. Tolstoi tiene otra previsión sorprendente. Sobre la base de las reflexiones del mismo héroe literario Garin, se obtuvo una solución técnica a la idea de haces de agujas de estaciones de Radio atómicas. Pero eso no es todo. Cabe destacar otro detalle curioso relacionado con otra obra de A. Tolstoy. Llama la atención la precisión con la que dibujó el lanzamiento de un gran cohete en la fantástica historia "Aelita". El lector se enfrenta a una imagen de literalmente lo que está sucediendo en los cosmódromos modernos y lo que hemos visto más de una vez en las pantallas de televisión y cine. "El cohete se aleja lentamente de la plataforma, se congela en el aire y luego, ganando velocidad rápidamente, desaparece en el cielo". La descripción es aún más sorprendente, ya que los pequeños cohetes, que A. Tolstoi solo pudo observar en su momento, no despegan de esta manera. Realmente piensas en algunos hilos misteriosos que conectan a los grandes artistas con el futuro".
